CONCEPTOS PREVIOS: TEOLOGÍA ANTROPOCÉNTRICA.

Tras la crisis de la apologética, apareció un nuevo cambio en la teología, que centraba más la fe en el hombre. Es tan importante la manifestación de Dios como la experiencia del que acoge la Palabra. Importa la revelación y la reacción del hombre ante esa invitación de Dios, porque al fin y al cabo, Dios sale al encuentro del hombre, no para mostrarle las verdades de fe, sino para relacionarse con él.

Incluso yendo más lejos, no estaría muy lejos "lo que manifiesta Dios al hombre", de "qué manifiesta". El acontecimiento de la revelación y contenido de la revelación, son, según Rahner, una misma cosa. Esta opinión de Rahner tuvo su contestación y matiz en otros teólogos del siglo XX, así von Balthasar criticó la excesiva antropologización de la teología, que llevaba aparejada una peligrosa subjetivización. La revelación no puede estar en dependencia con el hombre, por eso habla de una estética trascendental. La revelación del amor absoluto, Trinitario y Cristológico, encuentra su justificación en sí mismo, no en el hombre que lo recibe. Se vuelve a matizar sobre la necesidad de la Palabra de Dios, que debe iluminar la realidad del hombre, y ese hombre punto de encuentro es Cristo, verdadero hombre y verdadero Dios.

Otros postulados teológicos subrayarán, desde una condición más histórica, el rehacer la teología valorando la presencia del Espíritu en la historia de la humanidad. La historia como una historia de esperanza, una historia de salvación abierta al horizonte escatológico, del final de los tiempos. La teología estaría aquí al servicio de esa construcción del Reino, con la denuncia, la liberación y la orientación social hacia una sociedad más justa y más redimida. Esta teología se ha venido a llamar teología política, y tiene como representantes los teólogos Metz y Moltmann en Europa y los de la Teología de la Liberación en Latinoamérica. Tratan de encajar la fe escatológica con la práctica social. Es el paso de la teoría a la práctica en la teología.

Es verdad, y así lo señaló el teólogo holandés Schillebeecx, como la teología considerada así podría caer en la tentación de la autosuficiencia del hombre, ser demasiado optimista, incluso pelagiana. La acción política y social ahogaría la necesidad de la gracia. Es muy importante que la teología esté en cuestiones de frontera y en diálogo con la realidad social y política del momento.