HOME                                      LA LUNA NUEVA

A pesar de que está cercana, grande y relativamente luminosa (su magnitud alcanza en realidad el valor de -3, es decir 1,5 magnitudes más luminosa que Sirio) la Luna nueva es probablemente uno de los objetos celestes menos observados, tanto por los aficionados como por los astrónomos profesionales.

Será por eso que siempre tuve la inquietud de sacar una foto de la Luna en esa fase: el resultado hubiera sido una Luna llena en fase de Luna nueva!

No es por cierto una fácil tarea. Pero tampoco es imposible. No hay que olvidar que, en el momento del novilunio, un observador situado en la Luna, como por ejemplo en el Mar de la Tranquilidad, vería la Tierra muy alta en el cielo, con un diámetro 3,67 veces mayor, una superficie 13,45 veces mayor, y, debido al mayor albedo de la Tierra, con una luminosidad 71 veces mayor que el de la Luna llena observada desde la Tierra. Sí, han entendido bien: el claro de Tierra sobre la Luna es 71 veces más intenso que el claro de Luna sobre la Tierra. ¿Porqué entonces no intentar fotografiarlo?

El momento más apto sería evidentemente el de un eclipse total de Sol, sobre todo si la sombra de la Luna está sobre el océano, para no quitarle mucha luminosidad a la Tierra.

Y es por eso que, el 3 de noviembre de 1994, fui a las Cataratas del Iguazú con una película de 1000 ASA.

La Ektar 1000 no era por cierto la película más apta para un eclipse total, pero mi deseo era fotografiar los mares de la Luna.

Lamentablemente no evalué bien la dificultad, y, a pesar de los tiempos de exposición 30 veces mas largos de los necesarios para la Corona, el resultado fue nulo!!

Sin embargo, he considerado oportuno hacer mención de ese intento en la revista suiza ORION (número 268, junio de 1995, página 142).

El año siguiente, otro aficionado bien conocido quiso hacer el mismo intento, pero también con resultados muy modestos.

Recién en 1998, en ocasión de otro eclipse total de sol (26 de febrero en el Caribe) Christian Viladrich logró finalmente grabar en una foto los mares de la Luna en el momento de la totalidad.

A pesar de que la foto es espectacular, el resultado fue obtenido ... sin querer !!!
La intención de Viladrich no era en realidad la de fotografiar los mares, sino la de poner en evidencia los mas finos detalles de la Corona solar. 
Quedó de todos modos demostrado que la cosa era factible.

Personalmente, sostengo la idea de que se pueden lograr resultados mucho mejores todavía. Eclipses en el futuro habrá unos cuantos, y con ellos más posibilidades de lograr un buen resultado.

Pero, ¿hace falta esperar los eclipses?  Está todavía el Hubble en órbita, y también la alternativa del coronógrafo: ya pasaron casi 80 años desde que Bernard Lyot lo inventó. ¿Porque no intentar (de ser necesario, con algún adaptador ) apuntarlo una vez a la Luna nueva, y tratar de ver un poco mejor como es allá arriba el claro de Tierra?

Una propuesta para los profesionales, si queremos; con la esperanza de que entre ellos haya alguna oveja negra que no considere esta experiencia como una pérdida de tiempo...
Mientras tanto, podríamos tratar de entrenarnos sacando fotos de la luz cenicienta de la Luna cuando esta tiene solo pocas horas.

Apéndice:

Haciendo los cálculos a posteriori, resultó que:
              - la Luna nueva es unas 7500 veces menos brillante que la Luna llena;
              - la Corona es unas 40 veces menos brillante que la Luna llena;
              - la relación Corona/Luna nueva es por lo tanto de 187:1.

Si por la Corona, con 1000 ASA y abertura 5.6, es  correcto, como ha demostrado la práctica, un tiempo de exposición de 1/30 de segundo, el tiempo para los mares de la Luna debería ser entonces 187 veces más largo, es decir de unos 6 segundos. Sobreexponiendo la Corona, obviamente. Pero debería ser más fácil que fotografiar la luz cenicienta cuando la Luna tiene dos días, dado que la Corona es 2 veces menos brillante que la hoz lunar en esa fase.


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