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¿academia
del FBI en Costa Rica?
Dr.
Freddy Pacheco. San
José, Costa Rica.Mayo, 2002.
Mejor
conocida por su nombre en inglés (International Law Enforcement
Academy o ILEA), formaría parte de un grupo de academias
similares fundadas a partir de 1995. La primera se creó
en Hungría, y las otras en Tailandia, Botswana y en Nuevo
México, según Louis Freeh, director del FBI (organismo
del Departamento de Justicia del gobierno estadounidense) "para
minimizar el impacto de las actividades criminales internacionales
sobre los Estados Unidos y sus ciudadanos", según
declaraciones del año 2000 ante un comité del Congreso
norteamericano.
En
tales "academias", dice el jerarca del FBI, "estamos
también aumentando nuestra participación en actividades
bilaterales y multilaterales dirigidas a un mayor conocimiento
de los métodos y recursos antiterroristas, estimulando
el intercambio de información y aumentando la cooperación
durante incidentes terroristas".
El
establecer estos centros del FBI en otros países, pese
a tener uno en Nuevo México y contar con una "Academia
Nacional", se hace, dicen los gringos, para evitar el requisito
de que los participantes tengan que dominar el inglés.
Además, con naciones como Tailandia, se tienen convenios
militares como los que se desarrollan en el marco de los ejercicios
militares conjuntos conocidos como "Cobra Gold", que
le permiten a los Estados Unidos "acceso crucial a instalaciones
tailandesas cuando así se necesite".
Así,
en el informe de labores del FBI correspondiente a los años
1993-1998 (páginas 75 y 76) se indica que a la fecha se
habían graduado en los seminarios de ocho semanas realizados
en Budapest, más de 850 estudiantes provenientes de 23
naciones. Otros 3.000 oficiales habían recibido algún
tipo de entrenamiento en tráfico de drogas y crimen organizado.
Recordemos de paso, que la situación política y
de seguridad de Hungría es muy diferente a la que, por
dicha, se vive en Costa Rica.
Porque
nos preocupa, deseamos llamar la atención de los señores
diputados acerca del convenio internacional que firmara el presidente
Abel Pacheco y su ministro de Seguridad Pública, con el
embajador de los EUA, Danilovich. No es cierto lo dicho, para
"dorar la píldora", de que allí también
se capacitaría en el campo de los delitos ambientales.
Hasta ahora esa no ha sido una función del FBI y la tal
academia pertenece y va a ser dirigida por funcionarios de ese
organismo. Es de anotar asimismo, que los grupos de 50 oficiales
que, escogidos por las autoridades norteamericanas, tendrían
el entrenamiento previsto, provendrían de naciones donde
los cuerpos militares y policiales difícilmente se pueden
diferenciar. Más de un gorila centroamericano o suramericano
pasaría por esa "academia", por lo que su sola
presencia debería ser motivo de preocupación para
nuestro deficiente Ministerio de Seguridad Pública quien
tendría, creemos, la obligación de
brindar la protección adecuada a los carabineros, guardas,
cabos y sargentos que por allí pasaren.
Si
la fortaleza de Costa Rica descansa en la ausencia de fuerzas
armadas, y los ejércitos irregulares que conforman los
grupos guerrilleros latinoamericanos jamás nos han visto
como una amenaza, la presencia de ese ente del FBI en suelo tico
vendría a cambiar sustancialmente esa situación.
Sus enemigos, los que son secuestrados por esas fuerzas insurgentes,
si se presentan las condiciones adecuadas, estarían expuestos
y permanentemente amenazados. No sería extraño que
las colombianas FARC, por ejemplo, nos vieran como un objetivo
a partir del momento en que los sargentos colombianos reciban
capacitación del FBI en tierra costarricense.
Por
ello aspiramos a que en la Asamblea Legislativa se le preste la
atención debida a esa ocurrencia de convenio internacional.
Además de innecesario (¿de qué le sirve a
Costa Rica una "academia" como esa?) trae implícito
un agresivo virus militarista que podría multiplicarse
peligrosamente al interior de nuestra civilista sociedad. Si los
compromisos que tenemos con los EUA hacen que nuestros gobernantes
dejen de lado estos aspectos, comprometiendo el ejercicio de nuestra
soberanía innecesariamente, bien vale la pena advertir
a los que tienen la prerrogativa constitucional de aprobar o improbar
convenios como el comentado. Por la seguridad nacional (¡paradójicamente!)
ha de evitarse la instalación de esa escuela del FBI que
el gobierno norteamericano quiere instalar en Costa Rica y que,
con medias verdades, se ha presentado como si fuere algo menos
que un convento franciscano.
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