Felipe Cussen



 

 

El hospital de la fe.

 

 

Sala de espera.

  

 

La sangre que se acaba o el lastre de tantas miradas.

 

El lastre de tantas miradas o todos los barcos hundiéndose en las pupilas.

 

Todos los barcos hundiéndose en las pupilas o un montón de sombras abandonadas.

 

Un montón de sombras abandonadas o los pasos de un niño que no sabe contar.

 

Los pasos de un niño que no sabe contar o muchos zapatos que no coinciden entre sí.

 

Muchos zapatos que no coinciden entre sí o los días de la semana escritos en una escalera.

 

Los días de la semana escritos en una escalera o varias flechas hacia varias salidas.

 

Varias flechas hacia varias salidas o la sangra que se acaba.

 

 

  

Sala de operaciones.

 

 

 

La sangre                                                                                                            que se acaba.

Las paredes de la noche.

 

El lastre                                                                                                        de tantas miradas.

La cama de la noche.

 

Todos los barcos                                                                             hundiéndose en las pupilas.

La mesa de la noche.

 

Un montón de sombras                                                                                                     abandonadas.

La bandeja de la noche.

 

Los pasos de un niño                                                                                   que no sabe contar.

El bisturí de la noche.

 

Muchos zapatos                                                                                 que no coinciden entre sí.

La piel de la noche.

 

Los días de la semana                                                                          escritos en una escalera.

La autopsia de la noche.

 

Varias flechas                                                                                            hacia varias salidas.

 

 

 

  

Sala de convalescencia.

 

 

La sangre que se acaba, el lastre de tantas miradas, todos los barcos hundiéndose en las

 

(Aquí no vive nadie.)

 

pupilas, un montón de sombras abandonadas, los pasos de un niño que no sabe contar,

 

(Aquí no vive nadie.)

 

muchos zapatos que no coinciden entre sí, los días de la semana escritos en una escalera,

 

(Aquí no vive nadie.)

 

varias flechas hacia varias salidas. La sangre de tantas miradas, el lastre que se acaba, todos

 

(Aquí no vive nadie.)

 

los barcos escritos en una escalera, un montón de sombras que no coinciden entre sí, los

 

(Aquí no vive nadie.)

 

pasos de un niño hundiéndose en las pupilas, muchos zapatos hacia varias salidas, los días

 

(Aquí no vive nadie.)

 

de la semana que no sabe contar, varias flechas abandonadas. Se acaban la sangre, el lastre,

 

(Aquí no vive nadie.)

 

las miradas, los pasos, las sombras, los barcos, las pupilas, los zapatos, las flechas, los días,

 

(Aquí no vive nadie.)

 

las salidas, y un niño.


Felipe Cussen (Santiago de Chile, 1974). Ha estudiado literatura y música. Es profesor de la Universidad Diego Portales. Ha publicado Mi rostro es el viento (Santiago: Libros de la Elipse, 2001) y Esto es la globalización (Santiago: Foro de Escritores, 2005). También  ha sido incluido en Gaborio. Artes de releer a Gabriel García Márquez (México D. F.: Jórale Editores, 2003), compilado por Julio Ortega, DOS (Santiago: Foro de Escritores, 2004), la antología de poesía visual DIEZ (Santiago: Foro de Escritores, 2005) y la antología Diecinueve (Poetas chilenos de los noventa), compilada por Francisca Lange (Santiago: J. C. Sáez Editor, 2006). Una completa revisión sobre su obra y su recepción crítica aparece en el dossier “Un paso adelante”, incluido en la revista Grifo, 4, agosto/septiembre (2004).


Regresar

Hosted by www.Geocities.ws

1