El terremoto de Cúcuta: 124 años

Autor: Pedro José Pérez Vivas

Por este mes de mayo, las gentes de la frontera colombo-venezolana recuerdan el terrible terremoto de Cúcuta, fatídico suceso acaecido el 18 de mayo de 1875, a las 11:30 de la mañana.

En San Antonio del Táchira, todavía los feligreses lo traen a la memoria y cumplen el voto hecho por sus antepasados de festejar a la Santísima Virgen de la Luz, que veneran en un retablito de mano esclava en su templo matriz.

Ese día, 18 de mayo de 1875, trepidó súbitamente la tierra, se abatieron los árboles, crujieron las casas derrumbándose techos y paredes, atmósfera irrespirable por la polvareda como si hubiera estallado una poderosa bomba mortífera.

Muertos y heridos por centenares en San José de Cúcuta, capital del Estado o Departamento Santander. Un sismo que apenas duró unos 40 segundos.

El fenómeno telúrico causó estragos en las poblaciones colombianas de Villa del Rosario, San Cayetano, Santiago, Bochalema, Gramalote, Arboledas y Salazar de las Palmas.

En Venezuela se arruinaron poblaciones como San Antonio, Ureña, Capacho, San Cristóbal, Táriba, Rubio, El Cobre, La Grita, Lobatera, Borotá, Palmira, Colón, Michelena y otros vecindarios. La ola expansiva se sintió en poblados zulianos y merideños.

Nombres de sentimientos protervos y ruines cayeron como buitres sobre su presa, para saquear y robar. En vez de remover escombros para salvar a los sobrevivientes, los asesinaban para quedarse con sus pertenencias.

El gobierno departamental decretó medidas drásticas de orden público.

Uno de esos terribles malhechores, a quien apodaban en Cúcuta el "Piringo", fue sometido a consejo de guerra verbal y fusilado de inmediato.

Don Aquileo Parra, gobernador de Santander, solicitó ayuda al gobierno del Táchira, que colaboró combatiendo él contrabando de mercancías provenientes del delito y devolviéndolas a su lugar de origen.

Gobiernos regionales en Venezuela constituyeron juntas para recabar ayuda para las víctimas del sismo tanto en Santander como en el Táchira.

El Gobierno Federal de Guzmán Blanco erogó diez mil venezolanos, de los cuales Don Pascual Casanova hizo entrega de cinco mil al gobierno de Santander en nombre de la administración venezolana.

Hubo unos 7 mil muertos y unos 10 millones de pesos en pérdidas materiales.

En el Táchira, tal vez el pueblo más afectado fue el de San Pedro de Capacho que quedó totalmente destruido ese fatídico 18 de mayo de 1875. Había sido fundado en una losa azotada por el viento en 1642 por el Capitán Don Luis Sosa Lovera.

Sobre las ruinas, deliberaron los vecinos comenzar la reconstrucción y el día 20 de mayo, decidieron la fundación del nuevo poblado en el sitio denominado Blanquizal, terrenos con agua abundante y llanos.

El grupo de vecinos, capitaneados por don Pedro María Velasco, presidente del Concejo Municipal, él
Pbro. José Encarnación Montilla y otros protocalizaron el acta fundacional; entre los firmantes estuvo el joven
Cipriano Castro, de 17 años de edad, y más tarde abanderado de la Revolución Restauradora.

Los pueblos de Santander y del Táchira, azotados por el terremoto de Cúcuta del 18 de mayo de 1875, unieron esfuerzos y resurgieron acicateados por el afán de encontrar metas de superación y progreso.

Hoy, a 124 años de aquella hecatombe, son pueblos prósperos que luchan por lograr metas de bienestar social y económico; florecen industrias y su agricultura asegura alimentación para sus gentes.

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