En
cuanto a su obra plástica, de esta época datan los relieves
biomórficos confeccionados con fragmentos de diversas maderas coloreadas
y los collages. En su etapa más dadaísta utilizó
un genuino brutalismo formal en el que el azar se convertía
en agente de la creación artística.
"El
resultado buscaba la creación de nuevas sensaciones y emociones.
El procedimiento fue adoptado por Tzara para varias de sus composiciones
poéticas".
"La
distribución de los fragmentos sobre el soporte se debía
siempre al azar".
El propio Arp cuenta que un día había trabajado durante
largo tiempo intentando efectuar un dibujo sin conseguir los resultados
ansiados. Cansado de probar, acabó por romper los papeles sobre
los que había realizado las
diferentes pruebas y los tiró al suelo. "Me
quedé asombrado cuando comprobé que aquellos trozos esparcidos
al azar habían formado una estructura muy similar a lo que anduvo
buscando durante tanto rato. Desde aquel momento decidió firmemente
integrar el azar en todas sus composiciones."
Convocado
al consulado alemán de Zúrich con motivo de la otra guerra,
Arp, un poco turbado como él mismo confiesa, se detiene para santiguarse
ante el retrato de Hindenburg.
Cierto tiempo después, invitado por un psiquiatra
a escribir su fecha de nacimiento, la repite hasta el final de la hoja, donde
traza una raya y, sin preocuparse demasiado de la exactitud de la suma, presenta
el total de algunas cifras. (A. Breton)
Escribió
poemas en colaboración con Tristan Tzara y Segner, a razón
de un verso cada uno y en diversas lenguas; realizó collages a
dúo con Sophie Taeuber, prolongados hasta más allá
de la muerte del propio Arp; los fatataga
(abreviatura de fabricación de cuadros garantizados gasométricos,
collages en los que la realización era de un autor y la idea de
otro) con Max Ernst; la escritura automática antes de su
ingreso en el grupo surrealista, y, como no, sus esculturas biomórficas,
sus relieves en madera, tintas chinas...
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