Razonabilidad de la ciencia y de la fe



¿Sin evidencias hay conocimiento verdadero?

1.-Hay que tener en cuenta que para demostrar algo hay que empezar por algo que no se puede demostrar: LA VALIDEZ DE LA RAZÓN. O sea que sin un punto de partida indemostrable no hay razonamiento.

Eso nos conduce a que la validez de la razón es indemostrable porque es evidente. Por eso no tiene sentido, al menos tomada al pie de la letra, la pretensión de Kant de llevar a la razón al tribunal de la crítica. En la silla del juez en ese tribunal no puede estar sentada otra que la misma razón que ocuparía también la silla de acusado.

2.-Lo verdadero lo es por ser evidente o por ser demostrable. Así nos encontramos con los primeros principios que ponen en marcha todo el proceso cognoscitivo. Son evidentes por sí mismos. Por ejemplo, el primero de todos, el principio de no contradicción. Negar una evidencia es irracional.

3.-¿Lo verdadero es evidente?. No. Por ejemplo ¿alguien puede probar en qué país nació? Parece evidente, pero no lo es. Puede presentar sólidos argumentos, pero no evidencias. Para el que no quiera creerle dirá sí, pero los testimonios de tus padres pueden ser falsos, tus documentos de identidad pueden estar falsificados, etc.... Es un hecho que nos encontramos con muchas perspectivas verdaderas porque la realidad presenta muchas caras, pero con pocas evidencias. De la misma manera funcionan numerosas ciencias. La historia, por ejemplo. Tenemos certezas históricas de hechos por el testimonio de otros. Existen enormes lapsos cronológicos en los cuales sólo existen evidencias bibliográficas sobre los hechos acontecidos. Los autores de esos textos pueden estar en lo cierto o no, pero la ciencia histórica los tiene en consideración igualmente. Y de la misma forma, el creyente tiene certeza de su fe por el testimonio de Dios que se revela.

4.-¿Y los límites de la razón ? En cierto sentido, la razón no tiene límites, en otro sentido, sí los tiene Por ejemplo. Para un cristiano el misterio de la Santísima Trinidad no es demostrable por la razón, ni tampoco plenamente comprensisble por la razón. Es por la fe en la Palabra de Dios por la que el cristiano cree en la Santísima Trinidad. Sin embargo, el cristiano comprende perfectamente que si en Dios hay tres Personas, entonces no hay solamente dos. Esto quiere decir que hasta los territorios a los que nuestra razón no puede llegar están regidos por la razón. "La teología se configura como tal teología precisamente filosofando y no de otra manera" (Fides et ratio, nº 69)

5.-"Todo lo real es racional y todo lo racional es real" (Hegel) Suscribimos la segunda parte. Y en cuanto a la primera distinguimos respecto de la razón: cierto. Respecto de nuestra razón: falso. ¿Cómo nuestra razón puede ser distinta de la razón? La única respuesta coherente es la del teismo: nuestra razón es una participación de la Razón divina (en realidad de la Inteligencia divina, porque Dios no razona). Mientras nos mantengamos en el nivel lógico es indiscutible que certeza-evidencia-verdad son tres aspectos de una única vivencia: la de estar en la verdad con respecto a algo.

La filosofía postmoderna ha debilitado el concepto de razón. Por eso la encíclica Fides et ratio hace un elogio de la razón porque desde la perspectiva de una razón débil la fe sería una respuesta que no puede seguir a la razón, sino que ilumina subjetivamente a determinados hombres satisfaciendo sus exigencias religiosas subjetivas. "Si la razón no es una realidad abierta a la fe, entonces la fe permanecería como algo no razonable, pertenecería por tanto al ámbito de la costumbre y no al ámbito de la verdad"

¡Qué curioso, los ateos han dicho que la fe es irracional. Y ahora resulta que los que más fe tienen en la razón son los creyentes!

Por último hay que distinguir el sentido en que se emplea el término "irracional" para referirlo a la fe. Si irracional es sinónimo de que la fe no es algo que pueda imponerse y demostrarse desde el punto de vista de la razón, de acuerdo. Si lo que viene a significar es que la fe carece (y debe carecer) de cualquier base racional, totalmente en contra. (Una fe irracional en este sentido es capaz de enormes disparates...)

Creo que lo más acertado es la expresión "una fe razonable", es decir, que no se impone a la razón (pues dejaría de ser fe), sino que dispone de argumentos suficientes como para poder afirmar que es razonable (no evidente) creer.

En cierto modo, toda nuestra sociedad está basada, más que en evidencias, en creencias "razonables". Lo hacen los bancos al conceder una hipoteca a cualquier trabajador, lo hace nuestro sistema judicial al condenar a alguién porque existen pruebas "razonables" de su culpabilidad (nunca alcanza la certeza absoluta)... lo hacemos nosotros al confiar - de manera "razonable"- en la innumerables personas en quienes confiamos. Lo hace incluso la ciencia que, siguiendo las tesis del falsacionismo, más que certezas y evidencias absolutas propone de manera provisional, teorías y enunciados "razonables": "hasta que se demuestre lo contrario" (viene a ser como la presunción de inocencia judicial...). Y esa demostración volverá a ser provisional...

Ante tanta falta de evidencias que nos rodean ¿Por qué negarle a la fe que pueda ser, no ya evidente, sino razonable? Admitir la "razonabilidad" del sistema judicial, de las relaciones interpersonales, de la ciencia etc... y negar a la fe la posibilidad de ser razonable ¿no es medir con diferente rasero?

Cierto que la fe no puede ser impuesta, pero es lícito pensar que puede dar respuestas razonables en cuestiones que superan a nuestra limitada razón. Cuando nos acercamos a los límites, al infinito, al tiempo, al origen, a la muerte, al misterio... la propia ciencia no puede dar evidencias sino hipótesis probables y razonables.