Puerto Ordaz fue el escenario escogido para la celebración del primer casting popular de la Organización Miss Venezuela. 53 candidatas, presas del nervio y la incertidumbre, se sometieron a la mirada acuciosa de Osmel Sousa para hacerse de la banda de Miss Bolívar 2000. Sólo 7 pasaron la prueba. En el resto del país, 8 estados buscarán también a su reina.

Era la gala de las galas. Mujeres de traje largo, altos moños, oscuro maquillaje, lentejuelas por doquier y hombres trajeados de elegante negro. El pasado viernes, el lobby del Hotel Intercontinental Guayana se quedaba pequeño ante tanto público que formaba filas para ingresar al amplio salón -luego de haber pagado 20.000 bolívares- decorado con flores y con mesas perfectamente ubicadas.

En Puerto Ordaz, desde hacía semanas, no se hablaba de otra cosa que de la visita de la Organización Miss Venezuela (OMV) y su presidente, Osmel Sousa, para hacer revisión, en riguroso casting, de 53 jóvenes que aspiran a la banda de Miss Bolívar 2000. La noche del viernes era crucial para unas muchachas que, en la mayoría de los casos, nunca habían enfrentado la mirada pública, los aplausos y, mucho menos, desfilar en traje de baños. Para todas ellas era un mini Miss Venezuela. Y así lo vivieron.

Por cuenta de Giselle Reyes corrió la organización de las jóvenes, mientras que la del evento estuvo a cargo de Luisa Rodríguez, propietaria de calzados Lucchi, "el calzado oficial del Miss Venezuela". Reyes, como siempre, haciendo uso de la mano dura que la caracteriza; hablando fuerte y, llegando incluso a sacar algunas lágrimas de las participantes. "Esa boca está muy roja", decía. A lo que respondía una chica: "El maquillador me la puso así". Y, atacaba Reyes, "¿te interesa que te vean con esa boca tan fea? Vamos ponte algo de color bronce", bajaba entonces la guardia.

La escena se repetía una y otra vez. "¿Sabes?, lo mismo ocurre con las que van al Miss Venezuela. Pero si no les hablo así nunca se van a disciplinar y eso es lo que busco", sentenciaba Reyes en medio de maquilladores y peluqueros arbitrarios.

Pasarela en acción.

El salón se iba haciendo cada vez más pequeño. La hora de la salida se acercaba. Los nervios de las chicas aumentaban. Mientras, en su habitación, Osmel Sousa esperaba paciente la llamada para dar inicio al espectáculo. El jurado encargado de escoger a las 6 candidatas (al final fueron 7), encabezado por Sousa, estaba compuesto por diseñadores, damas de la sociedad guayanesa, representantes del Hotel Intercontinental Guayana, la primera dama del estado, así como Moisés Kaswan (odontólogo de la OMV) y Sixto Bermúdez (antiguo odontólogo del Miss Venezuela).

Con una hora de retraso comenzó el evento. Las 53 candidatas, visiblemente nerviosas, desfilaron en trajes de baño negro, creación de Gisselle Reyes y su línea Gisselle Reyes Beach Wear. Aparecieron una a una, con la sonrisa perfectamente marcada buscando siempre capturar, a través de gestos y soltura, la mirada de Sousa. Unas avanzaban muy rápido, a otras les temblaban las piernas, algunas no miraban al jurado y las que menos nunca sonrieron.

Luego vino el desfile en grupo sobre una pasarela muy pequeña. "No sean tontas. No corten la caminata porque sino el señor Osmel no las ve. Y esa no es la idea", confesaba una muy preocupada. Vino el escrutinio de los votos mientras Carlos Baute, a ritmo de calipso, le ponía sabor a la noche. El grupo se redujo a 15 y luego fueron 7 las afortunadas. El sueño de las restantes se veía frustrado. El llanto inconsolable de unas fue contagiando a casi todas las que no figuraron en el cuadro. "Yo hice todo mamá ¿por qué no quede?", le comentaba alguna a su progenitora, quien igualmente no paraba de llorar.

Al día siguiente, Sousa esperaba a las seleccionadas para indicarles los pasos a seguir si de continuar en competencia se trata. "Tú debes bajar 8 kilos rápido", "a ti hay que operarte la nariz", "trabaja los glúteos porque están muy fláccidos", "manténte. Estás perfecta", era lo que se le oía decir a Osmel Sousa en un salón en el que no se escuchaba sino su voz. Todas parecen silenciarse ante su presencia, están ante su Dios, él las llevará a ser reinas. Se supone.

Definitivamente, el Miss Venezuela es la meta de la mayoría de las jóvenes venezolanas, es la ilusión de saberse y sentirse reinas, es buscar sólo una mirada aprobatoria y sentir que desde una silla, incólume como siempre, Osmel Sousa celebra un cuerpo, una sonrisa, un rostro. No existe la palabra sacrificio, mucho menos humillación. Todo por y para el Miss Venezuela es la consigna.

¿Futuras reinas?.

- Aineta Stephens. Edad: 18 años. Profesión: Bachiller. "Quiero probar nuevas cosas. Por eso estoy en este evento. No me sentiría frustrada de no quedar electa porque esto es, simplemente, una etapa. Me gustaría dedicarme al modelaje. De verdad que es mi meta. Y sé que tengo porte".

- Calú Pisani. Edad: 20 años. Profesión: Estudiante de Arquitectura. "No sé por qué estoy aquí. No tengo nada de experiencia sobre las pasarelas y de no figurar en el cuadro de las seleccionadas no me importaría. El modelaje no me llama la atención para nada. Mucho menos el mundo del espectáculo. Estoy por estar. El concurso Miss Venezuela lo utilizaría para proyectarme como arquitecto".

- Victoria Nakad. Edad: 19 años. Profesión: Bachiller. "Fue Angel Sánchez quien me insistió para que me inscribiera en el casting. Mi hermana se hizo el traje de bodas con él y allí fue que me vio. Me dijo que me parecía mucho a Marena Bencomo y que ese era un tipo que gustaba. He estado en desfiles que organizan diseñadores de Puerto Ordaz pero hasta allí".

- María Gabriela Chávez. Edad: 19 años. Profesión: Estudiante de Comunicación Social. "Acabo de desfilar y estoy demasiado nerviosa. Es impresionante. No sabes lo que significa esto para mí. Sería horrible no quedar. Me sentiría muy frustrada. Desde niña soñé con que algún día me viera Osmel Sousa y hoy lo logré. Qué emoción".

- Janismar Gil. Edad: 22 años. Profesión: Estudiante de Gerencia de Recursos Humanos. "Cuando salí a la pasarela me sentí tan segura. Tenía tanta confianza en mí. No sé como explicarlo porque es indescriptible. Dejaría todo por participar en el Miss Venezuela. Sé que exije sacrificios, muchos sacrificios. Pero estoy dispuesta a hacerlos".

"Se iniciaron los castings populares del 2000. El Miss Venezuela busca candidatas",
en El Nacional.
Caracas, Martes 1 de Febrero de 2000.