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Tránsito
Abel Francisco Iraizos

Para Carla Zarebska

 

Siempre me gustó transitar esa avenida: los carriles amplios, a cada lado del camellón, con altos eucaliptos en los bordes y, cerca de los hornos de ladrillo, en los extremos, algunas cuantas casas. Creo que lo que más me gustaba era la hora en que la recorría, generalmente después de la medianoche, cuando se podía circular en el auto a toda velocidad sintiendo el viento frío; o lentamente, observando los mínimos detalles.

Una vez apareció sobre la calle una lechuza blanca, batiendo las enormes alas, levantó con  precisión mecánica a una rata. Tal como descendió alzó el vuelo: desapareció en fracciones de segundos. Esa visión me obsesionó durante meses. Me inquietó que todavía se cumpla, inalterable, la paradoja: la supervivencia del fuerte, dependiendo de la fragilidad del débil. Siempre sucede así y la pregunta persiste: ¿qué sería del fuerte sin el débil? O, mejor planteada, ¿quién es el fuerte y quién el débil? ¿Quién depende de quién?

Ahora estoy solo. Sigo recorriendo la misma avenida, con los mismos árboles; los carros junto al camellón. Seguramente la misma lechuza sigue cazando ratas.

            El rito se sigue cumpliendo.

 

Me despierto, abro los ojos. He estado demasiado tiempo en la nada, de donde emerjo. No defino mi posición en el espacio ni en el tiempo.  

Para regresar de la nada hay que atravesar vastas regiones

Me mantengo casi inmóvil, como pasa al salir de la somnolencia posterior a un sueño profundo. Todo es acto reflejo: el rítmico compás de la respiración, el latido del corazón. Es todo y es nada. Sólo queda la certidumbre de la tristeza: una infinita tristeza, quizás lo único reconfortante por lo familiar que resulta, por el sentido de pertenencia.

Del otro lado los tejados, las casas, la calle, los árboles, la gente.

Ya habrá tiempo para  recordar el sueño, porque estoy seguro de que he soñado. Ahora lo que me queda es seguir recostado, inmóvil, en espera de su llegada.


 
Abel Francisco Iraizos nació en la ciudad de Oaxaca en 1971. Fotógrafo y escritor. Fue becario del FOESCA de Oaxaca en 2001. Ha publicado poemas en Cantera Verde y en diarios y revistas locales. Ha realizado portadas para las revistas Luna Zeta y Nuestra Tierra; exposiciones en el estado y otras entidades de la República y España; el Instituto Oaxaqueño de las Culturas, en 2003, le editó el catálogo Durmientes en la luz.
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