"LA VENGANZA DEL SAMURAI"

 

 

 

"LA VENGANZA DEL SAMURAI"

"El principio"

"EL FESTIVAL DE TOKIO Y EL MISTERIOSO HOMBRE DE GRIS"

 

 

Aquel castigo había sido especialmente duro. La reprimenda de su padre duró horas, añadiendo el hecho de que su hermano, 1 minuto antes, amablemente le había recordado que debido a su castigo, no iría a la exhibición que harían los Oniwabanshu en el centro de Tokio, ya que harían un espectáculo durante las festividades de primavera. Eso era de las pocas cosas capaz de colmarla. Su pequeña voz retumbó en toda la casa:

-¡¡QUIERO IR A VER A LOS ONI!!

-¡¡CALLEN A ESA NIÑA GRITONA!!

-¡¡CYNTELLA SILENCIO!!

El grito de su madre sonó más fuerte que el suyo, logrando silenciarla.

-Tía Misao va a ir- refunfuñó- y ahora no podré verla- al decir esto último dio una leve patada contra la pared, para luego, propinarle tal puntapié que casi le rompe los huesos. A Cyntella le crecieron los ojos como platos y se agarró el pie con un fuerte quejido.

-Eso te pasa por marimacho- dijo su hermano que cruzaba el corredor

-Tu callado chico listo - le soltó la niña con ira

-¡¡Enana!!

-¡¡Cerebro de rata!!

-¡¡Mensa!!

-¡¡Cabeza de cerillo con patas!!

¡¡Ya cállense los 2 que su madre tiene alumnos!!- les gritó Kenshin desde el patio donde lavaba la ropa. Ambos chicos se enseñaron la lengua y se dieron la espalda.

Al poco rato, alguien toca la puerta de la habitación de la niña.

-¿Puedo pasar?- pregunta Yahiko

-Claro- respondió Cyntella con una mano en su barbilla.

Yahiko entró y se sentó al lado de la ventana (ACLARACIÓN: Para ese entonces, el Dojo Kamiya cuenta con un segundo piso en el cual, se ubica la habitación de Cyntella, por su atención, gracias)

-Es una lástima- comenzó- que no puedas ir al festival... ¿qué te dijo Kenshin?

-Papá me dijo que por lo que había hecho no debía ir a verlos, que no me quería ver ahí

-Bueeeeeeno, te dijo que no "debías", no que no podías y que no te quería "ver" así que si no te ve...- dijo complacido de ver a su sobrina boquiabierta

-Tienes razón... ¡gracias!

La noche cayó sobre el Dojo Kamiya. Cyntella se encontraba en la puerta despidiendo a sus padres.

-No te metas en problemas jovencita- le reconvino Kenshin

-y no incendies el Dojo- agregó Kaoru

-Ni el baño...

-Ni la cocina...

-¡YA!- exclamó Yahiko- Kaoru, Kenshin, creo que Cyntella puede entender eso

-No lo creo- dijo Kaoru con recelo- se parece demasiado a ti

-¿Qué quieres decir con eso busu?

-¡¡No me llames busu!!

Mientras Yahiko y Kaoru correteaban por toda la calle, Kenshin le dio unas palmaditas en la cabeza a su hija.

-Portate bien- le dijo Kenshin con una sonrisa

-Si papi- le dijo la niña con tono meloso

-Vámonos ya- le dijo Sano a Kenshin poniéndole una mano en el hombro- ya casi es hora- le dio un apretón y Kenshin entendió

-Tienes razón- respondió- arigatto- le dijo a la niña mientras se iban. Lo que no pudo ver, fue a la niña cruzando los dedos en su espalda, pero eso si fue notorio para Kenji, que le vió en los ojos un brillo travieso.

-Ajáááááá...

Cyntella no cabía en sí de alegría al saber lo que haría... su estómago daba vueltas, sus nervios estaban al 100% y sus sentidos aumentaron considerablemente... era una gran emoción. La niña salió por la cocina y , para que los vecinos no la vieran, brincó la barda, usando como apoyo uno de los árboles que estaban al lado de la pared... aquella sería una gran aventura...

-¡¡Y ahora, el Aoiya está encantado de presentarles la Danza Kodachi de Okkon y Omasu!!

Toda la gente aplaudió esa elegante danza de espadas; Misao se sentó al lado del Kenshin-gumi, quienes estaban felices de ver a su amiga de nuevo... pero Kaoru notó algo diferente en la figura de su amiga... le recordaba a ella después de Kenji... pero eso no era posible... a menos que...

-¡¡Ashiru, no!!

Misao pegó un salto y cargó de la cintura a un pequeño que correteaba peligrosamente con un shuriken extremadamente filoso. Kenshin y los demás observaron con asombro a la chica volver a sentarse con el pequeño en las rodillas. El niño era de aproximadamente 5 años.

-Misao... ¿quién es ese niño?- preguntó Kaoru con curiosidad

-¿El?... Oh, es mi hijo, Ashiru Shinomori... ¿verdad que es un encanto?- dijo la Oni con orgullo mientras el niño jugueteaba con la "larga, enorme y gigantesca" (je je) trenza de su madre.

-Tu hijo... vaya... si es Shinomori entonces, su padre tiene que ser...

-¿Algún problema Battousai?- dijo con su fría voz Aoshi- no eres el único con derecho a sentar cabeza

-Hola Aoshi- dijo Kenshin con una sonrisa- no sabía que te habías decidido por Misao

-Ya vez- Aoshi sonrió con un ligero brillo en los ojos- ¿sabes?, mi pequeño Ashiru es mi orgullo y yo se que algún día será un buen líder de los Oniwabanshu

-Si, ya lo creo- dijo Kenshin sonriendo con una gota en la cabeza

-genial, la "chica comadreja" y "Kodachi" unieron fuerzas- dijo Sano con un suspiro

Misao observó a Yahiko quien veía hacia todas partes.

-¿A quién buscas?

-A alguien

-¿Y Cynte-chan?- le preguntó Misao a Kaoru

-Cumpliendo una condena por robo e invasión de propiedad- dijo

-¿Qué cosa?

-Lo que pasa- dijo Yahiko- es que Cyntella fue de compras y sin querer golpeó un estante de manzanas, una cayó en la bolsa y el tendero la corrió por ladrona y para huir, tuvo que pasar por el patio de la señorita Takeda.

-¿¡Y solo por eso la castigaste Himura!?- exclamó Misao a un muy sorprendido Kenshin- pobre criatura- dijo acariciando el cabello de Ashiru

-mamá... ¿puedo ir a jugar con Kuro?

-Si Ashiru, ve

-Gracias

A pocos metros de ahí, Cyntella veía el espectáculo, recargada en el tejado de una casa, con una enorme bolsa de dulces a un lado. Realmente era divertido, pero hubiera sido mas divertido estar ahí sin esconderse. De pronto, sin previo aviso, una espada fue arrojada contra ella; la chica, con sus reflejos obtenidos desde su nacimiento, saltó fuera de su alcance. Alcanzó a observar a un tipo, que saltaba sobre el techo y se preparaba para otro ataque. Cyntella nunca había sido enseñada para eso, pero ya había observado un método de defensa de su tío Yahiko, así que puso sus manos en posición de "Rezo separado" y espero; el ataque, una estocada horizontal... al llegar cerca de ella, la niña juntó las manos y se dejó caer, levantó un pié y usando la fuerza de ataque del tipo, lo arrojó contra un muro; Cyntella resintió un poco los cortes hechos a sus manos por el filo de la espada, pero aún así, saltó dispuesta a defender a como fuera su vida... se defendería... sin importar como... sin importar las concecuencias... viviría...

De pronto, el tipo volteó y huyó. Cyntella parpadeó cuando otra figura saltó a su lado.

-¿Qué hace aquí la estúpida hija de mi estúpido pupilo?- preguntó una voz muy conocida por ella

-¡Abuelo!- dijo la niña observando a Hiko-sama que se sentaba a su lado- yo... este...

-Cualquiera podría observarte desde abajo, aún no sabes esconderte-dijo con tono despectivo

-Es que mi papá no me quiere enseñar- se quejó mientras lentamente, ocultaba sus manos debajo de sus rodillas. No quería que la cuestionara por las heridas en sus manos.

-¿Cómo está eso?...

-Dice que soy una niña, una mujer y que las mujeres no deben luchar- terminó de golpe

-Humm... no se como puede decir eso si tiene una mujer que enseña Kendo y además, el bien podría pasar por una ya que así se porta

Cyntella comenzó a reir a lo que Hiko-sama emitió una amplia sonrisa y cargó a la niña.

-Y ahora ¿qué tal si vamos al festival con los demás?


-¡¡Pero estoy castigada!!- °@ @ °

-No importa, yo hablaré con mi estúpido pupilo

-Gracias abuelo

En esos momentos, algo distrajo la atención de Cyntella. El hombre que la había atacado, se encontraba entre la gente, observando a su familia. Ahora lo podía ver mejor, en su traje gris, llevaba una gran T con una pequeña H en una cinta en los hombros. Cyntella parpadeó y el hombre desapareció.

-¿Pasa algo?- le preguntó Hiko

-No abuelito, nada importante- contestó. Pero sabía que no era cierto, ya que cuando vió al tipo, sintió una punzada en el estómago. Ambos llegaron con los demás y ya Kenshin iba a reprender seriamente a la niña cuando Hiko intervino.

-no la regañes estúpido, yo la traje... ¿algún problema?

-No, pero yo la castigué y...

-¿Me estás diciendo que hice mal?- lo vió Hiko con advertencia

-No maestro

-Bien estúpido pupilo, bien...

-¡¡Hiko-sama!! !!!.. ¡Usted es el mejor!!

-Lo sé, lo sé- dijo con sonrisa de comercial para pasta dental.

Entre tanto, Cyntella no deja de ver entre la multitud... un sentimiento extraño la sacude mientras piensa, en el extraño que observaba a su familia desde las sombras. Lo que no sabe, es que muy pronto, tendrá que luchar por su sobrevivencia, aunque esto, tenga un fin inesperadamente trágico en su vida....

 

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CONTINUARÁ..........

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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