HISTORIA DE LA RADIO (ESPAÑA)

 

50- UNIÓN RADIO - CADENA SER

 

Hablar de Unión Radio, y de su sucesora, la cadena SER (Sociedad Española de Radiodifusión), es hablar realmente de la historia de la radio en España prácticamente desde sus inicios y durante varias décadas.

El gobierno español publicó un reglamento el 14 de junio de 1924 en materia de radio, el Reglamento para Establecimiento de Estaciones Radioeléctricas Particulares, en el que entre otras cosas por primera vez se autorizaba la instalación y explotación de emisoras de radiodifusión en España. Radio Barcelona fue la primera en solicitar la correspondiente licencia de radio, que le fue concedida el 12 de noviembre y asignándola la identificación EAJ-1, y comenzó oficialmente sus emisiones el 14 de noviembre de ese año, tras un par de meses de emisiones de prueba. Aunque es considerada le emisora decana española por recibir la primera licencia de radio, no fue estrictamente la primera emisora de radiodifusión en emitir en España. Radio España de Madrid, con la licencia EAJ-2 (y por tanto, segunda en recibir la licencia de emisión) había comenzado sus emisiones oficiales cuatro días antes, y Radio Ibérica de Madrid estaba realizando emisiones de prueba a lo largo del año 1924, aunque no solicitó la licencia de emisión hasta octubre (recibiría el indicativo indicativo EAJ-6).

El 19 de diciembre de 1924 se creó en Madrid la empresa y sociedad privada Unión Radio. Esto fue gracias a la iniciativa de Ricardo Urgoiti y varias empresas; entre otras, Telefunken, Compañía General de Electricidad, Compañía Nacional de Telegrafía Sin Hilos (Marconi). Cada empresa aportó 50.000 pesetas y acordaron la compra de una estación Marconi, que sirvió para montar la emisora con el nombre de Radio Madrid, y que recibiría la licencia EAJ-7 en 1925. La emisora fue inaugurada formalmente por Su Majestad el Rey Alfonso XIII el 17 de junio de 1925, con la presencia en el solemne acto del Consejo de Administración de la emisora, así como el alcalde de Madrid, el Director General de Comunicaciones, el presidente de la Diputación y directores de la prensa madrileña. Urgoiti era ingeniero de caminos, y era de una ilustre familia que era poseedora junto a la Compañía Papelera Española, de varias empresas de comunicación, como el periódico El Sol, La Voz, la agencia de noticias Febus y la editorial Calpe. Ricardo Urgoiti, con tan solo 25 años de edad, se convirtió en el primer Director General de Radio Madrid - Unión Radio, con Miguel Olea como director artístico y Joaquín Ruiz como jefe técnico. La sede de Unión Radio Madrid se ubicó en el edificio de los Almacenes Madrid-París, en la Gran Vía madrileña.

 

Alfonso XIII en su discurso de inauguración oficial de EAJ7 Radio Madrid
Alfonso XIII en su discurso de inauguración oficial de EAJ7 Radio Madrid.

 

La antena de EAJ-7 Radio Madrid, en la azotea de los almacenes Madrid-París, en la en la Gran Vía nº32.
La antena de EAJ-7 Radio Madrid, en la azotea de los almacenes Madrid-París, en la en la Gran Vía nº32.

 

Unión Radio tiene el propósito de crear un grupo de radio con emisoras en todo el territorio nacional, y para ello irá integrando o asociando al grupo las principales emisoras que en esta época se van creando: En 1926 Unión Radio compra e integra EAJ-5 Radio Sevilla, EAJ-3 Radio Cádiz y EAJ-4 Radio Castilla, y EAJ-1 Radio Barcelona se asocia a Unión Radio ; en 1927 Unión Radio integra EAJ-8 Radio San Sebastián y EAJ-22 Radio Salamanca, etc... Radio Barcelona EAJ-1 se integraría definitivamente en Unión Radio el 14 de marzo de 1929 (mediante autorización de la Dirección General de Comunicaciones), pasando a ser Unión Radio Barcelona, nombre que mantuvo hasta el final de la guerra civil (1939).

Al principio cada emisora emitía su propia programación, no habían los medios técnicos como hoy en día para emitir en cadena, para distribuir una misma señal entre distintas emisoras, al fin y al cabo la radiodifusión estaba empezando en España. A finales de mayo de 1926 Unión Radio Madrid y Radio Barcelona (entonces asociada, pero aún no integrada, a Unión Radio) realizan el primer dúplex de la radio española, emitiendo una misma programación en conjunto o en paralelo. Pocos días después, a principios de junio de 1926, se realiza el primer múltiplex de la radio española, con una emisión conjunta entre Radio Barcelona, Unión Radio Madrid y Radio San Sebastián. Fue la primera emisión en cadena de varias emisoras en España.

A medida que se implantaban emisoras a lo ancho del territorio nacional y las iba adquiriendo Unión Radio, Unión Radio comenzó a ampliar contenidos y a emitir en cadena con otras emisoras.

En 1927, Unión Radio Madrid (EAJ-7), Radio Bilbao (EAJ-9), Radio Sevilla (EAJ-5), Radio Salamanca (EAJ-22) y Ràdio Barcelona (EAJ-1) comenzaban a emitir conjuntamente (en cadena). Así, en mayo, todas las emisoras radiaban el partido de fútbol entre el Zaragoza y el Real Madrid. Unión Radio alcanzaría casi el monopolio de emisiones en España, con excepciones como Radio Associació de Cataluña (EAJ-15) o Radio España de Madrid (EAJ-2), constituyéndose en el más importante grupo radiofónico de la siguiente década de 1930.

El 8 de octubre de 1930 y tras el fin del mandato del dictador Miguel Primo de Rivera, Unión Radio Madrid reforzó su apuesta por la información con el informativo diario La Palabra, de entre 20 y 30 minutos de duración, que contó con las populares voces de Luis Medina y Carlos del Pozo. Josefina Carabias fue otra estrella radiofónica clave en la época. La Palabra fue prácticamente el primer informativo diario en la radiodifusión española.

La proclamación de la Segunda República en la Puerta del Sol de Madrid, en abril de 1931, se hizo ante un micrófono de Unión Radio. La instauración de la Segunda República abrió una nueva etapa en la historia de la radiodifusión en España, con la consagración de un nuevo marco de libertades, entre ellas, la de expresión.

El 23 de agosto de 1931, Unión Radio Madrid y Radio Barcelona transmitieron conjuntamente la entrega por Francesc Macià al Presidente de la República Niceto Alcalá Zamora del primer Estatuto de Autonomía de Cataluña.

En 1934, tras múltiples debates, el presidente de la República sancionó los ocho artículos de la Ley de Radiodifusión y consagra a la radio como servicio público.

Al estallar la Guerra Civil Española, Unión Radio Madrid permaneció fiel al legítimo Gobierno de la República, fue incautada por el gobierno, y estuvo gestionada por un comité de trabajadores, y su sede fue trasladada temporalmente de la Gran Vía para evitar los ataques de las fuerzas rebeldes. La radiodifusión pasó a ser en este periodo un arma propagandística de los bandos beligerantes, y Unión Radio Madrid fue convertida prácticamente en órgano de propaganda del bando republicano. Fue el vehículo que trasladó a los ciudadanos españoles el histórico discurso de la dirigente comunista Dolores Ibárruri “La Pasionaria”, pronunciando el legendario “No pasarán”. Por otro lado, Unión Radio Sevilla quedó en manos de los sublevados ya desde el inicio del alzamiento, siendo utilizada por el general Queipo del Llano como arma propagandística desde el bando sublevado, con sus famosas charlas nocturnas de arenga a los sublebados y de ataque con modos chulescos y de terrorismo radiofónico contra el bando republicano.

Tras varios impases, el 28 de marzo de 1939, con la caída de Madrid en manos del ejército franquista, la emisora es tomada por las tropas franquistas, pronunciando Luis Medina unas palabras de despedida antes de ser detenido y condenado a muerte. Horas después, las ondas de Unión Radio Madrid conectaban con la programación única transmitida por Radio Nacional de España, la emisora oficial del bando franquista. La guerra acabaría oficialmente cuatro días después.

El 6 de marzo de 1939, el general Francisco Franco, jefe supremo del bando nacional, dicta una orden por la que se somete a censura previa de Falange Española la programación de todas las emisoras privadas de radio y las obliga a conectarse diariamente con Radio Nacional de España para emitir los diarios hablados conocidos como “El Parte”. Esta medida estuvo en vigor hasta el 6 de octubre de 1977, día en que fue derogada por el presidente Adolfo Suárez, ya en la Transición española que siguió a la muerte de Franco.

Tras el fin de la Guerra y la proclamación del estado franquista, Unión Radio toma la denominación de Sociedad Española de Radiodifusión (SER), consituyéndose formalmente el 25 de septiembre de 1940. La propiedad es cedida a las familias Garrigues y Fontán y la cadena pasa a estar presidida por Antonio Garrigues Díaz-Cañabate, con Virgilio Oñate como director general. En 1942 se incorporaba Manuel Aznar Acedo como responsable de programación, cargo que ocupó durante 20 años. La SER se constituyó en el más importante grupo radiofónico de la década.

Con el estado franquista el régimen de libertades se había terminado. La Ley de Prensa de 1938 (proclamada aún durante la guerra civil), vigente hasta 1966, establecía un sistema de censura informativa, y las radios comerciales, incluida la SER, fueron despojadas de la posibilidad de radiar programas informativos. Las noticias eran radiadas exclusivamente por Radio Nacional de España, emisora de régimen con la que se debía conectar preceptivamente para la emisión de El Parte o noticiero hablado.

A partir de la formación de la Cadena SER, Radio Madrid se convierte en la emisora principal de la cadena, y en sus estudios se realizarán la mayoría de programas de mayor éxito que ha tenido la cadena desde su fundación. La SER se consolida como la radio comercial por excelencia en España. Frente a Radio Nacional de España, cadena oficialista y de titularidad pública, la SER opta por ir incorporando un modelo de radio-espectáculo, concebida sobre todo en términos de entretenimiento, y por ello gozó de gran predicamento entre los escuchantes durante la dictadura.

La incorporación del periodista Robert Kieve, procedente de Estados Unidos, significó la importación de un modelo de radio, ya asentado en Norteamérica, con conceptos y esquemas de programación desconocidos hasta el momento en España. El concurso para descubrir jóvenes talentos, Tu carrera es la radio, fue un claro exponente.

Un hito histórico fue la incorporación de Bobby Deglané a Radio Madrid con el espacio de variedades Fin de semana en 1940, que tras un paréntesis se convertiría en Cabalgata Fin de Semana en 1951. El espacio, que en su etapa final fue conducido por José Luis Pécker, marcó nuevos ritmos a la hora de hacer radio en España. En 1949 se emite por primera vez el programa Fin de Semana en conexión con todas las emisoras que conformaban la cadena en esa época.

Igualmente clave en la consolidación de la cadena SER fue la creación del cuadro de actores de Radio Madrid, que inauguró la época dorada de la ficción radiofónica en España. En 1942, comenzó a emitirse Teatro del aire, que consistió en adaptaciones radiofónicas de los clásicos de la escena, interpretadas por la compañía de actores de Radio Madrid, y que se mantuvo en antena hasta 1973. Otras emisoras también crearían sus propios cuadros de actores.

A finales de la década de 1940 empezaron a emitirse los seriales radiofónicos o radionovelas. En la SER, en 1947 comienzan a radiarse las radionovelas El Coyote y Dos hombres buenos, a los cuales seguirían decenas más en los siguientes años. Voces como las de Juana Ginzo, Matilde Conesa, Pedro Pablo Ayuso o Matilde Vilariño mantuvieron conectados a la radio a millones de oyentes con los seriales escritos por Guillermo Sautier Casaseca. Los seriales Lucecita, Ama Rosa, o Lo que nunca muere, con altísimos índices de seguimiento, quedaron grabadas en el imaginario de toda una generación. En 1953, José Mallorquí empieza a realizar sus primeras radionovelas. Y desde 1955, en el género de humor triunfó el espacio Matilde, Perico y Periquín, de Eduardo Vázquez. Este espacio de humor fue patrocinado por la firma alimentaria Cola Cao, e hizo famoso aquel anuncio musical del Cola Cao ““Yo soy aquel negrito del África tropical...”.

Las retransmisiones deportivas atrajeron pronto la atención de los oyentes aficionados al fútbol, y también del boxeo, entonces muy popular en España. En 1954, Vicente Marco creaba Carrusel Deportivo, programa deportivo que se sigue emitiendo actualmente (2019) y que ha conocido una gran evolución en la transmisión de los partidos de fútbol, ya que permite seguir desde el estudio las incidencias de los diferentes partidos a través de la televisión. También Paco Quílez se puso al frente de Siguiendo los deportes.

En la década de los 50, considerada por algunos como la época dorada de la radio en España, hicieron también fortuna los concursos ('El Bazar de las sorpresas' ; 'Ustedes lo saben, pero ellos no' ; 'Busque, corra y... llegue usted primero' ; 'Su canción favorita' y 'Avecrem llama a su puerta' con el popular Joaquín Soler Serrano) y el humor de Tip y Top (dúo humorístico constituido por Luis Sánchez Polack y Joaquín Portillo, y que posteriormente pasaría a llamarse Tip y Coll) y del legendario Pepe Iglesias 'El Zorro'.

En Barcelona, en noviembre de 1953 tuvo lugar en los salones del Hotel Avenida Palace de Barcelona el “Concurso Nacional de Textos Radiofónicos”, y de dicha convocatoria un año más tarde, en 1954, surgiría la convocatoria de los Premios Ondas, instituidos por Radio Barcelona con motivo del 30 aniversario de la creación de la emisora y tomando el nombre de la revista que publicaba la emisora catalana, para premiar inicialmente a narraciones y programas radiofónicos, y posteriormente también a profesionales nacionales e internacionales del mundo de la radio (y posteriormente también de la televisión, cine y música) que hayan destacado en su labor. Los premios Ondas son de periodicidad anual.

En 1956 y 1960, las bodas del príncipe Rainiero de Mónaco con la actriz Grace Kelly y del Rey Balduino de Bélgica con la española Fabiola se convierten en grandes acontecimientos mediáticos. La televisión llegó a España en estos años y junto con la llegada de Manuel Fraga Iribarne al Ministerio de Información y Turismo, abrieron una nueva etapa en la radio española.

El cambio de década marcó un importante giro en la dirección de la cadena. El 23 de enero de 1962 Eugenio Fontán era nombrado director de la cadena en sustitución de Oñate tras veinte años al frente de la SER. Ese mismo año, Manuel Aznar dejaba también la jefatura de programación. El entonces Ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga Iribarne, inició una tímida apertura del régimen franquista en materia de libertad de expresión e impulsó la nueva Ley de Prensa del 15 de marzo de 1966, que eliminó la censura previa, si bien Radio Nacional de España continuaba manteniendo el monopolio de la información política.

La noche del 22 de noviembre de 1963, la Cadena SER fue la primera emisora en España en dar la noticia del asesinato en Dallas (Texas) del presidente de EE.UU. John Fitzgeral Kennedy. En 1964 la SER estrena un espacio magazine, con algunos elementos informativos. Se llamó Matinal SER, sobre una idea de Antonio González Calderón y bajo dirección del periodista Manuel Martín Ferrand. Ocho años más tarde nacía Hora 25 como “un programa de cuestiones actuales”, también con Martín Ferrand y al que se incorporó un por entonces joven periodista especializado en el área deportiva llamado José María García, el cual se convertiría con el tiempo en uno de los mayores (y muy controvertido) radiofonistas españoles.

Por otro lado, los cambios sociales, la cada vez más feroz competencia de la televisión y el desarrollo tecnológico propiciaron una cierta renovación de contenidos en la programación de la cadena SER. Los años sesenta fueron testigo del nacimiento de las “radiofórmulas” en España. En 1963 comenzaba a emitirse El Gran Musical con Tomás Martín Blanco, un espacio de música ligera, y en 1966 nacía el programa Los 40 Principales, que sería con el tiempo el precursor de la cadena de radio del mismo nombre. Jóvenes profesionales como Joaquín Luqui, Pepe Domingo Castaño, José María Íñigo, Pepe Cañaveras o Miguel de los Santos se incorporon a estos espacios novedosos pensados para atraer la atención de los jóvenes. Otra novedad de la época fueron los programas de causas solidarias como “Operación Plus Ultra” o “Ustedes son formidables”, con Alberto Oliveras.

Con motivo del Campeonato del Mundo de fútbol celebrado en 1966 en Inglaterra, la Cadena SER inició la transmisión de encuentros internacionales de fútbol, hasta entonces exclusivos de Radio Nacional de España.

En las postrimerías del franquismo, los seriales continuaron arroyando en audiencia: 'Ama Rosa' (con Juana Ginzo) en los años sesenta y 'Simplemente María' (con María Salerno) a principios de los setenta. Fueron, sin embargo, los últimos exponentes de un género llamado a desaparecer con el cambio de los tiempos.

El fallecimiento de Francisco Franco en noviembre de 1975 y el posterior restablecimiento de la democracia (durante la denominada “Transición española” que siguió a su muerte) abren una nueva etapa en la historia de la cadena SER. Pero pocos meses antes de la muerte del dictador, la cadena había sufrido una pseudo-nacionalización, operada a través del Decreto 2054/1975 de 17 de julio de 1975 en virtud del cual la Cadena SER (al igual que Radio Intercontinental) hacían “donación de títulos valores” por importe del 25% de su capital al Estado. A partir de ese momento, y al finalizar la dictadura, la titularidad de la cadena SER se distribuía de la siguiente manera: 25% correspodía al Estado (que pasaba a ser accionista mayoritario); 20% Familia Fontán; 18% Antonio Garrigues Díaz-Cañabate; 14% Banco Urquijo y 9% Gregorio Gómez Mira, y el resto repartido entre varios accionistas.

El hito más importante en el proceso de consolidación de la libertad de expresión durante la Transición fue el Real Decreto 2664/1977 del 6 de octubre sobre “Libertad de Información General por las Emisoras de Radiodifusión”, que ponía fin al monopolio informativo del RNE, exonerando al resto de emisoras de la obligación de conectar (desde 1939) con la radio pública para la emisión de sus diarios hablados. La Cadena SER fue la primera emisora privada en ofrecer un informativo propio el 3 de octubre. Ese año comenzó a emitirse Plaza de España, informativo conducido por Martín Ferrand. Como consecuencia de la liberalización informativa, la SER inició las retransmisiones de los desfiles de las Fuerzas Armadas, primero en Madrid y posteriormente en Sevilla y Valencia, encargándose de ello Juan Vives.

En cuanto a la programación, la época supuso la consagración profesional de José María García (en el ámbito de los programas de deportes) y el éxito del último serial radiofónico, La saga de los Porretas, de Eduardo Vázquez, con José Fernando Dicenta.

En 1979 se realizó en los estudios de Radio Madrid la primera transmisión con micrófono inalámbrico para el programa “Viva la radio”.

El momento más trágico del periodo se vivió la noche del 23 de febrero de 1981, conocida también como “La noche de los transistores”, con el intento de golpe de Estado y la toma del Congreso de los Diputados por el coronel de la Guardia Civil Antonio Tejero. El cronista político de la emisora José Luis Díaz, que estaba cubriendo la sesión del Congreso en la que se votaba a Leopoldo Calvo Sotelo como presidente del país tras la dimisión del presidente Adolfo Suárez, consiguió mantener el micrófono abierto mientras los militares golpistas entraban en el Parlamento y lo ocupaban, manteniendo retenidos a los diputados y otras personas presentes. Mientras Fernando Ónega, a la sazón director de informativos de la cadena, coordinaba la emisión. Dicha noche muchos españoles estuvieron pendientes del receptor de radio para seguir la evolución del fallido golpe, de ahí lo de “La noche de los transistores”.

Se inicia la década de los 80 y el grupo editorial PRISA, propietario de El País, el diario de mayor tirada en España, pretendía expandirse a otros ámbitos de la comunicación más allá de la prensa escrita. En 1982 pusieron en marcha Radio El País, con ínfimos resultados de audiencia. Tras esa experiencia, alteraron su estrategia para fijarse en la eventual adquisición de paquetes de acciones de grupos radiofónicos ya implantados en el país, y PRISA se fijó en la Cadena SER, que ya era la primera cadena de emisoras de España.

La incorporación de la Cadena SER al Grupo PRISA comenzó en 1983, a la muerte de Gregorio Gómez Mira, uno de los accionistas de la cadena, cuyos herederos vendieron su participación al Grupo PRISA. Poco después PRISA se hacía con las acciones del Banco Urquijo (1984) y se convertía en accionista mayoritario de la SER. Los siguientes en ceder su parte en la emisora fueron los Fontán en 1985. En junio de 1992 sería el Gobierno del socialista Felipe González el que vendiese la participación estatal, permitiendo al Grupo PRISA hacerse con la totalidad de las acciones de la Cadena SER. La línea editorial del Grupo PRISA era por entonces cercana a los postulados del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), y las operaciones de toma de control de la cadena no estuvieron exentas de críticas de favoritismo por parte de otros medios de comunicación y de círculos políticos. También, en 1992, PRISA adquirió la cadena privada Antena 3 Radio, fundada en la década anterior.

El papel de la Cadena SER en las horas siguientes a los graves atentados islamistas del 11 de marzo de 2004 en Madrid dio lugar también a innumerables polémicas e hizo correr ríos de tinta entre defensores a ultranza de rol de la cadena SER como adalid de la verdad que el Gobierno de José María Aznar pretendía ocultar a los ciudadanos acerca de estos atentados (que querían atribuir al grupo terrorista vasco ETA) y aquellos que opinaban que la SER manipuló deliberadamente la información, con especial referencia a la supuesta noticia contrastada de la cadena SER de la existencia de un terrorista suicida con propagada, y que más tarde se comprobó ser falsa. Desde el momento después del atentado, la Cadena SER mantuvo abierta la información de forma permanente para informar de todos los aspectos que incidieron en el mismo.

Esto pudo tener cierta influencia en la victoria del PSOE en las elecciones generales (que estaban ya programadas) que tuvieron lugar días después de los atentados, y que llevó a la elección del socialista José Luis Rodríguez Zapatero como presidente del gobierno.

En 2008, la redacción de deportes fue galardonada con un premio Ondas por la cobertura de la Eurocopa 2008 y los Juegos Olímpicos de Pekín.

A fecha de 19 de febrero de 2005, la cadena declaraba 247 emisoras en propiedad (93 de ellas obtenidas por la absorción de Antena 3 Radio, cadena privada que se constituyó en 1982), más otras 194 emisoras asociadas.

La Cadena SER se consolidó desde principios del siglo XXI como líder de audiencia, manteniendo una gran estabilidad en su parrilla de programación, en la cual destacan programas que llevan muchos años en antena siendo líderes de audiencia en sus respectivas franjas horarias.

 

Fuente principal: Wikipedia (artículos sobre 'Radio Madrid' y 'Historia de la Cadena Ser').

Editado: 20-11-2019

 

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51- LOS INICIOS DE LA RADIO EN EL PAÍS VASCO

 

El 15 de diciembre de 1924 se concedió la licencia provisional a EAJ-8 Radio San Sebastián, que es considerada la emisora decana vasca. Fue creada a iniciativa de don Sabino Ucelayeta, comerciante y hombre de negocios que fue teniente de alcalde de San Sebastián entre los años 1894 y 1897, y que fue quien recibió dicha licencia.

La licencia definitiva llegó el 24 de noviembre de 1925. La emisora comenzaría sus emisiones bajo el nombre de Radio España de San Sebastián. El equipo emisor, una antigua estación Western Electric Company con 3 kW de potencia, se instaló en el monte Igueldo, junto a la ciudad de San Sebastián. Según datos de 1936, la estación transmitía en la longitud de onda de 238,5 metros, correspondiente a la frecuencia de 1258 kHz. La antena de la emisora, en el monte Igueldo, ha sido desde entonces parte de la estampa de la bahía donostiarra.

Sabino Ucelayeta, interesado en instalar una emisora de radio, se dirigió al ayuntamiento donostiarra para instalar la emisora, pero la máxima institución local no mostró ningún interés por ese invento que estaba revolucionando el mundo occidental. Ante la negativa decidió tomar él mismo la iniciativa y comenzó los trámites para solicitar la licencia correspondiente.

Las primeras emisiones eran de 8:30 a 9 h., de 13:30 a 15 h., de 19 a 21 h., y de 22 a 24 h. Sus programas ofrecían, entre otros, conciertos, entrevistas con actores, cantantes e intelectuales y los primeros programas de radio en euskera conducidos por Ander Arzeluz y Joseba Zubimendi.

Por entonces, los receptores de radio funcionaban con lámparas y necesitaban un mantenimiento continuo. Radio San Sebastián creó un servicio de reparaciones de radios llamado “Servicio de radio para todos”. Mediante el pago de una cuota, el oyente tenía derecho a la reparación de su aparato de radio, a un disco dedicado, a una revista Ondas, una pérdida y una esquela.

El 26 de junio de 1927 EAJ-8 Radio San Sebastián fue comprada y transferida a Unión Radio.

 

En Vizcaya las primeras experiencias de radiodifusión se remontan al 6 de abril de 1924, cuando el arquitecto Emiliano Amman instala en su casa una estación experimental, de nombre K2A que llega a emitir algunos conciertos y conferencias. De esta manera se dan los primeros pasos para la constitución del Radio Club Vizcaya, una asociación que reune a los aficionados a las transmisiones sin hilos. Por estas fechas el ambiente se va caldeando y se empiezan a comprar los primeros aparatos de radio para escuchar las emisoras británicas y francesas. Además, circulaba por la prensa el rumor de la próxima apertura de tres emisoras en la capital vizcaína.

La primera de ellas inició sus emisiones en periodo de prueba en el verano de 1924 y recibió la licencia de emisión el 12 de enero de 1925. Fue EAJ-9 Radio Club Vizcaya, la cual comenzó sus emisiones con regularidad el 30 de marzo de 1925, estando instalada la estación de radio en la cuarta planta del Hotel Carlton, en Bilbao, y siendo propiedad de Nivardo Pina, un conocido carbonero vizcaíno.

Desde el primer momento, la emisora del Hotel Carlton tuvo un carácter netamente cultural. La parte comercial de la radio, si bien interesaba, quedó en un segundo lugar. La educación, la literatura, el arte y la ciencia fueron los principios que rigieron su programación. Así, la Sociedad de Buenas Letras efectuaba en 1925 la lectura de variadas comedias como “El chiquillo” de los hermanos Álvarez Quintero. Los locutores de este espacio eran Adela Miranda y Rufo Ardid. En 1926 había una emisión realizada por Pachico “el de Tendería” ,que se llamaba “Paliques”. El padre Vilariño S.J. dirigía en 1925 las “Conferencias sobre moral”. También había una emisión diaria dedicada al deporte y realizada por Nivardo Pina, conocido como el señor Pina hijo. Sin embargo todos estos fines culturales chocaron con la poca calidad de la emisora, debido a los pobres medios técnicos con los que contaba.

Al poco de nacer la primera estación bilbaína ya se estaba hablando de la próxima apertura de la segunda estación vizcaína. El promotor de la misma fue el bilbaíno Armando Otero, junto con la importante aportación técnica y económica de la empresa madrileña Compañía Ibérica de Telecomunicación, que era realmente quien se encontraba detrás de la emisora, con intenciones de crear una red alternativa de emisoras a la iniciada por Ricardo Urgoiti con Unión Radio.

El 30 de septiembre de 1925, tras un largo periodo de pruebas, se inaugura la nueva estación radiodifusora EAJ-11 Radio Vizcaya. La emisora, propiedad de Armando Otero, se instaló en los locales del bar La Terraza, frente a la Junta parroquial (Quinta Parroquia). Si EAJ-9 había sido creada por una asociación de aficionados vizcaínos, EAJ-11 Radio Vizcaya alentó la creación de otro grupo parecido que le diera audiencia y le asesorara en materia de programación. Además, estas asociaciones con sus cuotas les prestaban ayuda económica, ya que la publicidad de los años 20 no era muy importante.

La programación de EAJ-11 Radio Vizcaya era de las 22 horas hasta la medianoche y consistía sobre todo en la retransmisión en cadena de conciertos y conferencias. La primera retransmisión la realizó en julio de 1926 conectando con Unión Radio Madrid, Radio Barcelona y Radio San Sebastián. Sin embargo, los oyentes vizcaínos querían más programas locales, ya que era frecuente que la emisora emitiera conferencias en otros idiomas.

La escasa publicidad y la poca importancia de las respectivas asociaciones de radiooyentes llevó a la crisis tanto a EAJ-11 Radio Vizcaya como a la estación rival del Hotel Carlton, EAJ-9 Radio Club Vizcaya. La aparición de EAJ-11 Radio Vizcaya trajo problemas a EAJ-9 Radio Club Vizcaya. La publicidad no iba en aumento, con lo que la crisis estalló en la radio vizcaína. Radio Club Vizcaya trató de inyectar más dinero con la colaboración de sus socios, pero esto no fue suficiente. La calidad de la programación fue empeorando, y todo ello llevó finalmente a finales de 1926 a la compra de la emisora por la potente empresa madrileña Unión Radio. La emisora fue cerrada para instalar nuevos equipos y poco después nacería la nueva EAJ-9 Unión Radio Bilbao, nuevo nombre de la que había sido EAJ-9 Radio Club Vizcaya. Unión Radio Bilbao sería inaugurada el 1 de abril de 1927 (según explica Julián del Valle en un librito que publicó en 1972 y que conoció los orígenes de la radiodifusión vasca).

Y al igual que había sucedido en Madrid, Sevilla y otras capitales, la segunda radio de la ciudad iba a ser también adquirida por Unión Radio. Esto sucedía a mediados de abril de 1927, poco después de la inauguración oficial de EAJ-9 Unión Radio Bilbao. Tras esta compra, Unión Radio procedió al cierre de la estación EAJ-11 Radio Vizcaya, que fue absorbida por su antiguo rival, ahora EAJ-9 Unión Radio Bilbao. Unión Radio Bilbao comenzó sus emisiones oficialmente ese día 1 de abril.

EAJ-9 Unión Radio Bilbao emitía en horario nocturno de 21:30 a 23 horas, realizando conexiones con la emisora central de Unión Radio (de Madrid) para distintos programas. También iniciaron las emisiones de sobremesa que fueron suspendidas poco después por la poca aceptación por parte de los oyentes.

Un año después, en marzo de 1928, Unión Radio Bilbao solicitó permiso para aumentar la potencia de emisión y trasladar el emisor y antena al monte Archanda, vecino a la ciudad de Bilbao. La concesión sólo permitía 200 vatios de potencia. Pero la Junta Técnica de Radiocomunicación denegó este permiso, y Unión Radio decidió cerrar su estación de Bilbao, caducando su concesión el 28 de abril de 1928.

En diciembre de 1928, un grupo de aficionados del Radio Club Vizcaya emprendieron una iniciativa particular de emisiones en onda corta, emisora a la que llamaron EAR-21.

Y hasta 1933 no volvió a inaugurarse otra emisora de radio en Vizcaya. El 27 de marzo de este año, don Daniel Urquijo recibió la concesión de la emisora EAJ-28. El día 3 de julio se constituyó Radio Emisora Bilbaína, S. A., asociación promovida por conocidos comerciantes bilbaínos (algunos ligados con la industria del dulce): José Joaquín Sautu (copartícipe en la confitería El Buen Gusto), Pepe Irala Angulo (de Chocolates Bilbainos), Daniel Urquijo (ingeniero), entre otros.

El programa inaugural de la emisora se radió el 31 de octubre. En dicho programa la inauguración oficial de la emisora la realizó desde su despacho en Madrid el jefe de gabinete de la República Española, Martinez Barrios, en cuyo despacho la familia Urgoiti (que era un referente en el mundo de la información) colocó un micrófono para ello. El discurso de Martínez barrio estuvo explícitamente dirigido a los vascos con intención política, refiriéndose al estatuto de autonomía vasco.

En la ceremonia bilbaina, realizada en el Hotel Carlton, hubo invitados oficiales y oficiosos: el entonces gobernador civil Gonzalo Acosta, el alcalde de Bilbao Ernesto Erkoreka, Juan Echevarría en representación del presidente de la Gestora, y los militares que estaban con mando en plaza. También asistieron representantes de la prensa local como el conocido López Becerra, Echevarría, etc. Sonó el himno nacional español (el himno de la República) y el Gernikako Arbola. Y como no podía ser de otro modo, hubo un buffet en los salones del Hotel Carlton. Sin embargo la estación solo funcionó unos minutos. El equipo emisor se averió justo cuando el alcalde se disponía a dar las gracias al Jefe de Gobierno.

Hasta la llegada de la guerra civil en julio de 1936, EAJ-28 Radio Emisora Bilbaína fue una emisora de radio muy local e hizo famosos los jueves infantiles, con galas celebradas en el Teatro Campos. Las doce campanadas de fin de año las daba normalmente también la emisora y sus micrófonos estuvieron abiertos a diferentes deportistas, boxeo incluido. Las cabalgatas de Reyes también fueron impulsadas por esta emisora. Se enseñó gimnasia y también francés (Julián Echevarría “Camarón”, fue uno de los profesores de este idioma), y la emisora apoyó la semana hospitalaria para lograr un sanatorio infantil para Bilbao en 1935. Como nota anecdótica esta emisora fue la que introdujo las necrológicas radiadas.

Con la revolución de 1934 Radio Emisora Bilbaína se puso a disposición del Gobernador Civil, Angel Velarde. Ante rumores circulantes, la emisora padeció decisiones ligadas a la crispación de aquellos días. Entre otras acciones fue revisada en busca de armas. No obstante, la emisora siguió con normalidad sus emisiones e iniciativas, hasta el estallido de la guerra civil.

El País Vasco se mantuvo fiel a la República, pero en 1937 las tropas nacionales ocupan Bilbao, y entonces la emisora pudo reanudar sus emisiones. Tras la guerra, Radio Emisora Bilbaína cambió su nombre por el de EAJ-28 Radio Bilbao, y en diciembre de 1943 se incorporó a la cadena de emisoras de la SER (Sociedad Española de Radiodifusión), la cadena sucesora de Unión Radio (en realidad, fue un cambio de nombre de la cadena).

 

Fuentes:

fmachain
El Medio Sonoro, artículo “EAJ-8 Radio San Sebastián” (28-12-2008)
Programa ”Hoy por Hoy Bilbao”, Cadena SER Euskadi, “85 años de Radio Bilbao” (05-10-2018)

Editado: 16-12-2019

 

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52- LA PARTICIPACIÓN DE LAS MUJERES EN LA HISTORIA DE LA RADIO

 

El Museu d'Historia de Catalunya, en Barcelona, acogió la exposición "Dones a les ones" (Mujeres en las ondas) en invierno de 2020-21, que recogía el poco tratado tema de la participación de las mujeres en la historia de la radio, desde los inicios de la radio hasta la actualidad. Entre aparatos, imágenes, carteles, micrófonos, recreaciones de espacios y publicaciones relacionadas, esta exposición repasó los hitos que la mujer ha alcanzado en el mundo de las ondas y da a conocer el nombre de las pioneras en este ámbito, si bien estuvo más centrada en la radio catalana.

Elvira Altés, licenciada en antropología, periodista, profesora e investigadora de la UAB (Universitat Autónoma de Barcelona), comisarió la exposición tras un lustro de investigaciones, y constató que en la primera época de la radiodifusión las mujeres periodistas (y las mujeres en general) no lo tuvieron fácil para acceder a las emisoras radiofónicas por varios motivos, pero sobre todo porque se trataba "de una profesión de perfil marcadamente masculino". Altés describe el papel de la mujer en la radio como "una historia de éxito", que hay que completar aún con su participación creciente en los puestos de dirección.

 

Cuando la radiodifusión estaba empezando en el mundo (a partir de 1920), las voces masculinas eran las que dominaban en antena, pero eso pronto empezó a cambiar. Las voces femeninas entraron en las ondas. Lo hicieron por una cuestión de acústica (sonaban mejor) pero también por una custión de potencial audiencia: Las mujeres eran las oyentes principales de la radio, ya que eran quienes solían estar en casa durante las horas de emisión.

Desde el comienzo de la radiodifusión en España en 1924, la voz de las mujeres ya comenzó a sonar a través de las ondas, ya había locutoras, aunque tuvieron que “adaptarse” a un mundo considerado de hombres.

En noviembre de 1924 comenzó oficialmente la radiodifusión en España, con el nacimiento de las primeras emisoras de radiodifusión legales en España, siendo Radio Barcelona EAJ-1 la primera en obtener su licencia de emisión (y la segunda en iniciar sus emisiones oficialmente, tras un cierto periodo de pruebas). La radiodifusión sugió durante la dictadura de Primo de Rivera, estaba sometida a cierta censura, y era obligatoriamente en lengua castellana.

La primera mujer cuya voz sonó tras los micrófonos en la radiodifusión española fue María Sabaté, que era la secretaria de dirección de Guillén Garcia, responsable de la Associació Nacional de Radiodifusió (de Catalunya), cuando se la propuso leer algunos anuncios en Radio Barcelona, más bien como pruebas de sonido que como locutoras. Aquellas primeras mujeres que hicieron sonar su voz los primeros años de la radiodifusión española se las conocieron como “anunciadoras” (no "locutoras", eso sería más tarde).

Sin embargo, la primera locutora de radio (como tal) fue Maria Cinta Balagué, en Radio Barcelona ya desde 1924, la cual fue elegida entre las muchachas que iban al Institut de Cultura Popular de la Dona (Instituto de Cultura Popular de la Mujer), y a la cual se le ofreció la posibilidad de realizar un programa que se llamó “Radiotelefonía femenina”, programa literario femenino en el cual las mujeres podían enviar sus poemas y sus escritos, que debían ser “femeninos pero no feministas” (según se indicaba en el anuncio publicado en el periódico La Vanguardia). Esto parecía establecer ya desde un principio unas normas de cómo debía ser la participación de la mujer en la radio. Este primer magacine femenino de la radio hace de Maria Cinta Balagué sea supuestamente la primera locutora de la radio española, la cual luego consiguió que otras mujeres participaran en este programa haciendo aportaciones (colaboraciones, como se diría hoy en día) diversas.

Estas primeras mujeres que aparecieron en los inicios de la radio española eran cultas, con poder adquisitivo, y normalmente de carácter muy conservador, y es algo que llama la atención, porque en esa época (años 20) gran parte de la población española era analfabeta; para trabajar en la radio había que saber leer con cierta soltura. Al principio las primeras mujeres que tienen algún rol en la radio fueron secretarias de asociaciones, agrupaciones e impulsores de la radio (generalmente personas muy vinculadas a la tecnología: ingenieros, técnicos, comerciante vinculados a la técnica, etc), necesarias para las gestiones administrativas de las agrupaciones, y para impulsar la creación de revistas que hablaran de este nuevo medio de difusión, y solían ser chicas muy formadas y que incluso hablaban idiomas, ya que en las revistas copiaban y traducían las programaciones de la BBC y otras emisoras europeas que se podían escuchar en España. Pero pronto tuvieron como papel principal en la radio actuar en los espacios para señoras y sobre todo como secretarias en el departamento de publicidad, ya que la radio era un negocio privado y la publicidad era un medio para subsistir. Y por supuesto, otro grupo de mujeres entran en la radio ya como "anunciadoras" (locutoras), trabajando con su voz frente a los micrófonos de las emisoras.

Mayormente estas primeras mujeres de la radio eran mujeres de carácter conservador, femeninas pero nada feministas, pero algunas de ellas, como Teresa Escoriaza (conferenciante, periodista y corresponsal de guerra), empezaron a dar a la radio un toque feminista: en Madrid, en la emisora de Radio Ibérica, Teresa Escoriaza utilizó este medio para difundir sus ideas, consciente del poder propagandístico que podía tener la radio. Curiosamente, Teresa Escoriaza nunca se consideró locutora de radio (incluso le molestaba que la consideraran locutora), sino una persona que iba a la radio a hacer conferencias sobre diversos temas.

María Cinta Balagué, primera locutora en España en Radio Barcelona, siguió la filosofía del Institut de Cultura Popular de la Dona (Instituto de Cultura Popular de la Mujer), donde se educaba y formaba a las mujeres jóvenes tanto en cultura como en los quehaceres del hogar para que tuvieran un oficio, principalmente vinculado a la administración (secretarias, taquígrafas, traductoras, etc...). María Cinta Balagué se había educado en este instituto y tenía el oficio de secretaria del alcalde de Barcelona (y anteriormente del Departamento de Cultura de Barcelona), era una mujer culta, acostumbrada a trabajar con temas culturales, sabía hablar en público y comportarse, y con 26 años acudió al llamamiento que hizo Radio Barcelona, y se convirtió en la gran pionera de la radio femenina. La encargaron realizar un programa “para las mujeres” que se estrenó en 1926 en Radio Barcelona. Su programa, "Sección literaria femenina", de media hora de duración y radiado dos veces cada semana, era un programa inicialmente de marcado carácter literario, locutado por ella de forma completa y era escrito por un grupo de mujeres colaboradoras con inquietudes literarias (escritoras, columnistas de revistas femeninas y guionistas), que también crearon los textos de las diferentes secciones a las que a partir de finales de 1927 se abrió el programa (moda, crianza de niños, cocina, otros temas útiles..., sin perder por ello su carácter literario). El programa también recogía las opiniones de las oyentes, las cuales podían enviar al programa sus propias creaciones literarias, e incluso, si tenían buena dicción, eran invitadas a leer por antena sus creaciones literarias. Aunque nunca fue parte de la plantilla de Radio Barcelona (ya que su ocupación principal era otra), María Cinta fue la primera locutora de España, pero no la única.

Las mujeres tuvieron un papel fundamental en el desarrollo de la radio en España, y no solo en la parte creativa (en la producción de contenidos musicales o verbales), sino también trabajando en aquellas tareas más alejadas del micrófono como eran en puestos administrativos de las empresas radiofónicas y de las revistas que editaban, como se ha comentado anteriormente. Así, Maria Queralt ejerció en los años veinte de secretaria general de Radio Barcelona y la ya citada Maria Sabaté fue la primera mujer funcionaria y secretaria del director de la misma emisora.

Ya desde mediados de los años veinte, la radio fue en busca de la audiencia femenina con espacios primero de carácter conservador, como “Charlas femeninas” (en Radio Barcelona desde sus inicios) o consultorios sentimentales. Algo lógico si se tiene en cuenta que las mujeres eran el principal grupo de oyentes de la radio, ya que eran quienes solían estar en casa durante las horas de emisión mientras los hombres estaban en sus puestos de trabajo.

 

El periodo republicano (años 30) sirvió para popularizar el medio, la radio dio un salto cualitativo en España, gracias a un decreto del 8 de diciembre de 1932 que permitió crear numerosas emisoras locales en España, emisoras que iban a requerir personal para todo (locutores, secretarias, técnicos, etc...), y con ello la radio también se feminizó, al permitir la incorporación progresiva de locutoras y otras trabajadoras del medio, muchas provenientes de agrupaciones teatrales y culturales. También entonces las mujeres tenían espacios para dar conferencias.

Es en este periodo cuando aparecen más pioneras de la radio y además llegaron también a otros ámbitos de la radio, como el de los informativos. Por ejemplo, en el programa informativo “La Palabra” de la cadena Unión Radio en 1930, destacó la figura de Josefina Carabias, que tocó casi todos los palos del periodismo, desde cronista, corresponsal, entrevistadora…, a pesar de que eran momentos sociales nada fáciles para las mujeres. Josefina Carabias tuvo mucho recorrido en la prensa escrita (fue una pionera en periodismo parlamentario), pero hay que recordar también, que fue la primera redactora-locutora de ese informativo en 1933, lo que la convierte en una gran referente de la radio española.

Otras mujeres en esos años que también fueron importantes para la radio española fueron Matilde Muñoz Barbieri, Concha Espina, Margarita Nelken o Carmen Burgos, entre otras. La mayoría eran mujeres de clase acomodada y con un nivel sociocultural elevado.

Radio Associació de Catalunya (RAC), que se extendió en los años 30 por toda Catalunya con varias emisoras y que emitía solo en catalán, admitió a varias chicas jóvenes de menos de 20 años fascinadas por este nuevo invento (la radio). Durante la Guerra Civil, su sede estaba en la Rambla de Barcelona, y la Generalitat hizo colocar dos altavoces en la calle para que la gente pudiera escuchar las noticias que transmitiera la emisora.

En este periodo, pues, la presencia de las mujeres en la radio en España se hizo muy numerosa y, lo más interesante, las pagas eran completamente paritarias entre profesionales hombres y mujeres. Lo que determinaba cuánto cobraban era el nivel que alcanzaban los locutores, no si eran hombres o mujeres (lo que no era lo habitual en ningún otro sector en aquellos años).

Y si en los años 20 las mujeres que entraban en la radio solían ser mujeres relativamente mayores (más de 30 años) y de carácter conservador, algunas eran artistas ya consolidadas en el teatro (que encontraron que era más cómodo trabajar en el teatro de la radio que en el propio teatro, más duro), en los años 30 las mujeres que entraron en la radio eran en general muy jóvenes (aunque hubieron mujeres procedentes del teatro, que hablaban bien en público), que encontraron en la radio su modo de vida, su primer trabajo en muchos casos, y solían ser mujeres preparadas, con estudios, algunas con conocimientos musicales y de idiomas, y que entraron en la radio para hacer de locutoras y no de actrices, y parte de ellas procedían de clases más humildes.

Durante la Guerra Civil (1936-39) se impone un régimen diferente en todo el estado español que afectó a la radiodifusión, pero la radio no paró. En el bando republicano hubo muchísimas radios que seguían trabajando con la ayuda de los directivos y las locutoras. Muchas radios de la zona republicana se mantuvieron funcionando gracias a las locutoras, ya que muchos de los locutores se fueron a luchar al frente o se exiliaron. Pero a medida que estas radios eran ocupadas por las tropas sublevadas, las locutoras fueron relegadas siendo sus puestos ocupados por soldados locutores del departamento de propaganda del bando sublevado.

En el bando sublevado también hubo mujeres que trabajaban con los locutores soldados, pues la necesidad de locutoras rápidamente se hizo evidente. Las primeras mujeres disponibles para esta labor fueron mujeres con un pasado nada sospechosamente rojo o republicano, y solían ser parientes de militares del bando nacional (sublevado), y se limitaban muchas veces a leer los comunicados que les pasaban. Pero pronto se convocaron pruebas para contratar locutores y locutoras profesionales, pudiendo presentarse cualquier persona con expediente inmaculado y ninguna vinculación con el régimen republicano.

En enero de 1937 el bando sublevado funda en Salamanca Radio Nacional de España (RNE) y desde el primer momento fue un instrumento propagandístico de los sublevados (los nacionales), y contó con mujeres trabajando. La primera locutora de la emisora fue Marisabel de la Torre de Colomina, la cual anteriormente había estado locutando para el bando sublevado mientras las tropas nacionales (sublevadas) avanzaban hacia Madrid desde la “Radio Club Portuguesa”. Otras mujeres que trabajaron en RNE durante la Guerra Civil fueron Estolia Sáez Escudero, la señorita Vela, Maruja Tamares, Margarita Casanova, Nena Belmonte e Inés Soriano de Gándara, y las locutoras Ana Barrenechea, Dora Lema de Alonso, Mary Perales y María Luisa Moreno de Elorza. Con todos estos nombres podemos ver el trabajo necesario que hicieron las mujeres para que la radio siguiera en funcionamiento durante este periodo.

Cuando las tropas franquistas entraron en Barcelona el 26 de enero de 1939, unos soldados franquistas que pasaban por las Ramblas escucharon los altavoces de Radio Associació transmitiendo en lengua catalana, y subieron a los estudios de la emisora, encontrando a dos locutoras, Rosalia Rovira y Francina Boris, que estaban realizando el cambio de turno. Pidieron que pusieran el himno nacional, y como no lo tenían en los fondos discográficos de la emisora, cerraron la emisora y se llevaron a ambas locutoras al cuartel. A los demás locutores/as de la emisora fueron a buscarlos a sus domicilios para llevarlos a prisión. La emisora, RAC, pasó a llamarse Radio España en Barcelona.

Rosalia Rovira, militante de Estat Catalá que durante la guerra y que había pasado por una checa, era la locutora estrella de la emisora y era muy estimada por los oyentes por su manera de ser y su simpatía, y pasó tres meses en prisión, y cuando regresó a la emisora, igual que a otras locutoras, se las prohibió estar delante de los micrófonos (fueron “voces silenciadas”) y se las prohibió hablar en catalán, hasta el punto de que cuando Rosalia Rovira un día se dirigió a sus compañeros en catalán, fue despedida, y el director de la emisora, Gonzalo Serra Clara, se encargó de que no volviera a trabajar en ninguna radio y ni siquiera en el teatro (Rovira era actriz), lo que llevó a que Rosalia Rovira malviviera tabajando de costurera, cosiendo y dejándose la vista en ello. En cuanto a Francina Boris, estuvo unos cuantos años como secretaria de un director de la emisora, sin poder hablar por los micrófonos, hasta que hubo un puesto libre en Radio Gerona, y a través de unas influencias, pudo recuperar su presencia ante los micrófonos.

 

Al finalizar la guerra, se empezó a construir en España el régimen franquista, y con ello hubo un cambio en todos los aspectos de la vida y la sociedad española, incluyendo los medios de comunicación y la radio. Sara Salgado alcanzó gran relevancia como locutora de las noticias en RNE, y también hubo otras mujeres que se encontraban trabajando en la radio, como Maruja Beret que trabajó en RNE en 1944, o Maruja Molina, que lo haría un año después.

En el momento en el que surgió RNE en el bando sublevado, se vio la necesidad de dirigirse a las mujeres españolas desde la radio, convirtiéndose en una forma de emisión de las nuevas tradiciones, de ahí la creación de muchos programas dedicados a las mujeres con temáticas como belleza, hogar, familia, moda, cocina, hijos… A esto se suma el hecho de que la radio era más escuchada por ellas, debido a su forma de vida, centrada en el hogar. La radio se convirtió en una especie de patrimonio de la mujer. Con ello llega un tipo de radio que fue muy escuchado durante varias décadas, principalmente por público femenino, los consultorios femeninos. Surge por ejemplo el programa Mujer y hogar y más tarde Cascabel, con Marichu de la Mora y Pilar de Abia, que será sustituido por Radiofémina, el cual se convertiría años después en el mayor consultorio femenino de la historia de la radio española, el Consultorio de la mujer Elena Francis.

El Consultorio de Elena Francis fue muy escuchado, inició su singladura en Radio Barcelona en los años 50, después pasó a Radio Peninsular en los 60 y cesó en enero de 1984. Otro consultorio femenino fue el Consultorio de la señora Monserrat Fortuny, en Radio España de Barcelona, ya desde el año 1939. En ambos consultorios, diversas locutoras dieron voz a los ficticios personajes de Elena Francis (como Maruja Fernández) y Monserrat Fortuny (como Mercedes Laspra), leyendo las cartas de las oyentes y las repuestas a ellas.

Estos consultorios femeninos estuvieron esponsorizados por los productos de belleza que se anunciaban, pero también reflejaron el triste papel de las mujeres de la época bajo el régimen franquista, proyectando una imagen de la feminidad sumisa. Si bien los consultorios femeninos ya existían en los años 30, antes de la guerra, y trataban cualquier tipo de consulta de las oyentes (cocina, moda, crianza de los hijos, etc...), los consultorios femeninos de después de la guerra tuvieron una influencia muy nefasta sobre las mujeres que los escuchaban, ya que daban una visión de cómo debían ser las mujeres españolas desde el punto del franquismo: habían de ser buenas esposas, buenas madres, habían de tener en cuenta la decencia y el buen nombre de la familia, habían de ser resignadas, sufridoras, etc... Eran años de miseria física y cultural en la España de la postguerra, las mujeres no tenían casi derechos (podían ser maltratadas, despreciadas), y el consejo para ellas era la resignación.

Algunas mujeres en sus cartas relataban cómo sufrían violencia machista, cómo sus maridos las golpeaban, y en muchas ocasiones también a sus hijos, por ello escribían al programa con el fin de encontrar una salida, pero la respuesta no era la que esperaban, ni tampoco la que merecían.

“Mi querida amiga, ante todo quiero recordarle que estamos en esta vida para sufrir y que cada uno lleva su cruz, lo mismo que nuestro Señor llevó la que le crucificaron. Estas líneas se las he puesto para que tenga resignación pues el matrimonio es una cosa muy seria, siendo un lazo de unión que es imposible romperlo. Le aconsejo que procure complacer a su esposo aún en los más pequeños detalles. No le lleve la contraria y haga lo que él desee. También le aconsejo que exponga su caso al padre confesor, sabido es que los hombres tienen cierto respeto por los santos hábitos, a no ser que sea un degenerado. Mucha resignación querida. Rece y pídale a Dios que él no la dejará de su mano.”

Estos consultorios tuvieron mucha audiencia femenina. La importancia del público femenino siempre fue muy importante en la radiodifusión, y de hecho, tres días después del inicio oficial de Radio Barcelona en noviembre de 1924 ya había un espacio llamado Charlas femeninas, aunque a cargo de un hombre. Incluso Maria Cinta Balagué, hablaba en 1926 en Radio Barcelona de temas culturales desde una vertiente conservadora, y sobre la mujer decía que “La mujer, la buena ama de casa, que las peculiares obligaciones la alejan del continuo bullicio de las diversiones mundanas, tiene un medio excelente para recrearse de las ideas”.

Otro programa posterior de Radio Barcelona fue Radio Fémina (desde 1930), un espacio que que pretendía animar a las mujeres a “seguir el camino de la virtud, del perfeccionamiento moral y de la caridad, a la par que inspira y despierta justos sentimientos reivindicativos de los sagrados Derechos a que somos indudablemente acreedoras”. Dirigido por Mercedes Fortuny, Radio Fémina sería como un suplemento femenino del periódico radiado La Palabra (de Unión Radio, a la que pertenecía Radio Barcelona). En este espacio lo que se hacía era contar relatos de sucesos y anécdotas de la vida cotidiana, en relación al amor y al matrimonio, también se leían cartas que enviaban las radioyentes pidiendo consejo y solución a sus problemas sentimentales o estéticos, con varias secciones: artículos de fondo, sección religiosa, literatura, ecos de sociedad, deportes femeninos, cocina, consejos prácticos, belleza, modas, noticias…

Estos programas femenisnos inauguraron el género del magazine, con contenidos mucho más distendidos, y con ellos, las mujeres se fueron abriendo paso en este medio a la par que incorporaban nuevas secciones, aunque marcadas por el trasfondo patriarcal y machista de la época. Radio Fémina fue el primer programa dirigido, locutado y escrito por un equipo solo de mujeres, lo que demuestra un cambio de paradigma, desde la función comunicativa de la radio.

Este programa puede ser considerado el origen de los posteriores “Consultorios sentimentales” en la radio española. Participaron en este espacio actrices que se pasaron o combinaron su profesión con la radio, como Carmen Martínez-Illescas Naveiras o Rosita Cotó.

Rosa Cotó y Carmen Martínez-Illescas Naveiras llegaron a Radio Barcelona en los años 20. Rosa Cotó fue contratada para locutar programas literarios y culturales, pero después de la Guerra Civil fue despedida. Carmen Martínez-Illescas leía el programa femenino, como sustituta de María Cinta Balagué. Illescas, se retiraría durante la Guerra Civil y después se ocuparía en leer la publicidad y actuar en los radioteatros. Las tareas de ambas locutoras quedaron en manos de Enriqueta Teixidor y Pilar Montero, las dos primeras locutoras de la etapa franquista en Radio Barcelona.

Enriqueta Teixidor durante la Guerra Civil trabajó en Ràdio Associació de Catalunya y al terminar la Guerra ejerció como locutora en Radio Barcelona, pero hasta 1946 no fue contratada en la plantilla, al igual que muchas de las trabajadoras, que estuvieron un gran periodo ejerciendo sin contrato laboral.

Julia Calleja, aunque durante y después de la Guerra Civil había formado parte de la radio, es en los años 50 cuando resalta su posición convirtiéndose en la responsable de algunos programas como “La hora de la mujer”, “Familia Española”, “La fama consorte”…, que producía Radio Madrid para las emisoras de la Cadena SER (cadena sucesora de Unión Radio tras la Guerra Civil), donde se seguía la idea de dar consejos y ayudar para ser “la mujer española soñada”. A su vez fue también redactora jefe en el departamento de programación de la misma. En 1952 se le encargó la programación dedicada a las mujeres y los programas infantiles. La periodista también participó en RNE para Hispanoamérica y fue delegada en diferentes emisiones en otros países. En 1967 recibió el Premio Nacional de Radio y Televisión por la creación de guiones originales.

Cuando llegó el final del franquismo y en la Transición española (en la segunda mitad de los 70), comienzan los programas de contenido más feminista, como “Punto y aparte” de Maribel Álvarez en Radio Juventud, o la jovencísima Julia Otero realizando un programa feminista. Surgen nuevos programas en las emisoras de radio de carácer feminista y que afrontan la perspectiva del género.

También, las primeras radios libres y comunitarias que surgen en la segunda mitad de los 70 abrieron una bocanada de aire fresco que abrió a la ciudadanía nuevas voces, nuevos colectivos y nuevas maneras de hacer radio. En estas emisoras encontramos programas dedicados a mujeres pero ya con otro estilo y otro contexto, como es el caso del programa “Consultorio de Doña Gertrudis”, en la sintonía de Ona Lliure (Onda Libre, en la ciudad de Barcelona), un programa en el que se hacía burla al consultorio de Elena Francis, y en el que se proyectaba una nueva imagen de la mujer, poniendo en duda los roles de género y los estereotipos sobre las mujeres, también introducía ideas propias del movimiento feminista, y la consejera del programa era un hombre imitando la voz de una mujer.

Otro de los programas que destacan en esta época es “A por todas” que tenía lugar en Onda Sur y que también era participe en la trasmisión de ideas del movimiento feminista.

 

Otro aspecto de la mujer en la radio es el referente al aspecto comercial de la radio y la publicidad radiada. Ya desde los inicios de la radio en Norteamérica y Europa, como se ha dicho anteriormente, las voces femeninas entraron pronto en las ondas, tanto por una cuestión de acústica (sonaban mejor) como por una custión de potencial audiencia: Las mujeres eran las oyentes principales de la radio, ya que eran quienes solían estar en casa durante las horas de emisión, lo que las convertían en un público muy atractivo en términos de potenciales ingresos. De hecho, las mujeres eran ya las destinatarias de una gran parte de la publicidad que se publicaba en la prensa escrita.

"Fidelizar a las mujeres como oyentes significaba además de tener un público estable, abrir una línea comercial fácilmente explotable", explica la investigadora Silvia Espinosa, de la Universidad de Girona (año 2021).

El primer rastro de una profesional vinculada a la publicidad en la radio española aparece, según las investigaciones de Silvia Espinosa, en 1926, en Radio Barcelona. De ella no se sabe más que que se llamaba Rosa y que era la secretaria del departamento de publicidad de la emisora. Aun así, su trabajo iba más allá de la gestión y de lo administrativo (gestora de cuentas): Rosa escribía los textos publicitarios que luego se leían en antena y gestionaba qué campañas tenían que salir al aire.

Los programas femeninos que aparecieron en la radio española fueron programas que inauguraron el género del magazine, con contenidos variados, y en dichos magazines entraron también las marcas comerciales. Había secciones y contenidos patrocinados, como en el caso de los consultorios femeninos (que ya existían en los años 30, aunque los que más han cuajado en la cultura popular y en la memoria colectiva fueron los de la posguerra, con el Consultorio de Elena Francis a la cabeza) y también anuncios. Anuncios y patrocinios por todo tipo de marcas, que querían llegar a las consumidoras. Esos anuncios fueron generalmente locutados por aquellas mujeres pioneras de la radio.

Consecuencia de todo ello es que las mujeres aparecen en esos anuncios y contenidos vinculados a marcas de los inicios de la radio. Como reflexiona Sílvia Espinosa, dado que las mujeres son esas primeras grandes oyentes y se lanzan programas para conectar con ellas, las mujeres serían también la voz más clara para conectar con esas potenciales consumidoras. "¿Quién mejor que una mujer para hablarle a otra mujer sobre temas o productos femeninos?".

 

En los años 30, y sobre todo, después de la guerra y durante el franquismo, se popularizaron en la radio española programas de “discos dedicados” o de "discos solicitados", que tuvieron mucho éxito y que fueron programas realizados por mujeres. Estos programas representaron para las emisoras la entrada de una pequeña cantidad de dinero que las ayudó a sobrevivir, ya que los oyentes que querían que sonara un disco en la emisora debían hacer un cierto pago por ello.

Pero en los años 60 aparecen programas musicales como “Los 40 principales”, y se considera que las mujeres no tienen una voz suficientemente carismática para presentar música y vender discos, lo que da lugar a que desaparezcan muchas voces femeninas presentando música. Ello hasta que en 1977 aparece la Francoise, voz femenina con acento francés en RJ2 (Radio Juventud 2) de Barcelona, que junto con Josep Maria Pallardó, presenta el programa musical “Al mil por mil”, y tiene un gran éxito gracias a su maravillosa voz, su gran capacidad comunicativa y sus grandes conocimientos musicales, abriendo con ello una puerta para que otras mujeres vuelvan a presentar de nuevo programas musicales.

La mujer estuvo muy relegada en la radio española en los años 40 y 50 (la considerada edad dorada de la radio española), siendo considerada más como un complemento o segundas voces de los locutores masculinos, y su papel se limitaba típicamente de dar el indicativo de la emisora o de anunciar la hora (típicamente a indicación del locutor de turno: “¿Qué hora es, nena?”). Muchas veces estas mujeres tenían más años en radio que los propios locutores masculinos. Grandes locutoras quedaron opacadas totalmente por los locutores masculinos, y sólamente pudieron destacar en programas de radio-entretenimiento, como Maruja Fernández y María Matilde Almendros (en el programa Fantasía), en programas benéficos, como Pilar Montero, o en los exitosos radioteatros, donde destacaron algunas talentosas actrices como la ya citada Carmen Martínez-Illescas.

En la radio, además de los locutores que están frente a los micrófonos, está el equipo de técnicos de sonido que controlan la correcta ejecución de los programas desde sus mesas de control. Muy poco conocidas son las primeras técnicas de sonido, y la primera fue Ángeles Fernández García, de Radio Barcelona, nacida en Malagón (Ciudad Real) en 1905 y sobrina del director de la radio, quien posiblemente le enseñó el funcionamiento de todos aquellos aparatos de control. Entró en Radio Barcelona con 22 años, fue “técnica de emisiones” desde 1926, siendo en aquella época la única técnica de sonido de toda España y probablemente de gran parte de Europa. Desarrolló toda su carrera profesional en Radio Barcelona hasta su jubilación como “encargada de emisiones”. Durante años no hubo otra mujer que desempeñara este tipo de trabajo técnico en la radio española. También se puede citar a Antolina Boada, que fue controladora de sonido, jefa de discoteca y jefa de emisiones en Radio Terrassa, donde entró al comenzar los años treinta y ejerció cuarenta años de profesión.

Tras la llegada de la democracia a España, y sobre todo a partir de los años 80, la presencia de la mujer aumenta notablemente en la radio española, y no solo frente a los micrófonos (con algunas locutoras muy carismáticas y populares como Encarna Sánchez), sino en otros puestos, tales como productoras (que preparan aspectos diversos de los programas: preparar entrevistas a personajes, contactar con ellos, solicitar sus opiniones), guionistas (escribiendo contenidos para los programas), editoras (que eligen contenidos para los programas y a veces los presentan), colaboradoras en programas de radio, e incluso puestos de dirección de las emisoras de radio (p.ej., directoras de pequeñas emisoras y emisoras municipales), y más actualmente, creadoras de formatos, como son los podcasts de las emisoras.

 

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Recopilado y actualizado por Fernando Fernández de Villegas (EB3EMD)
Actualizado: 15-03-2024