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El
Manjar de los Dioses
por Terence
Mckenna
Un
nuevo punto de vista sobre la evolución humana
El primer
encuentro entre los homínidos y los hongos que contienen psilocibina
puede datarse antes de la domesticación del ganado en Africa, hace
más de un millón de años. Durante este período
de un millón de años, los hongos no sólo se recogían
y comían sino que posiblemente alcanzaron el satus de culto. La domesticación
del ganado, un gran paso en la evolución
cultural humana, al acercar tanto el ganado a los humanos, trajo también
consigo un mayor contacto con los hongos, debido a que éstos sólo
crecen entre los excrementos del ganado. A causa de ello, la coodependencia
intraespecífica humano-hongo aumentó y mejoró. Fue en
esta época cuando nació el ritual religioso y se crearon los
calendarios y la magia natural. Poco después, los humanos tuvieron
conocimiento de los hongos "visionarios" de las praderas africanas
y, del mismo modo que las hormigas cortahojas, nos volvimos también
especies dominantes en nuestra área, y también aprendimos formas
de "mantener a la población a buen recaudo en refugios
subterráneos". En nuestro caso, estos refugios fueron ciudades
valladas.
Hace tres
millones de años existían como mínimo tres especies claramente
reconocibles de protohomínidos. Eran el Homo africanus, el Homo boisei,
y el Homo robustus. También en esta época el omnívoro
Homo abilis el primer homínido auténtico, había emergido
claramente de una división de especies que también dio pie a
dos hombres-mono vegetarianos. Las praderas se
extendieron lentamente. Los primeros homínidos se desplazaron a lo
largo de un mosaico de praderas y bosques. Esta criaturas, con cerebros sólo
un poco
mayores que los chimpancés, ya andaban de pie y probablemente acarreaban
comida e instrumentos. La evolución hasta la postura erecta y la extensión
inicial hacia las praderas ocurrió pronto, en un período que
oscila entre 9 y 5 millones de años. Los representantes del género
homínido ampliaron su dieta original de fruta y pequeños animales
añadiéndole raíces subterráneas, tubérculos
y bulbos. Un sencillo bastón excavador permitía el acceso a
esta fuente de comida, antes oculta.
Con el homo
abilis dio comienzo una expansión repentina y misteriosa del tamaño
del cerebro. El cerebro del Homo abilis pesaba unos 770 gr, comparado con
los 530gr de los homínidos que competían con él.
El
auténtico eslabón perdido
Mi argumento
es que la mutación producida por componentes psicoactivos en la dieta
humana temprana influyó directamente en la rápida reorganización
de las capacidades de procesamiento de la información del cerebro.
Los alcaloides de las plantas, particularmente los compuestos alucinógenos
como la psilocibina, dimetiltriptamina (DMT) y harmalina, pueden ser los factores
químicos de la dieta protohumana que catalizarán la emergencia
de la autoconciencia humana. La acción de los alucinógenos,
presentes en muchas plantas comunes, mejoró nuestra facultad de procesar
la información o sensibilidad ambiental, y por lo tanto contribuyó
a la repentina expansión del tamaño del cerebro humano. En un
estadio superior de este proceso, los alucinógenos actuaron como catálisis
en el desarrollo de la imaginación, alimentando la creación
de estratagemas internas y
posibilidades que quizá concordaron con la emergencia del lenguaje
y la religión.
Tres
grandes pasos para el género humano
Primer nivel
(bajo).
Pequeñas cantidades de psilocibina, consumidas sin tener conciencia
de su psicoactividad en el marco del acto común de recogida de alimentos,
producen un importante aumento de la agudeza visual en particular en la detección
de límites.El descubrimiento de "binoculares químicos"
no podía dejar de tener un impacto en el éxito en la caza y
en la recolección para aquellos individuos que consiguieran dicha ventaja.
Grupos comunitarios que incluyeran a individuos que mejoraran su visión
tendrían más éxito a la hora de alimentar a su descendencia.
Segundo
nivel (medio).
Al ser la psilocibina un estimulante del sistema nervioso central, cuando
se toman dosis ligeramente superiores, tiene tendencia a producir agitación
y estimulación sexual. Por lo tanto, en este segundo nivel de uso,
al aumentar las posibilidades de copulación, el hongo favorece directamente
la reproducción humana.
Tercer nivel
(alto).
El tercer nivel es el nivel de la total apertura dl éxtasis chamánico.
La intoxicación mediante la psilocibina es un éxtasis cuya esencia
y profundidad desafían la descripción. Es completamente Otro
y no menos misterioso para nosotros de lo que fue para nuestros ancestros
comedores de hongos. Se establecen vínculos comunitarios y actividades
sexuales en grupo, lo que promovió la mezcla genética, una tasa
mayor de nacimientos y un sentido de la responsabilidad comunal por parte
de la prole del grupo.
El
Otro trascendente
Si los alucinógenos
funcionan como mensajeros químicos entre especies, entonces la dinámica
de las relaciones estrechas entre los primates y las plantas alucinógenas
es de información transferida de una especie a otra. Donde no se encuentran
plantas alucinógenas, estas transferencias de información tienen
lugar con gran lentitud, pero en presencia de ellas, una cultura se introduce
rápidamente en una información, y de ese modo se proyecta a
cada vez más altos estados de autorreflexión. Llamo a esto el
encuentro con el Otro Trascendente, pero se trata sólo de una etiqueta,
no de una explicación. El Otro Trascendente es lo que uno descubre
en los procesos alucinógenos. Es el crisol del misterio de nuestro
ser, como especie y como individuos. El Otro Trascendente es la naturaleza
sin su tranquilizadora máscara de espacio, tiempo y casualidad ordinarios.
El principal
efecto sinergético de la psilocibina parece estar en definitiva en
el dominio del lenguaje. Excita la vocalización, refuerza la articulación,
transmuta el lenguaje en algo visible.
Las
mujeres y el lenguaje
Las mujeres,
las recolectoras de la arcaica ecuación cazador-recolector, estaban
sometidas a una presión mayor a la hora de desarrollar el lenguaje
que sus compañeros varones. La caza, la prerrogativa de los varones,
estimulaba la fuerza, la cautela y la espera estoica. El cazador era capaz
de funcionar muy bien con un número muy limitado de señales
linguísticas,
como es todavía el caso entre los pueblos cazadores como los Kung de
los maku.
Para los
recolectores la situación era distinta. Estas mujeres, con un repertorio
más amplio de imágenes comunicables acerca de las comidas, sus
fuentes y secretos de preparación, se situaban en una indiscutible
posición de ventaja. El lenguaje quizás haya surgido como un
poder misterioso que
principalmente atañía a las mujeres. Mujeres que pasaban más
parte de su tiempo de vigilia juntas y "hablando" de sus descubrimientos,
tales como ciertas plantas, localización, descripción etc.
"Terence
Mckenna es el más importante, y el más ameno, de los eruditos
visionarios de América. Estar desinformado sobre estos descubrimientos
etnobotánicos supone comportarse inconscientemente ante la verdad
fundamental de la conciencia humana, que no es sobrevivir a base de estiércol
de escarabajo, sino volar a la misma altura que los dioses".
Tom
Robbins
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