EL ORIGEN DE LA GRAVEDAD

 

La ciencia no encuentra explicación convincente a la naturaleza de la gravedad, ni a la fusión nuclear en las estrellas, ni al origen del calor interno de los planetas, y tampoco se ha planteado, o al menos públicamente, de donde procede la continua irradiación electromagnética, o magnética de los neutrinos y neutrones y eléctrica de la supuesta carga de los protones y electrones. En algunas ocasiones hallamos obras o artículos en los que los mismos científicos reconocen abiertamente que la ciencia está cada día más perdida y confusa en un maremagnum de ideas inconexas, y que habrán de aceptar otras nuevas ideas que muestren caminos nuevos al pensamiento científico.

Si Einstein paso media vida buscando la naturaleza de la gravedad y no la encontró, puesto que la atribuyó a unas posibles ondas provenientes de lejanas estrellas que aún no han sido detectadas, y tampoco la han hallado los muchos científicos que durante siglos se han dedicado a ello, parece burlesco y hasta insultante decir que tengo la solución, pero no puedo hacer otra cosa que tratar de demostrarlo. Lo que ofrezco a continuación a la ciencia no es solamente la solución a la naturaleza de la gravedad sino a todas las incógnitas que acabo de enumerar y a algunas más que explico al final, ya que todas adolecen del mismo error y todas son explicables con la misma solución, la cual comprenderemos -supongo- viendo como actuaría en ellas, y como actúa realmente, algo tan negado por unos y tan aparentemente inservible para otros como el éter cósmico.

Veremos como su existencia explica todo lo científicamente inexplicable, con excepción de la manera en que se forman las galaxias y las estrellas, que no relato aquí porque tiene otra explicación en la que también interviene necesariamente el éter, puesto que los agujeros negros no pueden formarse en el vacío sino que han de hacerlo necesariamente en un medio que los origine, igual que los tornados se forman en y con el aire y los remolinos de agua se forman en y con ella.

Existe una ley natural, también científicamente desconocida, que nos indica que todas las masas y formas del universo están integradas por otras menores y que su organización y funcionamiento no es más que el que le ordenan sus integrantes. Así, nuestro cuerpo es una sociedad-ciudad de células y funcionalmente las obedece a ellas y por ello nos nutrimos, respiramos, dormimos y nos reproducimos respetando fiel y estrictamente todas las necesidades vitales porque están en sus mandatos genéticamente programados y porque si no lo hacemos morimos, ya que ellas somos nosotros y nosotros somos ellas. Un astro es igualmente una sociedad-ciudad de átomos, y éstos lo son de todas sus partículas, aunque en sus simplicidades no haya programación, pero sí existe un funcionamiento de grupo que es casi el mismo que el de uno sólo de sus integrantes, porque a más simplicidad menor diferencia entre los cuerpos integrantes y el integrado.

A continuación más de una treintena de coincidencias y respuestas que nos concede la existencia del éter y de fenómenos desconocidos en los otros sino que procede de las partículas que integran a sus átomos, y también la gravedad.

Las partículas, los núcleos atómicos y los astros poseen campos de influencia y también si existe una relación en este hecho y no se trata de una simple coincidencia, como así es.

todos estos campos grandes y pequeños poseen una doble acción de atracción/repulsión, y tanto las partículas y núcleos atómicos como los astros se atraen y se rechazan

La ciencia no pudo ver la realidad y por ello desistió equivocadamente de la idea de que el átomo fuese un sistema solar en miniatura, pero no es coincidencia que los electrones giren en torno a los núcleos atómicos como los astros menores en torno a los mayores.

Sabemos que el dominio en los astros se debe a que la gravedad o fuerza de atracción de las mayores es superior a la de las menores, pero no se considera a la gravedad en las partículas o no totalmente puesto que se atribuye la unión de la materia a unas supuestas fuerzas electrostáticas

Y todas las irradiaciones se repelen, en los astros y en las partículas, sin que ello sea otra coincidencia. Las irradiaciones de las partículas, campos eléctricos, o cargas (según la ciencia) de las partículas de los átomos se suman en los astros, porque por ello los constituyen e integran, y forman una fluyente irradiación exactamente lo mismo que muchos arroyuelos al unir sus aguas forman un gran río.

Estas lógicas conclusiones nos dicen que la energía solar no procede de fusiones nucleares sino que es la suma de las irradiaciones de las partículas de los átomos de los astros, explicando también la procedencia de la emisión de energía de los planetas que, como la Tierra y los calientes satélites de Júpiter, según la ciencia no poseen masa ni temperatura para producir fusiones nucleares ignorando la procedencia de sus energéticas emisiones

Tampoco es una coincidencia que la fórmula de Newton para la gravedad sea idéntica a la de Coulomb para los campos de irradiación, o eléctricos, de las partículas.

Y aseguro sin realizarlas que son también idénticas la fórmula del campo de atracción de las partículas y la del campo de irradiación de los astros.

Porque todo esto y mucho más lo explica un circuito de entrada/salida de éter cósmico en las partículas, en donde la atrayente gravedad es originada por la corriente de entrada, que, además, lleva la energía que luego será emitida en la repulsiva irradiación de la salida.

Cuanto más calientes y energéticas son las ondas más acortan sus ciclos y más hacen separarse a los átomos entre sí al chocar o friccionar mejor sus ondas enfrentadas. Cuando las ondas se hacen más rectas o estiradas y débiles menos friccionan entre sí

La existencia del éter nos da respuesta también al origen de la energía solar porque proviene de él y no de la supuesta fusión nuclear

Nos explica también que gravitación no significa gravedad, porque si dependiese sólo de esta fuerza las masas menores se precipitarían sobre las mayores. En la gravitación universal intervienen las dos fuerzas de entrada/salida del circuito atrayendo o arrastrando una y sujetando o repeliendo la otra manteniendo así el equilibrio universal entre astros orbitantes y orbitados y entre núcleo atómico y electrones: así gravitación en este movimiento de circunvolución de las masas menores y mayores es equilibrio orbital. Pero no es tampoco ninguna coincidencia que este circuito se componga de entrada/salida y que los astros orbitantes estén en equilibrio a causa de dos fuerzas opuestas.

La fuerza fuerte es la centésima parte del campo de gravedad en toda la esfera de influencia de partículas, núcleos atómicos y astros, y se corresponde con el campo de máxima gravedad de la Tierra, desde donde caen los objetos, siendo esta zona la que causa la fuerza fuerte de unión entre las partículas y la que permite que nosotros nos movamos pegados a la superficie terrestre. Tampoco esto es casualidad.

La esferización de las masas la produce la misma gravedad como corriente de entrada

la existencia del éter explica también la formación de los quasars y la de las estrellas, y explica lo que son los agujeros negros

Y también explica la naturaleza de la energía en la que la masa se transforma

No es coincidencia que los físicos puedan transformar energía indetectable en partículas, sacándolas, como ellos dicen, de la nada, porque la nada, nada puede generar. Esta nada es el océano etéreo que nos envuelve e impregna a todos los cuerpos del universo.

 

 

Regresar al menu principal

 

 

Hosted by www.Geocities.ws

1