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Dignidad del saludo
Armando González
Torres
Hay palabras inusuales,
formas de pronunciación indefinibles que utiliza la gente y
tú no entiendes. Tu propia esposa dice a veces palabras que no
comprendes y te parece una desconocida. No es por intrigar pero en esa
extraña manera de decir sus palabras aparecen los barrios de su
infancia, sus antiguos amores, sus amantes y todas las cosas que no
hizo por casarse contigo. Ah, pero tú, hay palabras tuyas,
imploraciones, impostaciones y genuflexiones de la voz, en que suenas
tan falso, tan cobarde, tan rastrero, que te darían
náuseas si pudieras escucharte. Sin embargo, hay otro tipo de
palabras, hay palabras que te encuentras cuando estás cansado y
te confortan, hay palabras curativas que consuelan tus heridas: son
palabras certeras, y no precisamente rimbombantes, son palabras
sencillas que saludas en la calle y te contestan: “buenas noches,
Dios lo cuide”.
Nació en la ciudad de
México, Distrito Federal, en 1964. Poeta y ensayista. Ha
publicado poemas, ensayos y reseñas en las principales revistas
y suplementos culturales del país. En 1995 ganó el premio
nacional de poesía Gilberto Owen y, en 2001, el premio nacional
de ensayo Alfonso Reyes. Ha sido becario en dos ocasiones del programa
“Jóvenes Creadores” del FONCA. Es autor de los
libros de poesía: La conversación ortodoxa (Aldus, 1996),
La sed de los cadáveres (Daga, 1999) y Los días prolijos
(Verdehalago,2001). De ensayo: Las guerras culturales de Octavio Paz,
editorial Colibrí.
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