LA VENGANZA DEL SAMURAI

 

 

LA VENGANZA DEL SAMURAI

El Ashita-gumi

"CASO DE CONDUCTA"

 

Los gritos y las discusiones se escuchaban cada vez más fuertes en las cercanías de Kyoto... 2 hombres se gritaban de un extremo de la habitación a otra mientras una mujer en medio intentaba tranquilizarlos.

-¡Basta ya!... Hiko... por favor...

-¡¡Por favor nada!!... ¡¡Tenía que ser hijo mío!!

-¿¡Ahora me culpas de ser tu hijo!?- gritaba el chico

-¡Suficiente!.... Seijuro Draco, desde ahora, solo serás Draco.... no puedo permitir que un hijo mío sea.... para mí, tu estás muerto- terminó Hiko mientras Oomasu se tapaba la boca con las manos. Draco no podría creerlo... ¡Su propio padre lo corría!... y solo porque no le gustaban las chicas... aquello era el colmo.

-Si tan seguro estás de correrme, lo acepto- dijo con determinación- adiós madre- dijo el chico con una sonrisa triste mientras se despedía de su madre- adiós Chelsey- le dijo a la bebé de pocos días que descansaba en una cuna, al lado de un estante (rememoransa, sirip, la misma cuna donde casi acuchillan a la hija de Kenshin con el estante). Draco salió y viendo por última vez la casa, se fue.

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Había pasado 1 año. En la cercana ciudad de Kadyle, se decía que había muchos empleos, pero para un samurai errante era cosa casi imposible, dando el caso que apenas el dueño de la estancia donde el chico se acercaba a pedir trabajo le veía la espada (una wakisashi muy bien afilada), bastaba para tener a toda la comisaría de Kadille y Kyoto dándole trastazos. Incluso una vez tuvo que vérselas con un poli poseedor de una gran cabellera rubia escobetera (ya se imaginarán a quien me refiero), que lo retó a duelo. El Hiten Mitsurugi hizo bien su trabajo, hasta que otro poli, con cara de malas pulgas y un cigarrito a medio consumir (otro viejo amigo que no podía faltar al lado de la escoba) le hicieron recordar a su padre cuando andaba de malas a peor. A duras penas logró liberarse del viejo Lobo con una cortina de humo que hizo con el aire que soltó su espada, para luego correr hasta quedarse sin aire.

Otra de las razones por las que nadie lo quería cerca era que era un gay y eso hacía que las personas se le alejaran, pero estaba acostumbrado. Un año antes, su padre lo había echado de casa por ese motivo. A pesar de tener solo 18 años, se veía más grande (la altura de Hiko es impresionante) que los demás chicos de su edad, además que el andar vagando de ahí para allá durante ese año, lo había madurado un poco más.

De pronto, algo llamó su atención. Un montón de personas se encontraba alrededor de un tipo que gritaba mucho. Draco se acercó a una chica, muy bonita, de cabellos lilas y mirada alegre, que estaba cerca del gritón.

-Disculpe... señorita... ¿me podría decir el porqué de tanta gente?

-No deberías estar aquí niño...- le respondió- la policía pronto vendrá...

-Ya estoy acostumbrado

-Bueno, en ese caso, este tipo está reclutando gente para empezar una guerra

-¿¿Qué cosa??

-Lo que oiste niño, así que... a volar- la chica agitó su mano y Draco se puso serio. Se acercó al tipo decidido y lo estiró un poco.

-¿Sí?

-Disculpe... ¿porqué van a empezar una guerra?

-Por una razón muy sencilla: nosotros estuvimos apoyando al gobierno Meiji durante muchos años, pero fuimos terriblemente decepcionados y rechazados. Muchos de nuestros compañeros murieron luego de que el gobierno los utilizó... ya es hora de que paguen por lo que hicieron.

-Ya veo- respondió Draco... tal vez... ahora si pudiera conseguir empleo- ¿y requisitos?

-Bueno chico... háblame de ti... como te llamas, tu edad y bla, bla...

-Bueno... Soy Sei...- estuvo a punto de mencionar su apellido... sonrió con tristeza para continuar- perdón , Draco, soy Draco y tengo 18 años...

-¿Experiencia?- dijo el tipo

-Bueno, aún ninguna, pero puedo aprender... he luchado con la policía y he ganado... mi espada es una wakisashi y uso el Hiten Mitsurugi...

Apenas hubo mencionado "Hiten Mitsurugi" todos se alejaron del chico. ¿Y ahora que? Se preguntaba, hasta que el tipo habló:

-Tu... ¿qué tienes que ver con Kenshin Himura?

-¿¿??

¿Kenshin Himura???... en ningun momento recordaba haber escuchado ese nombre... o tal vez si, una o dos veces, cuando su papá hablaba de sus ex –alumnos, pero eso era de hace mucho.

-No señor- respondió- yo solo aprendí la técnica de mi padre, Hiko Seijuro pero no tengo nada que ver con ese sujeto- durante unos momentos, sintió la mirada de la chica de cabellos lilas sobre él, para luego apartarse- me gustaría alistarme con usted

-¡claro muchacho!... la cita es en la calle Akade, en la primer esquina, donde hay una casa roja, fácil de distinguir a las doce , y eso va para todos los que se quieran alistar- a lo lejos se escucha el griterío de los polis y en menos de lo que canta un gallo, no había ni un alma en toda la calle. Saitou y Chou llegaron y miraron hacia ambos lados.

-Otra revuelta- dijo Saitou sin mucho ánimo y sacando uno de sus interminables cigarrillos- no hay remedio

-Ni que lo diga- Chou movió la cabeza negativamente- y yo que quería algo de acción-Chou suspiró y luego lo sintió... un ligero perfume llegó hasta él y este lo reconoció al momento- Kamataru- dijo en un murmullo.

Lejos de ahí, Draco no cabía en sí de la buena suerte que había tenido... ¡por fín!, un gran trabajo, con acción y algo que podría hacer a la perfección... pero parte de su alegría, que ni el mismo entendía era que podría ver de nuevo a la chica... eso era algo incomprensible para él... después de todo, el ya había dicho que no le gustaban las chicas... ¡Y ahora sus hormonas cambiaban de opinión!... tal vez sería que su sistema estaba dañado...

Media noche. Calle Akade. De las sombras, muchas personas salen y se dirigen al cuarto piso de esa casa. Draco va entre ellos, buscando con la mirada a esa persona. Nada. Ya en el cuarto piso, un tipo MUY alto (a Draco se le figuraba su padre con menos músculos y mientras piensa eso sonríe) y levanta la mano para callarlos. Todo se silencia y el tipo se acomoda el bigote.

-Ustedes han sido llamados para levantar el espíritu del antiguo gobierno y liberarnos de esas serpientes venenosas y llenas de mentira que son nuestros actuales gobernantes: Los Meiji.

Varias voces de aprobación se escucharon; Draco volteó a todos lados, viendo las expresiones en sus caras... realmente se veía que querían aquello. El chico sus piró... aquella sería una noche larga e insoportable.

-Muchos de ustedes se apuntaron con nuestro colector- señala al gritón de esa tarde- y hemos revisado sus archivos- comenzó a observar rostros y a Draco le dio un escalofrío; el tipo empezó a dar los nombres de los “afortunados” guerreros elegidos para la guerra y el chico la vió: la chica de cabellos lilas, que atentamente escuchaba los nombres, se encontraba sentada, tres personas más allá y no pudo quitarle los ojos de encima... dejó de escuchar la voz y toda su atención se centró en ella... luego, la chica lo vió y le sonrió y se fue a sentar a su lado, por lo que el pobre sintió que le iba a dar un buen infarto en ese momento.

-¿Tu crees que te elijan?- preguntó con una voz que a Draco se le figuró la de los mismos ángeles.

-¿Uh?- respondió atontado ante la mirada lila de la persona que acaparaba su atención. Repentinamente, comenzó a escuchar de nuevo al tipo:

-Katzuki Siomori... Seijuro Draco...

-Ese es tu nombre ¿no?- le preguntó la chica sonriendo- que afortunado

-Supongo- dijo apenado

-Y por último, Kamataru Honjo... todos los demás hagan el favor de ir abajo, para que se les pague la molestia de haber venido...

Síííííííííí!- dijo emocionada su acompañante- yo también salí

-¿¿Kamataru??... ¿¿eres el mismo Kamataru del Jupponto??- dijo Draco sin creerselo

-Sip...- dijo aplaudiendo felizmente

-Entonces, no eres una chica, del todo...

Kamataru suspiró. ¡Ya se lo suponía!... no podía pasarle más que a él, apenas conocía un chico guapo y este al enterarse de lo que era, le dejaba de hablar. Por otro lado, Draco se estaba repitiendo mentalmente una y otra vez, que sus hormonas no fallaban aún después de todo.

 

-Bueno…- dijo Draco intentando disimular la sonrisa que en esos momentos quería salir de su boca- pues… que mejor que nos vayamos, ¿Qué te parece si mañana desayunamos juntos?... claro, si no te molesta- esto último lo dice en voz baja.

-De acuerdo- dice Kamatari que no entendía la razón de su sonrojo- pero no te molesta que yo sea…

-En lo absoluto- le dijo Draco con una sonrisa desarmante, que al pobre de Kami se le aceleró el pulso- en estos momentos lo mejor será que bajemos, a ver si ya tienen el grupo al que nos uniremos

-Si…

-Oye

¿Hmm?

-Te puedo llamar Kami?

-¡Por supuesto!

-Genial

Esa noche no había sido nada mala… y aún le faltaban muchas mejores…

 

Holaaaaaaa!!!! Espero les guste este primer episodio de la segunda parte de la Venganza del samurai… aun no sale Cyntella eso lo sé pero lo hará pronto.

Por cierto, tengo un nuevo fic de Gundam Wing (jua jua jua) y espero que lo puedan leer, luego les digo en que página está (voy a ser la inauguradora de la sección de fics).

Dudas, quejas comentarios a [email protected]

Me despido con un Arigittzu!!!

 

 

 

 

 

 

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