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Fábula del Oso y la Sirena
Era un desgraciado oso enamorado
que quiso curar jubiloso a la sirena
la sirena había caído y lastimádose
a bache batiente un tobillo sobre el banquetón
con el pie englobado asistió al encuentro
y a medida que avanzaba el día
la jornada se hinchaba más dolorosa
El gran tobillo cubierto de piel blanca
con unas zapatillas cafés muy fabulosas
eran la luz de la tarde y la alegría del jardín
Una caricia quizá hubiera aliviado el alma
una sobadita tierna sobre el hueso
o un baño de besos tibios como agua
El oso miró alucinado ambos tobillos
comparados eran extremansamente diferentes
sobre los pies más suaves de la especie
conjuntaban nieve y algodón
Cuando el oso levantó la mano tembloroso
para apuntarse a sobar con delirio la hinchazón
la sirena pidió un profesional de la sobada
un huesero experto
un quiropráctico
y el triste oso piropráctico
no pudo más que imaginar sollozando la terapia
retirándose resuelto y confundiendo
el sueño la discordia la sinrazón
La desgracia del oso es cosa rara
ya que la tierra no gusta a las sirenas
Ramiro Pablo Velasco
Nació
en Santiago Nejapilla, Oaxaca. Poeta. Licenciado en Pedagogía.Ha
participado en diversos talleres de creación literaria, en la
capital del país, y es integrante del de la Biblioteca
Pública Central de Oaxaca. Ha publicado en periódicos del
Distrito Federal, de Oaxaca y en la revista Cantera Verde. Tiene
editados los libros: El tartamudeo de las hojas ciegas, Ediciones
Pleamar, 1996; Diario silabario, Editorial La Hormiga Arriera, 2003 y
Región de subterfugios, Editorial La Hormiga Arriera, 2006.
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