UN APLAUSO A LA LUNA
"La gloria di colui che tutto move
per l'Universo penetra, e risplende
in una parte piú, e meno altrove"
Sería
vano intentar una explicación científica: hay quien puede hacerlo mejor;
y
sería presunción intentar una descripción poética: por eso recurro a los versos
de Dante.
El eclipse total es en realidad algo
tan grandioso, tan emocionante, que no hay palabra, sonido o imagen capaz de
describirlo. Inútil por lo tanto adjetivar.
Sólo quisiera decir una cosa: la
corona solar fue para mi un ostensorio en el cielo, un Dios con los brazos
abiertos, quien nos quiso dar una prueba más de su grandeza y hacernos llegar
un mensaje de paz y de hermandad, un mensaje del cual todos nosotros teníamos
necesidad.
La Luna lo había evidentemente
entendido; y es por eso que hoy consideró oportuno apagar las luces,
para que unos pocos elegidos pudieran captarlo, y para que el Sol, nuestro Rey,
pudiera lucir su
corona.
La aparición fue breve, y cuando
terminó no pude dejar de pensar en las palabras de la bella canción brasileña
“tristeza nao tem fim, felicidade sim...”; pero el mensaje permanecerá.
La Luna quizás no haya escuchado el fragoroso aplauso de los cientos de turistas estallando al unísono, pero no cabe duda de que estuvo bien merecido.
Foz do Iguaçu,
3 de Nov. de 1994