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ESTRUCTURA DEL PENSAMIENTO JAPON�S

 

El martes 17 de Febrero de 2004 en el Centro Cultural Hispano - Japon�s en Salamanca hubo una conferencia de Hitoshi Oshima, Decano del Departamento de  Filosof�a de la Universidad de Fukuoka, que tambi�n es fil�sofo y antrop�logo.

Habl� entre unas cosas de que la sociedad japonesa, inicialmente, en sus comienzos se basaba en un sistema de equilibrio y yuxtaposici�n.

El Shintoismo, originario de Jap�n, de corte casi animista, y mitol�gico, hab�a recibido la visita hacia el S.VI del Budismo, m�s espiritual, y m�s trascendental. A su vez hab�an recibido la escritura China a trav�s de los sabios coreanos, y hab�an conseguido desarrollar una cultura propia, y la escritura en Kana. De modo que la yuxtaposici�n, Budismo - Shintoismo, Chino - Japon�s, Kanji - Kana. Determin� la base del pensamiento japon�s que nunca hab�a conocido "el conflicto ideol�gico".

Esto sufre su primer golpe duro cuando, llega el Catolicismo a Jap�n. El catolicismo es excluyente, es decir no permite otras creencias, frente al Budismo y el Shintoismo que hab�an conseguido entenderse. Y delimitar sus funciones. El shintoismo, se aplicaba para cuestiones m�s humanas, como el a�o nuevo, las celebraciones y la pol�tica y el budismo, para cuestiones m�s transcendentales, como la muerte, lo espiritual, y la paz interior. El equilibrio era completo.

Pero El Catolicismo, plantea que esto no es posible, y comienzan las primeras disputas entre Curas cat�licos y Bonzos Budistas, ya que estos �ltimos no entienden la posici�n de los primeros. Despu�s de a�os, de paz, ahora alguien alentaba el conflicto, y descolocaba mucho a los japoneses.

Algunos samurai se convirtieron al Catolicismo, sobretodo en la regi�n suroeste del pa�s, es decir desde el puerto de Nagasaki, (Kyushu) hasta Hiroshima. Estos adem�s eran alentados por los curas Hispano-Portugueses, para que combatieran y extendieran el cristianismo, a imagen de los cruzados, lo que pronto se tradujo en un creciente conflicto, que amenazaba la estabilidad del Jap�n.

A esto se sumaba un hecho, la casa imperial, hab�a averiguado que muchos de los lugares donde los Jesuitas llegaban despu�s eran invadidos por espa�oles y portugueses, as� que, temiendo una futura invasi�n espa�ola o portuguesa, la respuesta de los Tokugawa no se hizo esperar, y pronto se declar� ilegal el catolicismo.

Se asesin� a todo sacerdote hispano-portugu�s, y se cerraron las fronteras al occidente, permitiendo tan solo se el trato con China, Corea y Holanda, cuyos intereses eran exclusivamente comerciales.

Despu�s lleg� el Neo confucianismo, que dec�a que todo ten�a una explicaci�n y un porque. Y la mente cr�tica, empez� a tratar de explicarlo todo hasta llegar incluso al emperador. Pero frente a esta escuela, surgi� la escuela de los neo tradicionalistas, que empez� a criticar todo acto de modernizaci�n, y a exigir la vuelta al tradicionalismo Shintoista. y nuevamente se rompe el estado de yuxtaposici�n.

Un poco despu�s, las presiones de EEUU sobre Jap�n surten efecto y los Tokugawa abren las fronteras a occidente, la corriente de influencia, del occidentalismo cristaliza en la ca�da del Shogunato, y la restauraci�n Meij�. El Meij� en su fiebre occidentalizadora, moderniza el Jap�n, pero se olvida de una aspecto, al potenciar el Shintoismo, frente al Budismo, hace que los japoneses pierdan su equilibrio trascendental y Jap�n, entre en una vor�gine, militarizadora y b�lica que le llevar�a a las terribles consecuencias del la 2� Guerra Mundial.

En Europa los pa�ses siempre hemos tenido una importante conciencia hist�rica, mientras que en Jap�n no.

Los reyes en Europa son personajes, hist�ricos, mientras que en Jap�n son Mitol�gicos, por ese hecho nunca fueron cuestionados de un modo importante, ya que se les ve�a no como hist�ricos sino como mitos, descendientes de algo muy antiguo, reflejado en u libro que narra desde el primer d�a del Jap�n.

Nuestros idiomas son dial�cticos y objetivistas, nuestros verbos y tiempos describen un tiempo un acto una secuencia concreta y nuestro discurso es por enfrentamiento, y el c�lmen es le pensamiento filos�fico. En Jap�n no es as�.

El japon�s es un idioma que funciona como su cultura por Yuxtaposici�n, y es ampliamente subjetivista, y muestra muchas emociones y muchos grados de emotividad en su lengua. y su grado m�ximo no es filos�fico sino est�tico.

Por ejemplo, cuando estamos en una estaci�n de tren, decimos, " ya ha llegado el tren", es algo objetivo, el momento el sujeto y el tiempo concreto. El tiempo verbal en japon�s es m�s difuso, y dir�amos "kita, kita", expresando un emoci�n, por que despu�s de esperar, el tren ya est� aqu�.

en cuanto ala semi�tica del idioma, si hablamos tanto desde Plat�n hasta Levi-Strauss o Saussure, hablamos de que el precepto rosa, est� dentro del campo flor, y este a su vez dentro del campo planta, que est� dentro del campo "proto celular", etc... es decir la jerarqu�a comunicativa dice, que el precepto es lo m�s bajo del todo y el techo es el Ser, la idea perfecta, un actor, seg�n Plat�n.

Pero en la filosof�a japonesa no. El precepto es lo m�s bajo, pero lo m�s alto es la NADA, por que los japoneses no consideran la nada, como un actor sino como un lugar, es decir, es decir, como dice el fil�sofo Nishida Kitarou, "lo bello es la madre de lo verdadero". Para nosotros los conceptos son ideas, para los japoneses los conceptos son lugares. Aqu� est� el matiz.

Y todo esto... �A que viene? a que pecisamente ese es el problema de Jap�n hoy d�a.

En su fiebre pro-occidentalista no solo se ha perdido, el equilibrio Shinto- Buda (no solo como religi�n sino como filosof�a), de modo que lo Buda casi a desaparecido, y quiz�s sea necesario para la parte transcendental de la vida. y precisamente eso es lo que le falta hoy d�a a Jap�n una visi�n m�s transcendental sobre si mismos, que no solo sea, comprar, gastar trabajar y procrear; adem�s al intentar occidentalizarse, se ha importado un discurso dial�ctico y filosofico (Hegeliano) a una sociedad donde el discurso es yuxtapuesto y est�tico.

Por ejemplo la idea "izquierda (progresismo) contra la derecha (conservadurismo) y viceversa propia en nuestros pa�ses, en el antiguo Jap�n no estaba definido y ahora es como una fotocofpia borrosa, en la sociedad japonesa, que es por definici�n yuxtapuesta (ej: Jap�n es hipertecnl�gico, e hipermoderno pero extremadamente burocr�tico, centralista y tradicional, en otras parcelas).

Esta es la crisis del sistema japon�s, y esta debe ser la reflexi�n, necesaria en el Jap�n actual. Los j�venes necesitan algo de transcendencia en su educaci�n. Algo que equilibre sus vidas.

(b�sicamente esto es una trascripci�n de su conferencia con alg�n a�adido y reflexi�n personal, extra)


Bibliograf�a:
Nishida Kitarou (1870-1945) "La cultura japonesa en cuesti�n"
Hitoshi Oshima: Estructura del pensamiento japon�s.

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