I
Me
sorprende la
aurora por una solitaria calzada de viejos arces. El hombre que barre
da los buenos días al tiempo que amontona la hojarasca.
“El otoño a la basura”, pienso. Y
continúo
soñando. Al final de la avenida, Urania. La reconozco por
sus
ojos, mensajeros del sol.
II
Sólo
tenía
un cesto lleno de hojas amarillas, una escoba en las manos y la
imaginación.
Los
ficus se
volvieron arces. Tú,
Urania. Caminé
por arboladas avenidas. La
primavera, el otoño.
Restauro las
hojas: evangelios de luz.
Luz
María Zárate
Nació
en Oaxaca, Oax.,
en 1956. Es integrante del taller literario de la Biblioteca
Pública
Central de Oaxaca. Ha publicado en esta revista.