Logo 01

Logo 02

Inicio*Revistas*Contacto
 
 página anterior
 página siguiente


Desde el cautiverio



Flor de café desprendida del árbol de su nombre, hoy ocupas un ámbito del aire mientras ocurre ese milagro del retorno. Llevas por casa el cuenco de los caracoles y atado al dedo un hilo rojo para recordar el camino de vuelta.

En tu nuevo hogar sus habitantes medran en la muchedumbre. ¿No ves que estás hecha de espuma y yaces en la patria de los que fantasean con purificar al mundo?

Hacer que vuelvas de aquel arca de bestias, poderte regresar aquí, conmigo, a esta tierra de solares muertos, ahora, de una buena vez y para siempre: es lo que quiero. No es mucho pedir que abandones tus sueños por los míos.

Y sin embargo, no debes regresar.

Mejor es mantenerse ajeno a la nostalgia.

Cuando vuelvas habrá agua limpia y suficiente; ahí beberás la estela del tiempo que te fuiste.



Para volver a salvo de un país extraño es necesario prescindir del idioma y no ceder a la tentación del paisaje o del amor. Será difícil, te lo advierto. Quienes partieron, hoy se afanan en las cirugías del olvido.

Sabes lo que es hacerse río con la corriente en la cintura y el cielo escurriendo entre los cabellos; conoces al mar, al liquen y a las nubes que se cuelan en la respiración, mas eres incapaz de llevarlos contigo. ¿Recuerdas el añil sobre la pasta de los días de fruta y los templos que manaban palomas en nuestra ciudad? Siguen aquí, aunque carecen de sentido.

Lo entiendo. Quién quiere regresar donde el paso de los guerrilleros, teniendo a la vista las casas de muñecas del suburbio. Quién quiere ver esa foto hundida en la memoria de la luz de lo que fuimos. Es comprensible. Fue hace tiempo de aquello, tanto como se puede recordar; a veces pareciera que nunca pasó.


A la altura de la garganta se mide el peso de nuestros dolores. Hay sangrías necesarias, canciones, enconos sin los cuales la noche del enfermo no tendría sentido. Lo compruebo mientras apuro tu recuerdo en el vaso de la madrugada, sabiendo que lo amargo devendrá en absceso.

Tan bien conozco esos lugares. Doy vuelta a la vigilia dentro de este cautiverio, apunto mis observaciones en la libreta diaria y sin desear que ocurra, con la voz herida advierto un campo en ruinas y esa aridez que crece entre la luz del alba.

Israel García Reyes

Nació en México, Distrito Federal, en 1977. Poeta y narrador, ha publicado en las revistas literarias Plan de los pájaros, LunaZeta, Cantera Verde y Tierra Adentro. Participó en la plaqueta colectiva La luz y el colibrí, editada por el Instituto Oaxaqueño de las Culturas, 2001; y en las antologías Tres ventanas a la literatura oaxaqueña, Editorial Almadía 2005, y Cartografía de la literatura oaxaqueña actual, Almadía, 2006. Fue becario por el Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Oaxaca (FOESCA), emisión 2003. Es miembro del taller literario de la Biblioteca Pública Central del Estado de Oaxaca.

   regresar al inicio del texto

Elaboración y diseño: Soluciones Telaraña     2005

Hosted by www.Geocities.ws

1