14. Teo. Revelación. Preguntas iniciales
14. Teología de la Revelación  

PREGUNTAS INICIALES

Nos hacemos preguntas:

¿Qué es la revelación? ¿Cuándo se ha dado? A qué llamamos revelación? ¿Qué entendieron que era la revelación en la historia del pensamiento cristiano? ¿Qué dice la Biblia que es la revelación? ¿Existe una revelación en otras religiones? ¿Entendemos por revelación lo mismo los protestantes, los ortodoxos y los católicos? ¿Qué dijo el Vaticano II sobre la revelación? ¿Podría haber nuevas revelaciones? ¿Consideramos el magisterio de la iglesia una nueva revelación? ¿Qué relación hay entre los dogmas y la revelación? ¿Y con la tradición o la Escritura?

Tras el estudio de la Sagrada Escritura, iniciamos la Teología dogmática. Este capítulo está vinculado con el primero, que titulábamos "Introducción a la teología". De hecho, en algunas facultades de teología se estudia dentro de una misma asignatura la "teología de la revelación",siendo parte de una amplia "Introducción a la Teología". También es frecuente verlo incluido en la "Teodicea". Nosotros preferimos hacer un estudio separado, sabiendo que está en dependencia tanto con la "Teología Fundamental", como con la "Introducción a la Sagrada Escritura".

Los contenidos del capítulo son:
1. Conceptos previos: apologética.
2. Conceptos previos: Teología antropocéntrica.
3. Conceptos previos: historia de salvación e historia de la revelación.
4. La Revelación en el AT.
5. La Revelación en el NT.
6. La Revelación en los padres de la Iglesia.
7. La Revelación en la teología medieval.
8. La Revelación en la teología tridentina y postridentina.
9. La Revelación en el Concilio Vaticano I.
10. La Revelación y las corrientes modernistas católicas.
11. La Revelación en el Concilio Vaticano II. Constitución Apostólica Dei Verbum.
12. La revelación en otras religiones.
13. La revelación en un contexto ecuménico.
14. La revelación y el equilibrio entre Tradición y Escritura.
15. La revelación y el Magisterio de la Iglesia.
16. La revelación y el dogma.

Internamente hay un esquema metodológico que vamos a repetir en todo éste bloque. Para abordar la cuestión teológica concreta nos vamos, en primer lugar, al estudio de la Sagrada Escritura. La Biblia será nuestro punto de partida, conocer lo que la revelación, centrada en Jesucristo, y expresada en los textos bíblicos concretos, dice de sí. Los análisis bíblicos aquí presentes deben mucho a lo aprendido en temas anteriores, pero no se van a quedar en la estructura formal de los mismos, superamos la metodología histórico crítica para adentrarnos en una Teología Bíblica, un estudio más profundo de los textos, una reflexión más cercana a lo que Dios nos quiere decir. Previamente en este capitulo vamos a examinar unos conceptos previos, que nos ayudarán a situar todo el estudio. Tras la parte Bíblica seguiríamos con una segunda parte de profundización histórica. Nos asomaremos a dos mil años de pensamiento cristiano. La historia nos presenta el elemento tradicional cristiano ineludible que debemos conocer y valorar. Finalmente aterrizamos en la teología contemporánea, del siglo XX y presentaremos con fuerza los documentos del Concilio Vaticano II. Para nosotros la roca magisterial sobre la que basamos nuestros avances. Tras la historia examinamos algunas cuestiones sistemáticas. En este capítulo nos parece importante, junto con los temas ecuménicos y de otras religiones, los problemas y las aclaraciones sobre asuntos tan capitales como la Tradición, el Magisterio o el Dogma en la Iglesia. Quiero señalar que estas cuestiones son vitales para comprender el papel y el desarrollo de la teología y de la vida cristiana, por eso, aunque se encuentren al final del capítulo son esenciales para comprender el papel y labor de la Iglesia.

No podemos ni debemos ofrecer una teología enfrentada constantemente con el Magisterio de la Iglesia, erraríamos y dañaríamos la comunión. Tampoco podemos ofrecer una teología acartonada con pocas referencias al hombre de hoy. La teología no debe ir por detrás de las afirmaciones magisteriales, debe aceptar las correcciones que se le hacen, pero tiene la obligación de ir más lejos que ésta y de ser audaz en sus planteamientos.

No olvidemos tampoco que, recogiendo el pensamiento de los cristianos ortodoxos, la teología es una mística, una expresión de la vida contemplativa. No podemos hacer una teología seria si no la hacemos también de rodillas, la oración y la contemplación del misterio divino revelado deben hacerse ejercicio meditativo para la vida del teólogo, que ofrece desde el estudio y la vida de los hombres, un lenguaje actualizado para ayudar a comprender al hombre de hoy, los misterios de una fe bimilenaria.

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