|
Nicolás Massieu
Matos ( 1876-1953).
En la adolescencia comenzó la práctica de la pintura bajo
la dirección de su tío, pintor también, del mismo nombre.
Intentósele alejar de la vida artística mandándolo a Inglaterra,
donde permaneció hasta los 25 años.
De aquel país, llamado por su vocación, marchó a Italia
donde estudió a los artistas del Renacimiento y tomó lecciones de los
profesores más conocidos.
Después estuvo en París y Buenos Aires y regresó a
Canarias en 1914.
Su estancia en París fue la determinante de su carrera.
Allí sufrió la desilusión de verse preterido y eso le forjó
duramente. A su vuelta obtuvo en Barcelona con su autoretrato, el primer
éxito en tierras españolas.
Convertido ya en pintor insular, ensayó todos los géneros
y cambió de estilo en varias ocasiones, en un aprendizaje
perpetuo. Empezó por cultivar el retrato, con Don Felipe y Don Rafael
Massieu y con el magnífico y rembrantiano, de Tomás Morales.
Desde 1923 en que acudió a la Exposición Nacional cambió
sus tonos oscuros por la luminosidad del campo canario en los mismos
retratos.
En 1926 comienza a pintar bodegones de los que tiene gran variedades
de lo tradicional a lo nuevo.
Pero el paisaje y los contornos de la ciudad, la cumbre y
el borde del mar le atrajeron desde que descubrió el género,
encontrándose en él de todo, pasando desde lo idílico a lo violento y
a la luz de tonalidades insospechadas de muchos rincones de Gran
Canaria.
|