LA VENGANZA DEL SAMURAI

 

 

LA VENGANZA DEL SAMURAI

El Ashita-gumi

“CYNTELLA, LA CHICA DE LA MARCA LEGENDARIA”

 

Draco y Kamatari veían a la niña que dormía plácidamente. No podían creer que la pequeña fuera hija de esa persona; o al menos Kamatari no quería creerlo. Quería vengarse de lo de la muerte del señor Shishio, pero no podía hacerlo, no quería hacerlo con esa pequeña. Y menos ahora que ella lo había perdido todo. Igual que el.

-¿Qué piensas Kami?

Kamatari solo vió a Draco. Y una idea se formó en su mente.

-Draco… ¿crees que podríamos entrenar a la niña?

-¿¿??

-Ajá… podría sernos útil como miembro del Ashita-gummi

-Kami, piensa lo que dices… es solo una niña…

-Yo era también muy joven cuando aprendí a matar… y la pequeña está sola, debe aprender a defenderse…

-Si, tal vez…- Draco recuerda con tristeza el día que tuvo que partir de su casa- de acuerdo, hablaré con el general… tal vez se le ocurra algo…

Al día siguiente, Kami levantó muy temprano a la pequeña (a pesar de las quejas de esta) y la llevó a donde Draco. La niña lo vió mientras este, fuera de la casa, sostenía una pequeña katana de madera.

-Hola pequeña

-Hola

-Hoy vamos a entrenar

-¿A entrenar?

-Así es- dijo dándole la espada- es hora de enseñarte a luchar… dime, ¿te gustaría ser una samurai como tu papá?

-¿Cómo mi papá?

-Así es pequeña

Cyntella cerró los ojos. Desde siempre ella deseaba ser una samurai, y demostrar que una chica podía luchar tan bien como un hombre… y ese era el momento, era la hora de que demostrara sus ideas… abrió los ojos y miró a Draco con decisión.

-Bien…- dijo con una sonrisa- estoy lista

Pasaron muchos días. El invierno se fue, dando paso a la primavera. Cyntella se entrenaba todos los días desde que se levantaba, hasta que anochecía… la pequeña fue creciendo ante la mirada de sus tutores, hasta el día en que cumplió catorce años…

-¿Ya te dijeron?- le dijo Akasu a Cyntella mientras caminaban por el pasillo- hoy es el día de la prueba final… si lo pasamos, nos podremos unir a las fuerzas principales del Ashita… estoy tan emocionada que podría brincar!!!

-Pues se vería mal- le dijo Cyntella deteniéndose ante la puerta del dojo- tenemos que demostrar nuestra madurez en la batalla y saltando no creo que sea la forma- ambas chicas se colocaron al centro del dojo e inclinaron las cabezas. Al momento, Akasu sacó su espada de la funda; Cyntella solo la observaba.

-¡Anda!- le dijo- ¿no te dices la mejor samurai de las tropas?... ¿porqué no lo demuestras, eh?

Al momento en que mencionó esto último, ambas chicas desaparecieron y un destello comenzó a verse en las esquinas del dojo; un golpe al centro y las chicas volvieron a aparecer. Akasu tenía rota la manga del gi, mientras que Cyntella no mostraba el más mínimo indicio de haber estado en una veloz batalla.

-Oh, vaya- dijo observandose la ropa- creo que me he descuidado bastante, pero no volverá a ocurrir- dijo con una sonrisa

-Claro que no volverá a ocurrir, ya que tu espada ya no sirve para pelear- dijo Cyntella, al momento en que la espada se desprendia limpiamente de su base y caía al suelo haciendo mucho ruido. Akasu abrió mucho los ojos, mientras Cyntella guardaba su espada y salía del dojo, junto a una muy consternada Akasu.

-Vaya que te lo tomaste en serio- le dijo la chica viendo el mango de su espada- me temo que pasarás la prueba mucho antes que yo

-eso es precisamente lo que quiero- le dijo Cyntella mostrándole una sonrisa. Akasu sabía que ella no debía de temer porque eran amigas, pero también sabía que esa misma sonrisa era la que tanto temían los enemigos de Cyntella, ya que esa sonrisa representaba la muerte.

Esa noche, todos se reunieron en el patio trasero de la mansión que utilizaban para esconderse. Se oían muchas voces, tanto entusiasmadas, como asustadas. Kami y Draco estaban al lado de Cyntella, observando el gentío.

-Dicen por ahí que la prueba es bastante complicada- dijo Kamatari- así que quiero que te cuides mucho, eh?...

-Ella estará bien Kami, no te preocupes, ha aprendido bastante en este tiempo- dijo Draco poniendo una mano en el hombro de Cyntella

-El tiene razón… ¿Qué no confías en mí?- le dijo Cyntella fingiendo resentimiento

-No me refiero a eso, es que… -Kamatari mordió lo primero que tenía a la mano (o sea, la manga del gi de Draco),- ¿y si te ataca el gobierno?... esos policías son de lo peor

-Te aseguro que estaré bien- le dijo, aunque sabía que eso no calmaría a Kami.

-Yo se que Ne-chan lo hará muy bien- dijo la pequeña Kotaro, desde los pies de su “madre”- Ne-chan es bastante fuerte

-Gracias Kotaro- le dijo Cyntella- te prometo dar lo mejor de mí

-Bueno- dijo Soujiro llegando con ellos- parece ser que el señor Kriada va a comenzar a hablar, pero antes- Soujiro sacó una espada y se la dio a Cyntella- esto es para que tengas suerte…era una de mis espadas preferidas, espero que a ti te sirva

-Muchas gracias- le dijo. Unas palmadas llamaron la atención de todos, y al voltear, Kriada se levantó.

-Esta noche, ustedes los jóvenes emprenderan una dura prueba, en la cual, atacaran a varios militantes del gobierno Meiji…espero que todos nuestros jóvenes samurais cumplan las expectativas que tenemos… ahora, cada uno de ustedes pase por la boleta que le indicará el lugar el cual atacará.

Uno a uno los jóvenes fueron pasando hasta la mesa donde varios soldados entregaban las boletas. Cyntella se dirigió junto con Akasu y abrieron las boletas, fuera del alcance de la demás gente.

-¡Genial, me tocó matar al gobernador de Tokio!- dijo Akasu- ¿y a ti?

-Kadyle- murmuró Cyntella. Por alguna extraña razón, algo le indicaba que todo saldría mal. Agitó la cabeza. Eso no podía ser, debía ser alguna imaginación de ella. Se dirigió a donde se encontraba Kamatari.

-¿Dónde te tocó?- le preguntó al borde de los nervios (la manga del gi de Draco estaba hecha añicos)- ……. Creo que me va a dar un ataque … °+ - +° ¡ (Kami con una mano en la frente en pose trágica mientras Draco a un lado le agarra una mano y le hecha aire)

-Se supone que la nerviosa debía de ser yo, no tu- le dijo Cyntella con una risita floja.

-Pero……. Oh, bueno, estoy seguro de que lo harás muy bien, ya que yo mismito te he entrenado (foquitos de luces alrededor de Kamatari mientras le brillan los ojos; Draco a un lado, con una gota en la cabeza y unos lentes de sol)- demuéstrales quién eres

-Por supuesto

A la siguiente media hora, Cyntella se encontraba de camino a Kadyle… caminaba por un sendero en el bosque, mientras intentaba pensar en alguna que otra canción para distraerse. Fue entonces cuando detrás de ella, se escuchó el crujir de algunas hojas.

-¿Quién está ahí?- dijo dándose rápidamente la vuelta y poniendo la mano arriba de la empuñadura de su espada

-Tranquila, solo soy yo- le respondió una suave voz, al momento que un gato blanco con una raya roja cruzandole el pecho, salía de unos arbustos.

-Tía Tomoe- murmuró Cyntella dando un suspiro de alivio. Ambas caminaron durante un rato sin hablar, hasta que Cyntella rompió el silencio.

-¿Porqué viniste?

-Oh, bueno, cuando yo vivía (arruga pequeña en la cabeza de Tomoe) vi muchas veces a tu padre luchar, así que quise ver tus técnicas, ya sabes… ver si se parecen a las de él o no…

-Te aseguro que no, las mías son mejores- respondió la chica con seriedad

-Tu padre era muy bueno, ¿sabías?

-Battousai, el Destajador- dijo Cyntella en un murmullo- el samurai más poderoso de todos los tiempos, autor de muchas de las matanzas más importantes del gobierno Meiji, de no ser porque ya está muerto, lo más seguro es que en este segundo me habrían ordenado matarle…

-No lo creo… si tu padre estuviera vivo, tu no estarías aquí…

-¿Tu crees?

-Bueno, bueno, a como eres tu, capaz y si… pero… ¿Lo habrías matado?

Esa pregunta hizo que la chica se pusiera a darle vueltas a eso en la cabeza, mientras se acercaban a su destino. ¿lo habría matado?... era una pregunta que parecía no tener respuesta; por supuesto, ella deseaba con toda su alma convertirse en samurai, a cualquier precio… el que fuera… ¿pero que tan alto seria el precio que tendría que pagar por ello?... ella adoraba a su padre, pero en esos momentos no estaba segura de si podría cumplir con aquel mandato o no…

-Lo habría matado- fue lo único que dijo Cyntella. Tomoe no lo tomó demasiado en serio… conocía demasiado bien a la chica, y sabía que primero se quitaría la vida, antes de dañar a alguien de su familia.

Después de una hora, cuando era entrada la madrugada, llegaron a Kadyle, aquel pacífico pueblito donde alguna vez Kami y Draco se conocieran. Cyntella se sorprendio un poco, ya que calculaba que tardaría un día o más en llegar a aquel lugar… entonces vió a Tomoe, que sonreía.

-¿Tu lo hiciste?

-¿Te gustó mi truco?- le dijo- privilegio de fantasma el poder trasladarme de un lugar a otro en cuestión de minutos…e incluso de segundos

-Hum…- Cyntella sonrió. Aquello le podría servir después de todo, de esa manera, podría acabar con sus misiones con más velocidad- de acuerdo, vayamos

Se acercaron lentamente a la ciudad. Cyntella ya tenía un plan…. Los policías de la ciudad se encontraban vigilando, comandados por un chico, con una larga coleta negra… sus ojos eran de un verde esmeralda brillante y en uno de sus dedos, un anillo de oro. Para el chico, aquel anillo valía más que nada en aquel mundo, ya que ese anillo lo tenía desde que, una noche, el y una amiga se habían comprometido, hacia ya varios años. Esa había sido la última vez que la había visto. Después de eso, lo único que le habían dicho, era que había muerto, que la habían matado. Y aquel anillo era el único recuerdo que le quedaba.

-¡señor, hay humo!

-¿Qué?

A lo lejos, se veía un tenue resplandor rojizo, mientras que una nube de humo se elevaba por encima de las casas. A los pocos minutos, aquello ya era un infierno, el fuego se había propagado con tal velocidad, que la mayoría de las personas de la ciudad habían muerto quemadas mientras dormían. Los policías iban de aquí a allá, intentando apagar el fuego, pero nada servía, la ciudad era un caos total. El joven policía iba de un lado a otro, intentando evacuar a la gente. Al poco rato, parecía que habían evacuado a toda la gente que quedaba, cuando un policía llegó tambaleandose.

-Pero… ¿Qué sucede?

-Mi… mi señor… cadáveres… todos muertos… a las afueras de la ciudad… policías muertos…mi señor…

Acto seguido, el policía cayó muerto. Entonces, el joven policía escuchó el sonido mas triste que hubiera oido nunca. A la lejanía, pudo ver que se acercaba, como una sombra de muerte, una figura con una espada desenvainada. Al acercarse, pudo constatarse de que era una chica… y que se acercaba hacia donde él estaba. El chico desenvainó cuando la figura estuvo a pocos pasos de él. La chica vió al policía muerto a sus pies.

-Basura- murmuró moviéndolo levemente con el pie.

-¿Qué dijiste?

-Era débil… el mundo no necesita criaturas débiles como él (yo digo que si Cyntella hubiera estado en el Jupponto, Shishio estaría feliz… ñaca, ñaca, ñaca)

-Era un policía… alguien que protegía a la gente de personas como tu…- le dijo el chico con ira

-Era un policía Meiji… se lo merecía

El chico ya no quiso esperar más. No podía escuchar a aquella persona hablar de esa manera. Tenía que matarla.

-así que quieres morir, eh?

Ambos trabaron las espadas en un golpe que pudo haber sido mortal… y no fue el único. Las espadas se movían a gran velocidad, intentando liquidar al otro, lo más pronto que se pudiera. Una hora, dos horas… Cyntella no disponía de tanto tiempo, pero tampoco quería dejar con vida a aquel chico. Cyntella esquivó uno de sus golpes y corrió al lado contrario… se divertiría un rato, unos cuantos minutos y luego lo acabaría. Lo perdió de vista, y caminó por una callejuela destruida por el fuego. Entonces, escuchó un grito. La chica volteó y sus ojos se encontraron con los de un pequeño, de no más de 5 años, parado dentro de una casa completamente encendida; ambos se observaron durante lo que pareció una eternidad.

-¡Algún día, lamentarás haber destruido la ciudad de Kadyle!- gritó el pequeño- ¡esto se te regresará… igual que como murió tu familia, entre el fuego, tu has matado a la mía!

Cyntella se quedó paralizada, al momento en que la casa se derrumbaba… matando al pequeño. Sin darse cuenta, alguien la atacó arrojándola contra un muro, y provocándole una larga herida en un brazo.

-No deberías distraerte de esa manera- le dijo el chico.

-Gracias por recordarmelo… ¡Itzu Tigre Tan!

Cyntella desapareció. El chico abrió mucho los ojos. El estaba entrenado para ver el movimiento más rápido del enemigo… pero a ella, no pudo verla… así de veloz debió de ser su movimiento… ni siquiera un susurro que le indicara donde se encontraba…comenzó a llover… entonces la vió… y la reconoció

Itzu Shine Dseiru!

-¡¡Cyntella, no lo hagas!!

El ataque fue muy rápido. Al momento de atacarlo con todas sus fuerzas, lo vió con el resplandor de un relámpago, regresandola a cierto momento de su pasado…aquel pequeño, su mejor amigo, aquellos ojos verde esmeralda… su cabello… el chico cayó en sus brazos, tal como lo hiciera varios años antes, cierta noche en que tuvo su primera batalla, la cual dejó pendiente para atenderle… el anillo en su mano y aquel recuerdo…

-Así que tu padre no quiere que vuelvas a verme

-Si… aunque me gustaría…

-¿Hai?...

-Bueno… solo somos unos pequeños… y tal vez no sepa muy bien de estas cosas… pero me gustaría… si quisieras…

-¿que cosa?

-Casarte conmigo cuando fuésemos grandes… de esa manera, no podrían separarnos

-Si!!!... y tu papá no volvería a pegarte nunca más!!!... porque yo no lo dejaría

-jajajaja

-jejejejeje

-Oye, acepta este anillo

-uh?

-yo tendré este otro… de esa manera, estaremos unidos donde quiera que estemos

-De acuerdo, acepto el regalo

La última vez que le vió

-Shalim…- murmuró.

El fuego lo consumió todo. Al día siguiente, ya nada quedaba de lo que alguna vez fuera la hermosa y próspera ciudad de Kadyle. Mientras, en el bosque, Cyntella recostaba al chico contra un árbol.

-Aquí estarás a salvo- le dijo acariciando su cabello

-Uh…….¬ v ¬

-Oh, basta ya……. ¬ ¬ +

-Cynte-chan se enamoró

-Tía!!! +_+!!!!

-Ok, ok… me retiro a más allá mientras te despides de Romeo…

-Hum, bien- dijo mientras Tomoe se alejaba entre risitas- Shalim… no sabes cuanto lamento lo que sucedió… me sorprende que sigas con vida después de lo que te hice… no merezco vivir… pero también sé que a ti no te gustaría que muriera… cuídate, te prometo regresar a tu lado, cuando todo esto termine…

Cyntella colocó la cinta con la que se amarraba el cabello en la mano del chico. Titubeo un poco, pero luego, besó a Shalim suavemente en los labios. Acto seguido y murmurando un Aishiteru , Cyntella desapareció entre los árboles.

-Aishiteru también Cynte-chan… regresa pronto…

…………………………………………………………………………………………………………………………….

-¡¡Mi niña, mi niña!!- gritó Kami abrazando fuerte a la chica al verla regresar sana y salva, mientras Draco y Soujiro sonreían satisfechos. Al mismo tiempo, Akasu saltaba sobre la chica dándole un enorme abrazo.

-¡¡Pasamos, pasamos!!- gritaba

En otro sitio, Kriada y otro general llamado Koibe, discutían.

-¡¡A todo un pueblo entero Kriada!!.... ¡¡Nunca se había visto tal cosa!!... ¡¡Esa no es una chica normal, te lo digo yo!!

-Lo sé, lo sé… yo tampoco puedo creer que una chiquilla de tan solo catorce años pueda superar por muchísimo a un grupo de samurais bien experimentados, que a duras penas pueden con una docena de soldados bien armados…

¡¿Ya sabes quién es esa chica Kriada?!!... ¿¡¡Lo sabes?!!

-Cyntella Himura

-¡¡Exacto!!... ¡¡La mismísima hija de Battousai el Destajador!!... el gobierno Meiji está en graves aprietos, ya lo creo

-Hay una leyenda… es curioso que lo que en ella se dice, se esté cumpliendo… aunque con algunos cambios…

-¿Una leyenda?

-El Dracorus Tigre

-¿Te refieres al samurai que mataría a sus adversarios arrojando fuego y que tendría la agilidad del tigre?

-Exactamente… si lees los diarios dicen que… “no se encontraron cadáveres en la ciudad, pero si una gran pila de cenizas humanas, a las afueras…”… la chica quemó los cuerpos, así que no se puede demostrar que fue lo que los mató, si ella o el incendio… y no dejó pistas… muy astuto

-O sea… que tenemos a una chica, a la que debemos de cuidar

-Así es… esa chica, es el arma más poderosa que poseemos, así que hay que protegerla pase lo que pase

-Aunque no nos debemos de preocupar mucho ¿verdad?

-así es…

Esa noche, celebraron la “graduación” de sus jóvenes samurais. A todos se les dio una cinta roja, que los señalaba como soldados. Akasu recibió una cinta azul, que la convertía en general de una de las fuerzas armadas… pero a Cyntella no la mencionaron, cosa que preocupó enormemente a Kami.

-La noche de ayer, uno de nosotros fue enviado con la misión de destruir una ciudad- comenzó Kriada- y como todos saben, un samurai normal, no podría acabar con una ciudad grande el solo y menos en un día, sin dejar cadáveres… pero, tengo el orgullo de decirles que nuestra compañera, Cyntella HImura logró ese cometido en una sola noche, y además, no dejó ninguna pista que pudiera conducir al gobierno hacia nosotros- se escucharon varios aplausos y Akasu levantó los pulgares en dirección a Cyntella, que mostraba una enorme sonrisa de orgullo- así, que me complace anunciar el máximo puesto que ocupará nuestra compañera… ¡como samurai Shinpei! (traducción del asesino de las sombras en clave del Ashita Gummi, el máximo puesto que podía ocupar un samurai… era un gran honor). Cyntella se dirigió hacia Kriada. Sabía lo que vendría. A los samurais Shinpei los marcaban con fuego, para distinguirlos entre la gente. Dos soldados se acercaron con una pequeña vara de hierro encendida, y con dos letras- ante nosotros, te has desempeñado excelentemente… por fin nos hemos dado cuenta… tu eres el samurai legendario que tanto esperamos- murmullos entre la gente, que escuchaba asombrada- el legendario Dracorus Tigre resultó ser una chica… así que, Cyntella HImura… ¡¡te rebautizamos como el samurai legendario nacido del fuego, Dragy Tigeryan, el samurai de la marca legendaria!!

La vara de fuego tocó la frente de Cyntella… esta cerró los ojos, esperando sentir un gran dolor, pero en cambio, sintió fresco el hierro. Al voltear hacia la gente, vió a varias personas con expresión de asombro… Kami, Draco, Akasu……. Y en la frente de Cyntella, Una roja DT brillaba, como si estuviera iluminada por pequeños carbones encendidos…………..

 

 

¿YYYYYY, qué tal?

¡¡TERMINÉ, TERMINÉ, TERMINÉ!!

UFF, CREÍ QUE NUNCA ACABARÍA…..

LES PIDO UNA ENORME Y GRAN DISCULPA, POR ESTE GRAN Y ENORME RETRASO…

CUANDO EMPEZÉ ESTE EPISODIO, ESTABA BIEN INSPIRADA, PERO LUEGO DECIDÍ TERMINARLO AL DÍA SIGUIENTE…. GRAN ERROR… ENTRE LA NOCHE, LA INSPIRACIÓN DESAPARECIÓ… NOOOOOOOOOOO!!!

PERO JUSTAMENTE HOY, MIENTRAS ME DIRIGÍA A LA ESCUELA A VER A MI MAESTRO PRUNEDA (MONITOS JAPONESES NO…… MANGA… JUA JUA JUA… NO ME GUSTA… JUA JUA JUA) LA INSPIRACIÓN REGRESO Y PUDE TERMINAR (LLORIDOS DE EMOCIÓN DE LA AUTORA)

ASÍ QUE OJALÁ LES HAYA GUSTADO

EL FINAL SE LO DEDICO A MI QUERIDO AMIGO (Y PADRE DE CYNTELLA) BATTOUSAI EL DESTAJADOR, EL MAESTRO DE LA ESPADA ASESINA, QUE ESTOY SEGURA, QUIERE DEGOLLAR A KRIADA POR HABERLE INFLINJIDO AQUELLA FAMOSA DT A SU QUERIDA HIJA…… Y NO LO CULPO, KAMI QUIERE HACER LO MISMO…

Ahora si, me despido y ya saben que cualquier duda, comentario dirigirlo a: [email protected] donde lo recibiré con gusto.

Esta amiga de ustedes se despide con un ¡¡Arigittzu!!

Cecilia

Ashley ketchum

p.d. si alguien se sabe el mail de gabriel ramos (o que sepa cualquier cosa de él) les encargo me informen, y que le digan que lo ando buscando (niño, ya vas para el segundo año que no recibo ni una carta tuya!!!)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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