Guerra en Irak y

Persecución de Saddam Hussein

En 2003 una coalición de países liderados por los Estados Unidos invade Iraq y derroca a su presidente Saddam Hussein. Este episodio es conocido también como la Guerra de Iraq, Segunda Guerra del Golfo, o Tercera Guerra del Golfo. El nombre dado por los Estados Unidos a esta intervención es Operación Libertad Iraquí. Además del derrocamiento de su presidente, esta guerra dio lugar a la realización por primera vez de elecciones democráticas en Iraq, pero al mismo tiempo tuvo como resultado la inmersión del país en una grave crisis política con la amenaza constante de caer en una guerra civil generalizada.
En la importante resolución 1441 [8], aprobada en la sesión celebrada el 8 de noviembre de 2002, el Consejo decidió dar una última oportunidad de Iraq para la realización de las inspecciones ordenadas referidas a la existencia de armas de destrucción masiva.

Para ello daba un plazo de 30 días a partir del día de la publicación de la resolución para presentar una completa declaración de todos los aspectos de los programas para el desarrollo de armas químicas, biológicas, nucleares, misiles balísticos, etc., además de decidir que Iraq no realizaría ningún acto o amenaza contra cualquier Estado Miembro que adoptase medidas para hacer cumplir sus resoluciones.

Producido el informe el Consejo se reuniría nuevamente para examinarlo y adoptar las decisiones que pudieran corresponder. La resolución finaliza recordando que ha advertido reiteradamente al Iraq que, de seguir infringiendo sus obligaciones, se expondrá a graves consecuencias

Tras presionar al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, incluso con la presentación de pruebas, algunas de las cuales resultaron ser falsas, para que aprobara una resolución apoyando explícitamente la invasión, el presidente de los Estados Unidos, George Bush obtuvo el apoyo de un grupo de países para formar una alianza que invadiese Iraq para derrocar al gobierno de Saddam Hussein. Esta coalición, que se autodenominó Coalición de la voluntad, estaba formada por los gobiernos de Estados Unidos, el Reino Unido, España, Portugal, Italia, Polonia, Dinamarca, Australia y Hungría. La mayoría de la población de estos países estuvo masivamente en contra del apoyo de sus gobiernos al presidente Bush, deslegitimizando el apoyo de sus gobiernos. Bush recibió también el apoyo de los gobiernos de la República Checa, Eslovaquia, Eslovenia, los estados bálticos de Estonia, Letonia y Lituania, las islas mediterráneas de Malta y Chipre; el estado de Israel o el de Kuwait. Francia, Alemania, China, México y Rusia manifestaron su total oposición a medidas de fuerza contra Iraq y fueron partidarios de una salida negociada a la crisis. Francia, Rusia y China, miembros permanentes del Consejo de Seguridad, abogaban por la continuidad de la labor de los inspectores y anunciaron su intención de vetar cualquier documento que legitimase explícitamente el ataque. Durante estas demostraciones se produjeron varios roces entre Estados Unidos y los países que se oponían a la invasión.

 

El 20 de marzo de 2003, sin que mediara declaración de guerra por alguna de las partes, comenzó el ataque de la coalición contra Iraq. Para el ataque, los estadounidenses habían dispuesto de 225.000 soldados, 800 tanques Abrams M1, 600 blindados Bradleys M2/M3, 100 helicópteros AH-64 Apache, 200 helicópteros AH-20 Cobra, 100 helicópteros de transporte Chinook, Black Hawk y Sea Stallion, 50-60 F-14 Tomcat, 90 F-15 Eagle, 75 F-16 Falcon, 180-220 F-18 Hornet, 50 A-10, 36 bombarderos B-1B, B-52 y B-2, 60 Harrier AV-8B y 4 grupos de combate maritimo que incluían a los portaaviones Constellation, Harry S. Truman, A. Lincoln y T. Roosevelt. Los británicos dispusieron unos 45.000 soldados, 120 carros Challenger-2, 150 blindados Warrior, 100 aviones de combate entre los que habían Tornado, Jaguar y Harrier y un portaaviones además de 16 buques de guerra. Australia cooperó con 2.000 soldados, tres fragatas, 17 aviones de combate y algunos helicópteros. Para proteger a Israel, las fuerzas de EE.UU. desplegaron tres baterías de mísiles Patriot en Jordania.

Con la intención de defender al país, Saddam Hussein ordenó dividir Iraq en cuatro secciones y encargó la defensa de cada región a una persona de su entera confianza. Para combatir, los iraquíes disponían, en teoría, de un ejército de 327.000 hombres, 400.000 reservistas, 2.200 carros de combate de los cuales unos 1.500 eran T-55 y 700 T-72, 2.200 piezas de artillería, 3.000 cañones antiaéreos, entre 640 y 760 lanzaderas de mísiles antiaéreos, entre 70 y 90 helicópteros de combate y 300 aviones de combate de los cuales la mitad estaban fuera de servicio debido a la falta de reparaciones y mantenimiento adecuado. La mayoría de estos aparatos eran MIG-21, MIG-23 y MIG-25 de fabricación soviética y una cincuentena de Mirage F-1 franceses. Antes de la guerra, el ejército iraquí había hecho destruir varios de sus mísiles Al-Samud como muestra de cooperación en un intento por detener el conflicto.

Un percance obligó a replantear los planes de invasión al negársele al ejército estadounidense la entrada desde Turquía lo que hubiera permitido realizar una rápida maniobra en tenaza para tomar Bagdad. A pesar de todo, fuerzas especiales tomaron contacto con las milicias kurdas y se planeó un ataque coordinado de los guerrilleros desde el norte con apoyo de tropas aerotransportadas siempre y cuando las operaciones en el sur marcharan según lo previsto.

La invasíón empezó con bombardeos sobre Bagdad mediante mísiles Tomahawks lanzados desde buques y submarinos, a lo que le seguirían ataques aéreos con cazas y bombarderos pesados. La respuesta de los iraquies no se hizo esperar y las fuerzas desplegadas cerca de la frontera con Kuwait iniciaron un duelo artillero con elementos de la 1ª División Acorazada de EE.UU. A los pocos minutos, los iraquíes lanzaron tres mísiles Al-Samud contra Kuwait. Uno de estos proyectiles fue interceptado por un mísil Patriot y explotó en el aire; los otros dos lograron superar a los Patriot e impactaron en la zona norte de Kuwait, aunque sin causar daños importantes o victímas. Posteriormente, se adentró en el desierto una columna estadounidense formada por numerosos tanques Abrams, vehículos blindados Humvee y helicópteros artillados Apache y Blackhawk luego de pasar la frontera de Iraq. Los Royal Marines británicos, por su parte, tenían como objetivo principal la toma de Basora, la segunda ciudad más populosa del país. Curiosamente, la Fuerza Aérea de Iraq no realizó ni una sola salida para defender el país. Esto ocurrió debido al mal estado en que se encontraban las aeronaves por culpa del embargo que sufría Iraq desde 1991, así como por la escasa instrucción de los pilotos iraquíes frente a los de la coalición. De entrada, en los primeros dos día de la ofensiva, varios helicópteros británicos fueron derribados por el sistema SAM Strela ruso operado por los iraquíes. El sistema de radar de Iraq continuó funcionando en los primeros día de la invasión pese al fuerte bombardeo de la Coalición, aunque poco después dejó de funcionar.

 

El 1 de Mayo de 2003, el presidente George W. Bush proclamó la victoria desde la cubierta del portaaviones USS Lincoln en un acto que sería recordado por la frase Mission acomplished! (Misión cumplida), la cual fue pronunciada por el mismo mandatario estadounidense y escrita en una enorme manta que ondeaba sobre el barco. La coalición angloamericana perdió 173 soldados y aproximadamente 542 resultaron heridos. No se conoce el número exacto de bajas entre las fuerzas armadas iraquíes, pero diferentes fuentes estiman que sufrieron entre 4.000 y 6.000 muertos. A partir de entonces el gobierno estadounidense comenzó a poner en prácticas una serie de medidas encaminadas a instaurar un nuevo gobierno en Iraq. Sin embargo, la resistencia iraquí estaba lejos de ser completamente doblegadas y algunos sostienen que el ejércto estadounidense únicamente logró la ocupación del país, pero que la guerra todavía no ha terminado. Es importante destacar que durante la invasión, los iraquíes jamás emplearon armas de destrucción masiva para defenderse.

Saddam Hussein

Su paradero fue desconocido durante varios meses, hasta que el 13 de diciembre de 2003, Hussein fue arrestado en una operación conjunta, efectuada por efectivos kurdos iraquíes y soldados estadounidenses, mientras se encontraba escondido en un sótano en los alrededores de su localidad natal, Tikrit. Entre las primeras imágenes transmitidas, se mostró a Hussein siendo examinado, así como el estado en que se encontraba en el momento de ser capturado.

El 5 de noviembre de 2006, tras dos años de juicio, Hussein fue condenado, junto con otros dos acusados, "a morir en la horca" por el Alto Tribunal Penal iraquí, que lo encontró culpable de haber cometido un crimen contra la Humanidad, por la ejecución de 148 chiítas de la aldea de Duyail en 1982. También se le atribuye responsabilidad por el ataque químico a Halabja (1988), el aplastamiento de la rebelión chiíta (1991), las fosas comunes (1991), la guerra contra Irán (1980-88), y la invasión de Kuwait (1990).

En los dos años del juicio, Hussein se mostró desafiante ante el Tribunal Iraquí, y en el momento de la sentencia, el día 5 de noviembre de 2006, mientras varios de sus colaboradores insultaban al Tribunal, Hussein pronunció las siguientes palabras:

¡Larga vida a Iraq, larga vida a los iraquíes! ¡Alá es más grande que el ocupante!
 

El 28 de diciembre de 2006, el Alto Tribunal Penal iraquí confirmó la orden de ejecución para el 2 de enero de 2007. Saddam Husein fue ejecutado el 30 de diciembre de 2006. Fue ahorcado a las 6:00 A.M, hora local de Iraq (UTC+3), por el cargo de crímenes contra la humanidad.

Después de su ejecución, circularon por internet videos (captados con teléfonos celulares) que mostraban el momento en que Saddam Husein es colgado. Estos videos aparecieron en el portal You Tube, desatando en todo el mundo sentimientos contradictorios: mientras algunas personas clamaban por la muerte del ex dictador, otras alegaron que la ejecución había sido un simple espectáculo para el pueblo, ya que se había permitido la filmación del acontecimiento. El gobierno iraquí ordenó una investigación al respecto, poniendo en evidencia la insuficiencia de las medidas de seguridad. Posteriormente, los colaboradores cercanos de Hussein también fueron ejecutados, pero no hubo videos que lo registraran, aunque llegó a comentarse que uno de ellos, enfermo de cáncer, había sido decapitado por la soga al momento de abrirse la trampilla.

 

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