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Tres poemas


 

Bagdad


A Jorge Asbun Bojalil.


El poeta

sobre su escritorio

de piedra umbral,

enseña a sus discípulos

en una calle

de las goteras

de Bagdad-


su cubículo

al descubierto

ve transitar

el rebaño

de voces de escándalo


el niño pastor

busca en las guedejas de lana

dinarios que paga el cielo

y ve debajo

del pisapoemas

de nácar

varias monedas

de papel fraccionado-

cree encontrar

de las otras

y el poeta me sorprende-


arriba, en dunas elevadas

transcurre el rebaño

alborotado, sus pasos van

hacia el lugar de la cita:

un mercado de abejas

y de mieles nupciales.

Francisco Toledo dibuja


Una línea curva y flexible circunda como a un mundo la vida humana. Mana intensidad tan amplia que se atreve con sus bordes a envolver la vida animal. Mal se portara si asumiera única, la misma, un solo movimiento. Siento que por vivir se deforma y conforma y sin ruptura las vidas son una para la otra. Costra del fervor lineal deja en el cuerpo corriente que infunde lo que es humano en lo animal y a la inversa. Versa la naturaleza que Francisco Toledo dicta a su línea a que no se detenga en ninguna figura ni se satisfaga. Vaga con el volumen de la voluntad el abrazo de los cuerpos por hacerse los placeres. Seres que no escapan de la realidad en lo blanco extendida. Vida, vidas envueltas por la línea que el dibujo de Toledo cierra dentro de sí en un sesgo de la creación surgida del hágase con conejo, tortuga, venado, coyote, iguana, burro y las hormigas de la sensualidad. Mitad mujeres, mitad vivientes desalmados, los dibujos de la miseración respiran a compás de la extremada fe de vivir sin saberlo. Verlo es fantasía celestial del arte. Parte de la creación por el prometido ejemplo. Templo del otro que Dios quiso dibujara, latido por latido, la especie “con menos utilidad (Pessoa) que todas las acciones del mundo”. Hundo mi goce animal hasta el último fuero del círculo que me encierra esclavo en un dibujo de Toledo.

A Norma

al cuervo acerino que anida

en el pelo-bello cabello-de

su cabeza.

RR


Bella

Bellísima / con tanta

beldad armada

responderás al Mal

que en-negrece

tu mente

y des-ala

al cuervo florido

en la cumbre

de tu cabeza.


Helo ahí / incapaz de piar /

vivaz aunque

ausente /

¡Ay! Espantó a la noche /

de día de noche

ya no eleva el vuelo

llevando a cuestas

el canto a los ojos

de todos / que de tanto

admirarte / más lo ennoblecen

y vuelven más hermoso /

su canto emplumado

de lo negro de todo negror

con sus brillos de luz envueltos /

ha ido a guardarse

donde el sol madura /

a la espera que el Mal

fenezca y regrese a reinar

el cuervo

su resplandor acerino.

Raúl Renán

Nacido en Mérida, Yucatán, estudió Letras Españolas en la UNAM. Poeta, narrador, editor, con más de veinticuatro libros de poesía, cuento, una novela, y próximos a aparecer dos libros de poesía amorosa: Normandía y Obra completa en una antología poética que prepara el FCE. Algunos de sus títulos: Catulinarias y Sáficas (1981), De las queridas cosas (1982), La gramática fantástica (1983) y Viajero en sí mismo (1991). Sus obras reúnen, con ingenio y paradoja, las opuestas virtudes de la rareza y la tradición, la originalidad y el redescubrimiento del lugar común. Es uno de los primeros en refrescar, al inicio de los años ochenta, al epigrama y al soneto. Ha recibido numerosas distinciones entre las que destacan: Medalla Yucatán, otorgada por el gobierno del Estado en 1987 y Premio Antonio Médiz Bolio en 1992. El gobierno de su estado convoca a partir del año 2000 el Premio Nacional de Poesía Experimental “Raúl Renán”.

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