Segunda Guerra Mundial


En el periodo histórico comprendido entre 1939 y 1945, la humanidad se vio envuelta en una guerra a escala mundial, cuyas consecuencias han impreso su huella a la sociedad de nuestros tiempos. En esta conflagración, conocida como la Segunda Guerra Mundial, se experimentaron las más novedosas estrategias y tácticas bélicas, se puso en práctica el más moderno armamento, la energía atómica inauguró su carácter mortal; la pérdida de vidas humanas, la cantidad de hombres lisiados y de personas desaparecidas cobraron dimensiones hasta entonces desconocidas en el mundo.
 

Causas de la Segunda Guerra Mundial

 

 

Con el ascenso de Adolfo Hitler al poder, Alemania puso en práctica un programa de remilitarización que en poco tiempo dio como resultado la ocupación de la Renania, zona desmilitarizada según el Tratado de Versalles, y la expansión territorial alemana hacia el este europeo, so pretexto de la amenaza del socialismo soviético.

Entre otros de los objetivos del nazismo, se encontraba la proclamación de la unidad de pueblos de raza germana conocida como Anschluss; en marzo de 1938, esgrimiendo esa justificación, los ejércitos alemanes invadieron Austria; Hitler auspició también la agitación de los alemanes que habitaban en los Sudetes, región fronteriza con Checoslovaquia, con el objeto de que exigieran su anexión al Tercer Reich.


Por medio del Pacto de Munich, firmado en septiembre de 1938 por Italia, Inglaterra y Francia, se convino en que Checoslovaquia cediera a Alemania la región Sudete. Con lo que se terminaría, de una vez por todas, con las exigencias germanas en territorio de Europa.


Durante todo este tiempo, Inglaterra y Estados Unidos pusieron en práctica una política de apaciguamiento, pensando que, con el Pacto de Munich, Alemania detendría su política expansionista. Sin embargo, Hitler, para consolidar su postura en Europa occidental, firmó con Mussolini el llamado Pacto de Acero, en mayo de 1939, por medio del cual Italia y Alemania se obligaban a prestarse ayuda militar en caso de guerra.


Por lo que a Europa oriental se refiere, Alemania y la Unión Soviética firmaron un Pacto de No Agresión, el 23 de agosto de 1939. Esta medida respondía a los intereses inmediatos de Alemania, de no originar dos frentes de guerra, toda vez que Hitler había decidido ya iniciar las hostilidades en contra de Europa occidental.


El inicio de la guerra

Consumada la estrategia alemana de tener un solo frente, Hitler invadió Polonia el 10 de septiembre de 1939, poniendo en práctica la Blietzkrieg (guerra relámpago), estrategia que, mediante el uso de equipo blindado, la aviación y la infantería motorizada, pretendía la conquista de ese país en unas cuantas semanas.
Este hecho representó el inicio de la Segunda Guerra Mundial, ya que ante esta agresión, Inglaterra y Francia le declararon la guerra a Alemania el 3 y 4 de septiembre, respectivamente. En la primavera del año siguiente, con la finalidad de bloquear a la flota inglesa, los ejércitos alemanes invadieron Noruega y Dinamarca. En mayo del mismo año, se inició la invasión a Bélgica, Holanda y Luxemburgo y, un mes más tarde, la lucha contra Francia


A pesar de la resistencia y de la ayuda británica con la que contaron todos estos países, el poderoso ejército alemán arrasó con ellos y propició la retirada de los ingleses a través del Dunkerque, puerto situado al noreste de Francia.
La toma de la capital francesa obligó al gobierno galo a la firma de un armisticio, por medio del cual se establecía el cese de hostilidades, el desarme del ejército y la división de su territorio en dos regiones: el norte, dominado por alemanes que controlaban toda la zona del Atlántico, y la región sur, denominada Francia Libre, bajo el control del mariscal Philippe Pétain, quien estableció el gobierno en la ciudad de Vichy, asumiendo una actitud de sometimiento que provocó que surgiera el movimiento de resistencia "Francia Libre", dirigido desde Inglaterra por el general Charles de Gaulle.


Gran Bretaña, preocupada por su debilidad militar, sólo esperaba el ataque del moderno ejército alemán que, en julio de 1940, inició la operación del plan "León Marino" con un insistente ataque aéreo sobre las principales ciudades inglesas, que no fue suficiente para derrotarlas, debido, entre otras razones, a la ayuda recibida de Norteamérica.
 

En el mismo año de 1940 el Japón firmó una alianza con Alemania e Italia, mediante la cual se estableció el Eje Berlín-Roma-Tokio.) que respondía a los intereses alemanes, ya que Japón podría asumir posiciones estratégicas en el Pacífico, en tanto que con los italianos pretendía bloquear el Mediterráneo, impidiendo el abastecimiento a Inglaterra.
Italia, en principio, declaro la guerra a "Francia Libre", posteriormente invadió Grecia donde resultó derrotada y el mismo resultado obtuvo en Libia frente al ejército inglés. Hitler decidió fortalecer su posición en el Mediterráneo enviando al norte de África una expedición mecanizada, África-Korps, al mando de Erwin Rommel, "El Zorro del Desierto", que logró reconquistar el territorio perdido y, para consolidar su dominio sobre este mar, decidió invadir Yugoslavia y Grecia, a las que sometió en abril de 1941.


En el momento mismo del ascenso de Hitler, la Unión Soviética pugnó por una política de Seguridad Colectiva que no tuvo eco en Europa; ante el sacrificio de la vecina Checoslovaquia, inició su preparación militar dentro del marco del tercer plan quinquenal. La URSS pretendió consolidar su posición con la firma del Tratado Germano-Soviético de no agresión y reforzó sus fronteras al invadir Finlandia en noviembre de 1939, ya que esta región sería atacada en cualquier momento por los ejércitos fascistas.


Fracasado el plan alemán de invasión a Inglaterra, Hitler se dio cuenta que necesitaba un mayor potencial bélico y de grandes recursos naturales. En junio de 1941 decidió invadir a la Unión Soviética. La operación, iniciada mediante el plan "Barba Roja", consistió en un ataque sobre las ciudades de Leningrado al norte, Moscú en el centro y Stalingrado en el sur.
Los soviéticos aplicaron la táctica de "Tierra Quemada" que consistía en retirarse y destruir todo a su paso, esperar el invierno y contraatacar.
Cuando los alemanes llegaron a Moscú se inició la contraofensiva de los rusos, quienes propinaron severas derrotas al ejército alemán en Stalingrado, lo que inició el viraje radical de la guerra, ya que el Ejército Rojo fue ayudando a su paso a los países del este europeos a liberarse de la opresión nazista, al mismo tiempo que iniciaba el avance sobre Berlín.
 

La guerra fuera de Europa

Los Estados Unidos ayudaron financiera y políticamente a los países aliados y de manera especial a Inglaterra, que había sido debilitada por el bombardeo alemán. En agosto de 1941, Roosevelt, presidente de Estados Unidos y Churchill, primer ministro inglés, proclamaron la Carta del Atlántico en la que se comprometían a respetar las fronteras de los países, su autodeterminación y la libre colaboración económica internacional.
La guerra adquirió dimensiones mundiales cuando Japón atacó en diciembre de 1941 a la flota norteamericana anclada en Pearl Harbor en las Islas Hawai. Ante este acontecimiento, Roosevelt declaró la guerra a Japón y a Alemania. Los primeros meses fueron difíciles para los norteamericanos, pero a mediados de 1942 bajo el mando del general MacArtur, se iniciaron una serie de victorias en el Pacífico, entre las que destacan las batallas en el Mar del Coral, el asalto a las Filipinas, Iwojima y Okinawa; pero el Pacífico sólo pudo reconquistarse hasta 1945.


Las operaciones bélicas en África también cambiaron de rumbo, cuando los ingleses, al mando del mariscal Montgomery, recibieron ayuda norteamericana, en octubre de 1942, con los ejércitos del general Dwight D. Eisenhower (1890-1969), quien logró la victoria en la batalla de El Alamein, en la frontera libio-egipcia. Los ejércitos aliados desembarcaron en Marruecos y Argelia para lanzar una ofensiva contra Túnez, donde lograron derrotar definitivamente a Erwin Rommel, comandante de los ejércitos alemanes en África del Norte, en marzo de 1943. Esto permitió iniciar en el mes de julio el plan "Husky", consistente en la ofensiva contra Italia a través de Sicilia, y propiciar la caída de Mussolini.
Los acontecimientos de los diversos frentes de guerra obligaron a los tres grandes de las potencias aliadas, Franklin D. Roosevelt (1882-1945), Winston Churchill (1874-1965) y José Stalin (1879-1953) a reunirse en Teherán, Irán, en noviembre de 1943. En dicha conferencia, se acordó la apertura del llamado Segundo Frente en el occidente de Europa; se buscaba, además, en esta reunión delimitar las nuevas fronteras europeas, reconociéndose la influencia que los soviéticos tendrían sobre los países Balcánicos; se discutió también sobre el desmembramiento de Alemania al finalizar la guerra, y se planteó la creación de un organismo mundial que velara por la paz internacional.

Ante los triunfos soviéticos en Europa del este y su rápida ofensiva sobre Alemania, los aliados decidieron abrir el Segundo Frente al mando del general Eisenhower. El 6 de junio de 1944, conocido como el "Día D", se inició sobre la costa francesa de Normandía la contraofensiva occidental sobre los ejércitos alemanes, con la cual se logró la liberación de Francia y Bélgica.
En abril de 1945, los aliados llegaron a la frontera alemana, en tanto que el Ejército Rojo tomaba la capital, Berlín. El 30 de ese mismo mes, Hitler se suicidó en la Cancillería y, finalmente, Alemania capituló incondicionalmente en mayo de ese año.


Ante la rendición de Alemania el 8 de mayo de 1945, los representantes de las potencias aliadas, que ya se habían reunido en febrero anterior en Yalta, a fin de acordar el futuro de Alemania tras su capitulación, consideraron necesario realizar otra conferencia de las potencias vencedoras.
En julio de 1945, se reunieron en Postdam, cerca de Berlín, José Stalin de la Unión Soviética, Harry S. Truman, quien había sustituido a Roosevelt como Presidente de Estados Unidos, y Winston Churchill, reemplazado al poco tiempo como Primer Ministro de Gran Bretaña por Clement Attlee; en esta reunión se llegó a los siguientes acuerdos:

Concluidas las hostilidades en Europa y África, los Estados Unidos decidieron poner fin a la guerra del Pacífico, enviando todo su potencial naval contra Japón. Como complemento de ello, el presidente Truman decidió usar el arma más poderosa y mortal jamás conocida: la bomba atómica.
El 6 de agosto de 1945 fue lanzada la primera bomba sobre la ciudad japonesa de Hiroshima, que causó la muerte de más de cien mil personas; tres días más tarde, se lanzó la segunda bomba, ahora sobre la ciudad de Nagasaki, que dejó un saldo de más de setenta y cinco mil muertos. El 2 de septiembre de 1945, el gobierno japonés capituló, con lo que terminó la Segunda Guerra Mundial.


 

Consecuencias de la Segunda Guerra Mundial

La Segunda Guerra Mundial ocasionó la pérdida de más de cincuenta millones de vidas, infinidad de personas lisiadas y mutiladas, el abandono de sus hogares de otros tantos miles, al mismo tiempo que el empobrecimiento y sufrimiento de la población de diversas regiones del mundo.

Con la finalidad de hacer olvidar los estragos materiales y sociales de la guerra, a partir de entonces los gobiernos procuraron el bienestar de la población, mejorando las leyes de seguridad y previsión social, ofreciendo servicios médicos, educación y vivienda a la sociedad en general.

Al concluir el conflicto armado, el número de países con regímenes socialistas se incrementó. En Europa los ocho Estados con este tipo de sociedad fueron: Alemania Democrática, Polonia, Checoslovaquia, Hungría, Rumania, Yugoslavia, Bulgaria y Albania.

Ello conformó un nuevo orden político y económico regido por dos bloques hegemónicos, encabezado uno por los Estados Unidos y el otro, por la Unión Soviética, quienes se confrontaron en todos los órdenes durante la posguerra.
Los países, de manera general, quedaron debilitados económicamente, por lo que iniciaron una política de modernización industrial que se complementó con el incremento de las exportaciones y la reducción de las importaciones; se consolidó la intervención del Estado en el control de las actividades económicas.

La debilidad político-militar manifiesta en las potencias europeas propició el desmoronamiento del Sistema Colonial; surgieron en los países del llamado Tercer Mundo una serie de movimientos de Liberación Nacional.

Un elemento que determinó las relaciones de poder internacional fue la posesión de la bomba atómica y los secretos de su fabricación, que durante algún tiempo conservaron los Estados Unidos. Más tarde, las relaciones de poder internacional desembocaron en lo que se conoce como Guerra Fría.
 

Un hecho de enorme trascendencia al finalizar la Segunda Guerra Mundial fue la creación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cuyos esfuerzos por la consecución de la seguridad y de la paz en el mundo son principios vigentes de la humanidad.

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