CONCEPTO DE DIOS EN EL MEDIEVO (III) : LAS CINCO VÍAS DE SANTO TOMÁS DE AQUINO.

Las pruebas de Santo Tomás de Aquino son denominadas por Kant como cosmológicas, nos presenta cinco vías o cinco pruebas. Santo Tomás es un autor del siglo XIII, estamos en plena ebullición de la Universidad y de la Escolástica como sistema. Santo Tomás es un redescubridor de Aristóteles, cuyas obras no habían sido conocidas totalmente en occidente. Ahora llegan a través del mundo musulmán hispano. Santo Tomás las estudia e interpreta dando vigor a una nueva línea de pensamiento, entonces novedoso y revolucionario, como es la filosofía "aristotélico-tomista".

La primera vía de Santo Tomás es la del movimiento, es la más clara para su autor. Dice que en el mundo hay movimiento, el movimiento es producto de otro que ha movido, las cosas se mueven porque alguien las mueve. De la nada no salen las cosas, sino que la transformación, el paso de la potencia al acto, es el movimiento de las cosas. Esto ha sido movido por otro, que a su vez ha sido movido por alguien, que a su vez tuvo otro movimiento causado por otro, y así sucesivamente. La idea de Santo Tomás es que "alguien" tiene que haber movido todo en el origen, alguien tiene que haber iniciado ese movimiento, ese alguien es Dios, motor inmóvil, causa del movimiento de las cosas, sería acto puro, lo único que no está en potencia, sino en acto. Ese motor inmóvil ha puesto en marcha, ha movido todas las cosas del mundo, Dios existe porque las cosas están en potencia.

La segunda vía es la de la causalidad, parecida a la anterior. En el mundo hay una serie de causas eficiente u originantes. Todo tiene una causa anterior, nada es causa de si mismo. Si remontamos siguiendo la línea de la causalidad eficiente llegaríamos a la causa primera, la que ha causado todas las cosas. Ha tenido que haber una causa primera de todas las cosas, esa causa primera es Dios. Dios existe por la relación causa consecuencia en al naturaleza.

La tercera vía para la demostración de Dios sería la contingencia. Contingencia significa que han podido ser o no ser, es decir, que alguna vez no fueron. Lo contrario sería necesario. Finalmente si nos vamos a la línea de lo contingente vemos que todo ha podido no ser en algún momento, o ha sido por otro, excepto lo necesario, lo que siempre ha sido, que sería Dios. Dios sería necesario, siendo todo lo demás contingente. Dios existe porque todo nos parece contingente, tiene que haber algo necesario.

La cuarta vía habla de la graduación de las perfecciones. Lo que percibimos tiene cualidades en distinto grado, las cosas son más o menos perfectas, tienden a una perfección mayor. Tiene que existir el máximo de perfección del cual tenga sentido esas perfecciones parciales. Dios existe porque la perfección plena tiene que existir.

Finalmente, la quinta vía de demostración cosmológica de la existencia de Dios sería la de la finalidad. Si nos fijamos en la intención, parece que todas las cosas del universo tienen una finalidad, una razón y un sentido, un "para qué". Esa armonía, ese orden de la creación, esa inteligencia ha tenido origen en una inteligencia mayor, en algo que da un sentido y otorga finalidad a todo, ese sería Dios. Existe porque todo tiene un sentido, Dios da sentido a todo.

Estas demostraciones de Santo Tomás hay que entenderlas como muestras de que nada es comprensible sin remitirnos a Dios. No son intentos de prueba racionalista de la existencia. Esto pertenece a la filosofía racionalista. Santo Tomás afirmará reiteradamente que Dios está más allá de lo que pueda concebir nuestra razón, que siempre será insuficiente. Son realidades distintas. El Aquinate separa, sin que haya contradicción ni oposición, entre fe y razón, o naturaleza y gracia. Son órdenes distintos de los que uno es perfeccionamiento y el otro apoyo. La fe es central, todo es comprensible en ella, fuera de ella no se alcanza la plena inteligibilidad. "La fe se ofrece a la razón a fin de que ésta pueda ejercitarse en su plenitud, en un intento de comprensión total del todo", según explica Josep Vives.

En torno a estas pruebas demostrativas de la existencia de Dios, Kant hace una crítica semejante al argumento ontológico de San Anselmo, hay un momento en el que se pasa del pensamiento, de lo razonado a lo real, a lo que existe. En opinión de Kant, la quinta vía, sería la mejor de las cinco. Dios es el origen y hay un cierto orden, parece que se basa más en la observación. Pero el que busquemos respuesta no significa que tenga que existir. El paso de lo pensado a lo existente es un salto muy criticado, y el talón de Aquiles de estos argumentos a favor de la demostración de la existencia de Dios.