—Ésos
–señala al sur con el mentón
a unos hombres de pie,
voltean y vuelven a posar los ojos
en espera de la garra
que también apaña
a los sentados poco más allá.
Con un segundo paso me indica le siga
entre gente rompiendo en mímico aleteo
el llanto de la anciana que golpea una
muñeca.
Me mira profundo y su rostro se pierde
en los cabellos aún insomnes
por el sarao delicioso.
—Mire cómo se acercan-.
Con levedad simula alejarse
en círculos que describe
la sombra de un zopilote en vuelo.
Esta convivencia es leva alegre
en el patio donde no nos reflejamos
y la razón es un fantasma
serenísimo
indeleble a estos cuerpos.
Son las doce del día
en la estación daltónica del
tiempo.
Ramón Licea
Nació en la ciudad de Oaxaca en 1959.
Ha publicado poemas en la Universidad Palafoxiana y en esta revista. Es
integrante del taller literario de la Biblioteca Pública Central
de Oaxaca.
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