El Cómo y el Por qué


"La ciencia no puede por sí sola resolver ese problema; le hace falta el conocimiento del hombre que se eleva por encima de la física y de la astrofísica y que se conoce con el nombre de Metafísica, hace falta sobre todo el saber que viene de la Revelación de Dios". Estas palabras de Pio XII colocan la cuestión del origen del universo en un plano que excede el de las ciencias naturales.

Desde la ciencia sólo se puede dar respuesta a los sucesos de este universo. O más bien, no la ciencia, sino el ser humano.

La ciencia no explica el "por qué " de la creación, su competencia es el "cómo".

El orden maravilloso de la creación, todo lo que la razón humana puede entender y explicar apunta hacia Dios como Creador. Descubrí que lo mismo le sucedió a infinidad de científicos que con humildad observaban los hechos.

La ciencia tiene una ley llamada entropía, según la cual todo tiende al desorden salvo cuando hay una fuerza superior ordenadora. La ciencia no es en ningún modo una amenaza para la fe sino al contrario, es gran amiga.

Quien busca la verdad no teme ni a la ciencia ni a la religión, pues la verdad no se contradice y tanto la ciencia como la fe son verdad. El problema no está en la ciencia ni en la religión sino en los errores que se introducen en una y en otra. Son esos errores los que producen aparentes contradicciones.

Resulta dificil hoy cuestionarnos lo que nos dice la ciencia, pero viendo la multitud de errores sobre los que se ha ido construyendo y su pretensión de absolutez. ¿Por qué le damos la fiabilidad que les damos? ¿Cómo podemos afirmar que la teología ha mantenido visiones erróneas y negar eso mismo de la ciencia? ¿Acaso el conocimiento científico que poseemos es del todo correcto y no va a ser incluso rectificado en el futuro como lo ha sido en el pasado? ¿Se pueden criticar tan ferozmente las explicaciones religiosas que enfocan el problema desde otro plano diferente?

La ciencia debe dar explicación del "como" y la teología debe ocuparse del "por qué". Cuando la teología se ha ocupado del "como", la mayoría de las veces ha cometido grandes erroers. De la misma manera, dudo que la ciencia pueda decir algo del "por qué" sin entrar en la "ciencia-ficción". El principio de autoreplicación puede hablar de un "como", pero nunca te dira nada del porqué la materia evoluciona hacia una vida inteligente que ansía tender a la perfección y no se queda como estaba... El discurso del científico es y debe ser el de la "causalidad" y el de la fe el de la "finalidad" y, en cualquier caso, una "causalidad trascendente". La pregunta de Martin Heidegger "¿porqué hay algo y no más bien la nada?" no puede ser tener respuesta científica, sino únicamente desde la metafísica o la fe. Del mismo modo, la pregunta por el sentido es algo que escapa igualmente de la ciencia.

Alguien ha dicho que una de las cosas que caracteriza a los humanos es la capacidad para hacerse preguntas. ¿qué es lo que nos hace preguntarnos sobre el sentido y los últimos porqués?¿Una determinada distribución de la materia? Estaríamos muy mal programados entonces... en cualquier caso, no como los ordenadores que funcionan y ejecutan su código (que no es más que sistema binario que se traduce en impulsos eléctricos).. y no se preguntan el por qué.

Como dice Marc Lachiez-Rey (especialista de astrofísica en Saclay): "La ciencia no puede decirnos porqué el universo es así y no de otro modo".

"De la nada no puede salir algo", una afirmación obvia. A la pregunta sobre el origen seguramente muchos responden con una "materia o universo eterno". La diferencia está en que donde los ateos prefieren hablar de un "algo" (materia eterna) yo prefiero hablar de un "Alguien" (Ser eterno). Nadie podrá negar que decantarse por una u otra opción es cuestión de fe (ya que tampoco se puede demostrar que existiera una "materia eterna").

Así pues, ¿qué es lo que hace que esa materia que eternamente había sido únicamente eso, materia, diera lugar al dinamismo por el que surge el Universo y la vida? A lo mejor se responde: el azar.

Evidentemente esta será una respuesta sin ninguna certeza... simplemente porque deciden creer en ello, es decir, por fe...

Pues donde los ateos prefieren ver puro azar, yo prefiero ver "finalidad".

Según creo, la materia no acostumbra a tener intención. De este modo, se puede entender la generación entre padres e hijos como una simple combinación de la materia que se perpetúa (siguiendo unas leyes que sin saber porqué un día surgieron...). Además, esta materia se perpetúa generando un sentido de conciencia y de individualidad... Yo, frente a esta visión, prefiero leer esa generación entre padres e hijos desde algo que va más allá de la pura física, desde la finalidad, el afecto, la intención, la educación, el amor...

Según mi opinión, somos algo más que pura materia. Si somos únicamente materia que nos regimos por unas leyes predeterminadas ¿dónde queda nuestra libertad?

¿por qué entonces sentimos a veces remordimientos, si lo que hacemos es actuar conforme a las leyes que nuestra propia materia nos determina?

En esa evolución de la materia, ¿dónde surge la conciencia y la individualidad?

¿No somos todos la misma materia acaso?

A todo esto se puede responder que no existe libertad... (por lo que no debería existir entonces responsabilidad, ni tampoco cárceles!)... Pero: si existe libertad... si además del CÓMO hacemos las cosas existe un PORQUÉ... si existen personas que se preguntan por un QUIEN en lugar de por un QUÉ....Si, en definitiva, existe un SENTIDO, entonces existe un campo para la Teología. Un campo al que la ciencia nunca podrá responder.