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Don José Luján
Pérez (Guía, Gran Canaria, 8-05-1756; 15-12-1815 ).
La escultura imaginera española había dado ya sus frutos más
preciados, pero el barroco religioso había de tener aquí este
espléndido epílogo, que representa la más gloriosa cumbre de la
escultura de Canarias.
Trabajó para todas las islas, pero quizás sus obras
maestras se encuentran dispuestas en la Catedral de Santa Ana: el Cristo
de la Sala Capitular, la Dolorosa de flotantes velos azules y de gran
expresión y movimientos y otras esculturas: Nuestra Señora de la
Antigua, San José, los Apóstoles que rodean el cimborio y el
bajorrelieve en mármol de la fachada posterior que representa a Santa
Ana y la Virgen. A la construcción de esta misma Catedral contribuyó
Luján como arquitecto discípulo de Eduardo, y se debe a él la obra
bellísima del trascoro.
Dominaba la talla de madera y ponía en ella toda la
suavidad y delicadeza de los escultores levantinos. Su labor quedaba
patente bajo la copa ligera del policromado. Fue maestro en el plegado
de paños. Era ante todo aficionado al patetismo de las expresiones,
culminando éstas en la Dolorosa. Sobre todo son de una belleza
insuperable las de la Concepción de La Laguna, Santo Domingo de Las
Palmas de Gran Canaria y la Concepción de Santa Cruz de Tenerife.
Dejó Luján bastantes discípulos y se puede decir que
aún la tradición imaginera de las islas se alimenta de ella.
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