RENÉ GUÉNON: RESEÑAS SOBRE TAOÍSMO

 

 

 

 

RESEÑAS  DE LIBROS                                                             

                                                                                    VI: Voile d´Isis

                                                                                            ET: Etudes Traditionnelles

 

HENRI BOREL. Wu Wei; traducido del holandés por Félicia Barbier (Ediciones del Monde Nouveau). La prime­ra traducción francesa de este librito estaba agotada desde hacía mucho tiempo; nos alegramos de señalar la aparición de una nueva traducción pues, con su apariencia sencilla y sin pretensiones "eruditas" es, sin duda alguna, una de las mejores cosas que se han escrito en Occidente sobre el Taoísmo. El subtítulo: "fantasía inspirada por la filosofía de Lao-Tsé", corre el peligro de perjudicarla un poco; el autor explica, por ciertas observaciones que se le han dirigido, pero que nos parece que no estaba obligado a tener en cuenta, dada, sobre todo, la mediocre estima en que tiene, con mucha razón, las opiniones de los sinólogos más o menos "oficiales". "No me he dedicado, dice, más que a conservar, pura, la esencia de la sabiduría de Lao-­Tsé... La obra de Lao-Tsé no es un tratado de filosofía... Lo que Lao-Tsé nos aporta no son formas ni materializa­ciones; son esencias. Mi estudio está impregnado de ellas; no es su traducción." La obra está dividida en tres capítu­los en los que están expuestos en forma de conversaciones con un viejo sabio, en primer lugar la idea misma del "Tao" y luego aplicaciones particulares "al Arte" y "al Amor"; de esos dos últimos temas, el propio Lao-Tsé no habló nunca pero la adaptación, por ser un poco especial quizás, no es por ello menos legítima, ya que todas las cosas resultan esencialmente del Principio universal. En el primer capítulo, algunas explicaciones están inspiradas o incluso traducidas parcialmente de Chuang-Tsú, cuyo comentario es, sin duda alguna, el que mejor ilustra las fórmulas tan concisas y tan sintéticas de Lao-Tsé. El autor piensa con razón que es imposible traducir el término "Tao"; pero quizás no haya tantos inconvenientes como él parece creer, en traducirlo por "Vía", que es el sentido literal, a condición de señalar bien que eso no es más que una designación completamente simbólica y que, por lo demás, no podría ser de otro modo, sea cual sea la palabra que se tome, ya que se trata de lo que, en realidad, no puede ser nombrado. Donde estamos completamente de acuerdo con el Sr. Borel es cuando protesta contra la inter­pretación que dan los sinólogos del término "Wu Wei", que consideran como un equivalente de "inacción" o de "iner­cia", mientras que "es exactamente lo contrario lo que hay que ver aquí"; además podremos remitirnos a lo que deci­mos en otro lugar sobre este tema. Citaremos solamente este pasaje que nos parece que caracteriza bien el espíritu del libro: "Cuando sepas ser Wu wei, No-Activo, en el sen­tido ordinario y humano del término, tú serás verdaderamente, y realizarás tu ciclo vital con la misma falta de esfuerzo que la ola que se mueve a nuestros pies. Nada turbará ya tu quietud. Tu dormir no tendrá sueños y lo que entrará en el campo de tu consciencia no te causará ninguna preocupación. Lo verás todo en Tao, serás uno con todo lo que existe y la naturaleza entera te será cerca­na como una amiga, como tu propio yo. Aceptando sin conmoverte los pasos de la noche al día, de la vida al óbito, llevado por el ritmo eterno, entrarás en Tao donde nada cambia nunca, donde te volverás tan puro como salis­te." Pero no podríamos animar aún más a leer el libro entero; además se lee muy agradablemente, sin que eso le quite nada a su valor de pensamiento.

                                                  

 Publicado en V. l., 1932, p. 604-605. Recopilada en Aperçus sur l ésoterisme islamique et le Taoisme.

 

 

 

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BHIKSHU WAIJO y DWIGHT GODDARD. Lao tzu's Tao and Wu-Wei, a new translation (Dwight Coddard, Santa Barbara, California; Luzac and Co, London).

Este volumen contiene una traducción del Tao-te-king cuyo principal defecto, por lo que nos parece, es el de revestir demasiado a menudo un matiz sentimental que está muy alejado del espíritu del Taoísmo; quizás se deba por una parte a las tendencias "budeizantes" de sus autores, al menos si se juzga por su introducción. Viene luego una traducción del Wu-Wei de Henry Borel de la que hablamos aquí hace tiempo, por E. Reynolds. Por último el libro termina con un resumen histórico del Taoísmo del Dr. Kiang Kang-Hu, hecho desgraciadamente desde un punto de vista muy exterior: hablar de "filosofía" y de "religión" es desconocer completamente la esencia iniciá­tica del Taoísmo, ya sea en cuanto doctrina puramente metafísica, ya sea, incluso, en las aplicaciones diversas que se derivan de ello en el orden de las ciencias tradicionales.

 

Publicada en E.T., 1936, p. 156. Recopilada en Aperçus sur l ésoterisme islamique et le Taoisme.

 

 

 

 

 

 

 

RESEÑAS DE REVISTAS

 

 

Hemos recibido los dos primeros números (jullio y agosto) de la Revue Caodaïste, órgano de una nueva religión que ha visto la luz en Indochina, y que se presenta como una singular mezcla de Budismo, de Taoísmo (perfectamente incomprendido, entiéndase bien, de Confucianismo, de Cristianismo y... de espiritismo; espiritismo un poco especial, por otra parte, donde Dios mismo dicta comunicaciones por medio de una “canastilla de pico” (sic). Parece que los fundadores y dignatarios son todos funcionarios que han recibido una educación francesa, lo que no nos sorprende; ahí hay, en efecto, un producto de la influencia occidental.

 

 

Publicada en VI, enero de 1930. Recopilada en Le Théosophisme.

 

 

 

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En la Revue Caodaïste (nº de septiembre), vemos que, además de la secta de la que es el órgano, otras varias (Minh-Ly, Minh-Tân, Minh-Thiên), en Indochina igualmente han “nacido del espiritismo estos últimos años”. Sabemos por otra parte, que, en China, y en Japón, algunas extravagantes religiones han visto la luz por influencia de ideas occidentales; ¿dónde se detendrá este desorden? El nº de octubre nos prueba además hasta qué punto los “Caodaístas” están occidentalizados: contiene un artículo sobre Quan-an, redactado enteramente según orientalistas europeos,  otro muy breve sobre el Tao, donde las citas de Lao-Tsé están sacadas ¡de la menos seria de todas las traducciones francesas!

 

 

Publicada en VI, febrero de 1931. Recopilada en Le Théosophisme.

 

 

 

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Lotus Bleu (número de agosto-septiembre) publica, con el título de Révelations sur le Bouddhisme japonais una conferencia del Sr. Steinilber-Oberlin sobre los méto­dos de desarrollo espiritual que se usan en la secta Zen (nombre derivado del sánscrito dhyâna, "contemplación", y no dziena, lo que queremos creer que es una simple errata); estos métodos no parecen, por lo demás "extra­ordinarios" para quien conoce los del Taoísmo, de los que han sufrido la influencia en gran medida de un modo muy evidente. Sea lo que sea, es sin duda interesante pero, ¿por qué razón esta palabra de "revelaciones" que haría creer fácilmente en la traición de algún secreto?

                                                                                                       

Publicada originalmente en V.l., 1932. Recopilada en Aperçus sur l ésoterisme islamique et le Taoisme.

 

 

 

 

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El Larousse mensuel (número de marzo) contiene un artículo sobre La Réligion et la Pensée chinoise; el título mismo es muy característico de las ordinarias confusiones occidentales. Este artículo parece inspirado en gran parte en los trabajos del Sr. Granet, pero no en lo que tienen de mejor, pues, en semejante "resumen" la documenta­ción está forzosamente muy reducida y quedan, sobre todo, las interpretaciones discutibles. Es más bien diver­tido ver calificar de "creencias" los conocimientos tradicio­nales de la precisión más científica, o también afirmar que "la sabiduría china permanece ajena a las preocupaciones metafísicas"... ¡porque no considera el dualismo cartesia­no de la materia y del espíritu y no pretende oponer el hombre a la naturaleza! Casi no es necesario decir, después de eso, que el Taoísmo está particularmente mal comprendido: uno se imagina que encontrará toda clase de cosas, excepto la doctrina puramente metafísica que es, esencial­mente, en realidad...

 

Publicada en E.T., 1936, p. 199. Recopilada en Aperçus sur l ésoterisme islamique et le Taoisme

 

 

 

 

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L´Astrosophie (nº de abril) dedica a la Voie Métaphysique una nota verdaderamente extraña;  ciertamente no nos habráimsos percatado nunca de que fuese un “pequeño libro”, ni de que pueda ser juzgado como “pleno de ilogismo” y solamente “útil para permitir una rápida comprehensión del pensamiento metafísico chino”. Quizás ha sido leído rápidamente, pero no se ha debido comprender gran cosa, pues de otro modo no se diría que el autor “da un carácter ético a un sistema destituido de toda divinidad (sic); eso depende de lo que se quiera entender por “divinidad”, pero, por lo referente al “carácter ético”, no hay de ello la menor traza en el libro. En cuanto a los dos “gruesos errores” que se pretenden señalar, a saber, el primero “que Confucio fue un comunista”, no lo es más que por un bonito anacronismo: en la época que fue escrito el libro, “comunismo” no significaba “bolchevismo”, por la buena razón de que este último aún no había nacido. Sobre el segundo, hay algo aún mejor: consiste, según parece, en decir “que el Taoísmo es no-dualista, bien que el Yin-Yang sea un símbolo doble, y que los Trigramas de Fo-Hi estén exclusivamente basados sobre el doble símbolo de la línea recta y de la línea cortada”; aquí, evidentemente, el redactor de la recensión confunde “dualidad” con “dualismo”, lo que le hace ver una contradicción allá donde no la hay; el conocimiento... aproximado del francés que testimonia su estilo ¿es una excusa suficiente para tan “gruesos” errores?

 

Publicada en Etudes Traditionnelles, junio de 1937. Retomada en Comptes Rendus.

 

 

 

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El Mercure de France (nº del 15 de noviembre), publica un artículo titulado Filosofía y Ciencia de Extremo-Oriente, por el Sr. Nyoiti Sakurazawa, que había ya hecho aparecer, hace algunos años, un volumen tratando del mismo tema, y en el cual presentaba como “clave” y “principio único” de esta “filosofía” y de esta “ciencia” (que, por lo demás, como lo reconocía él mismo, no son precisamente ni “filosofía” ni “ciencia” en el sentido occidental de tales palabras) una “ley universal” que no es otra que la doctrina cosmológica de los dos principios complementarios yin y yang, cuyas oscilaciones y vicisitudes producen todas las cosas manifestadas, con la indefinida multiplicidad de sus modificaciones. Esta doctrina encuentra en efecto su aplicación en el dominio de todas las ciencias tradicionales; el autor, en este artículo, se limita a considerar más especialmente su aplicación médica; hay en su exposición consideraciones interesantes, pero también cierta confusión, que es debida sobre todo a una mezcla de las concepciones occidentales modernas con los datos tradicionales; y esto confirma aún lo que hemos dicho muy frecuentemente contra tales asimilaciones ilusorias entre cosas que proceden de puntos de vista radicalmente diferentes.

 

Publicado en ET,  febrero de 1938. Recopilada en Le Théosophisme.

 

 

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En Hommes et Mondes (nº de febrero de 1947), el Sr. Henri Sérouya da sobre la Kábala un estudio bastante simplificado y “exterior”, y en el que hay desgraciadamente muchas confusiones: así, habla indiferentemente de “iniciados” y de “místicos”, como si fueran para él la misma cosa; admite la interpretación “panteísta” de ciertos modernos, sin parcatarse de su incompatibilidad con el carácter metafísico que él reconoce por otra parte a la Kábala, y llega incluso hasta decir que “Dios es el reflejo de todo”, lo que es una extraña inversión de la verdad; no ve más que un “disimulo voluntario” y “procedimientos artificiales” en la manera como los Kabalistas comentan las Escrituras, y desconoce evidentemente la pluralidad de sentidos de éstas y la constitución misma de las lenguas sagradas, así como la naturaleza real de las relaciones del exoterismo y del esoterismo; parece encontrar sorprendente que En-Soph, de lo que se hace además una concepción “spinozista”, no sea el Dios creador”, como si los aspectos divinos se excluyeran unos a otros, como si el “Supremo” y el “No-Supremo” se situaran en el mismo nivel; da del árbol sefirótico un esquema que nada tiene de tradicional y donde falta especialmente la indicación de la “columna del medio”; confunde el “embrionado” con la “metempsicosis”; y, citando a Lao-Tsé hacia el final, le atribuye, no sabemos según qué “fuente”, ¡un libro titulado El doctrinal! (...)

 

Publicada originalmente en ET, julio de 1947. Retomada en Comptes Rendus.

 

 

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-Reseñando el artículo del Sr. Henry Sérouya sobre La Kabale (véase nº de julio de 1947, p. 175), habíamos señalado, entre otras cosas, la atribución a Lao-Tsé de un libro titulado Le Doctrinal; ahora bien, se nos ha señalado desde entonces que ha efectivamente aparecido con ese título, en 1944, un pequeño volumen que no es en realidad más que una traducción anónima del Tao-te-King, por otra parte truncada en varios lugares. Debemos pues reconocer que no es H. Sérouya el verdaderamente responsable de esta singularidad; en suma, su única equivocación en este punto ha sido admitir, sin examinar las cosas más de cerca, un título que no es debido más que a la fantasía un poco excesiva de un traductor.

 

 

Publicada en ET, París, 1947. Recopilada en Comptes Rendus.
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