En las calles de Trinidad lo que se habla es del Miss Universo. Claro, el certamen no tiene la misma importancia para todos los locales: hay quienes lo ven como un evento que sólo aporta ganancias para unos pocos; otros, como la manera de desviar la atención de la gente hacia temas más frívolos; y para los más, es un simple concurso que pondrá el nombre de Trinidad & Tobago, nuevamente, en el mapa de la belleza universal y le dará la oportunidad a esta isla de mostrar sus atributos al mundo entero.

El próximo miércoles, miles de millones de personas seguirán por la pequeña pantalla el evento en el que se coronará a la sucesora de la trinitaria Wendy Fitzwillian y última reina universal de este siglo. En un hangar de una antigua base aérea se ha levantado el gigantesco escenario en el que se celebrará el espectáculo con la participación especial de Julio Iglesias Jr.

85 candidatas de igual número de países se encuentran en la isla desde los primeros días de Mayo. La rutina diaria varia, dependiendo de las múltiples ocupaciones que tengan por hacer: visitas a lugares turísticos, entrevistas con personalidades de la isla, sesiones fotográficas y ensayo mucho ensayo. Pero también hay tiempo para un baño en la piscina, para sentarse a conversar en el lobby del hotel o para descansar un poco del ajetreo continuo.

Sin falsas posturas.

Con Carolina Indriago el fenómeno vuelve a repetirse. No hay quien no hable de ella, no hay cámara que no quiera captar sus mejores ángulos. De ella habla el taxista y también el personal del aeropuerto; la que atiende en McDonaldos y el que vende refrescos a la salida del hotel. "Miss Venezuela is my favorite" se oye por allí. O "Miss Venezuela is oh… so pretty" dicen otros. Y ella lo sabe. Se le nota cuando se pasa en escena y sobresale como la mas alta y la que mejor domina la pasarela. "Estoy contenta. Me siento realmente bien porque el apoyo de los trinitarios ha sido enorme. Nunca me imaginé que me iban a tratar así. Pero ha sido una sorpresa", comenta Carolina luego de practicar durante varias horas el número central del espectáculo.

-¿Cómo se siente ante tanta manifestación de cariño, si se le puede llamar así?
Mira la gente toda ha sido maravillosa. He aprendido a quererlos un poquito. Lo que he vivido aquí es una experiencia única y le agradezco a la Organización Miss Venezuela toda la preparación que me dio porque es lo que nos permite a nosotras, las venezolanas, sentirnos seguras de nosotras mismas. Reconozco que he madurado un poco porque he compartido con muchísimas mujeres bellas e inteligentes y de todas he aprendido. Me parece que he viajado por 84 países de los que me traigo recuerdos únicos.

-¿Qué la diferencia del resto de las candidatas?
Donde quiera que este soy Carolina Indriago. No ando con falsas posturas, con pose de ganadora porque no quiero que se diga que Venezuela es esto o aquello. Simplemente con mi naturalidad y mi espontaneidad creo que voy a conseguir lo que me he propuesto: llevar la quinta corona a Venezuela.

Piña y atún en lata.

-¿En que momento se ha sentido más cómoda?
Cada vez que salgo al escenario. Por lo tanto, siempre me siento cómoda. Cuando me entrevisté con el jurado también me fue muy bien. Claro, eran preguntas muy elementales, conchitas de mango, como decimos nosotros. Fue más que todo para hablar de mí, de mis inquietudes, de mis aspiraciones. Creo que nunca en mi vida me había sentido tan segura como en este último mes. Tengo mucha energía y muchos deseos de hacer las cosas bien.

-¿Cuáles son sus candidatas favoritas?
Es difícil darte nombres porque todas son encantadoras. Pero las latinas están bellísimas. Pienso que en el cuadro final deben estar Miss Panamá, Miss Puerto Rico y Miss Colombia. Hay algunas europeas que también son muy bellas, como las chicas de Francia y Ucrania, por ejemplo. Las rubias son muy bonitas, ¿sabes?. Aquí la gente no anda pendiente del color de la piel. Todas somos iguales, seamos blancas, rubias o morenas. Eso es importante.

Por lo que se aprecia ha hecho las cosas bien. Ha seguido al pie de la letra los consejos de Osmel Sousa y del equipo que lo acompaña en Trinidad (Giselle Reyes y Gabriel Ramos) para alzarse con la corona. Desde que esta aquí no ha probado nada de grasas. "Lo que como es el atún en lata que me traje desde Caracas, también mucha piña y tomo muchísima agua. Es que me daba terror que el cambio de clima, la humedad y el calor me hicieran aumentar de peso".

"Carolina Indriago reina entre los trinitarios.",
en El Nacional, cuerpo B, página B-12.
Caracas, sabado 22 de Mayo de 1999.