Domingo, 18 de Octubre de 1998

 

 

El Informe McBride IV

Los problemas y fallos durante el proceso de demarcaci�n.

Dias de Aguiar y la Cordillera del C�ndor

Luego de la firma del Protocolo de R�o, durante el proceso de demarcaci�n, surgieron una serie de problemas en relaci�n a los cuales las dos partes de la Comisi�n Mixta no pod�an llegar a un acuerdo. Aqu� transcribimos del libro Mito y Realidad de una Frontera. Per� Ecuador 1942-1949 de Ernesto Yepes los p�rrafos que nos explican como la mayor parte de esos desacuerdos fueron resueltos por los gobiernos de Argentina, Brasil y Estados Unidos de forma favorable a Ecuador. Especial �nfasis se ha puesto sobre el fallo de Dias de Aguiar a prop�sito de la Cordillera del C�ndor.

 

Por Ernesto Yepes del Castillo

 

Si bien la l�nea propuesta por el Protocolo recoge la fundamentaci�n hist�rica y geogr�fica de la frontera entre los dos pueblos, muchos detalles importantes necesitaban ser precisados, especialmente en la zona oriental para la que s�lo se hab�an se�alado "algunos puntos de referencia". Por tanto se sab�a que el proceso de demarcaci�n no iba a consistir s�lo en la tarea t�cnica de reconocer, levantar los planos y establecer los hitos. Por tratarse de una extensa l�nea de frontera que cruzaba tierras inexploradas o poco conocidas se esperaba que surgir�an muchos "puntos importantes por determinar y segmentos de territorio por ubicar".

La Comisi�n Mixta Demarcadora de L�mites dividi� el proceso de demarcaci�n en dos sectores, el oriental y el occidental, subdividiendo cada uno en brigadas mixtas que empezaron a trabajar simult�neamente en diversas partes de la frontera. Hacia fines de 1943, esto es, a un a�o de la firma del Protocolo, gran parte de la frontera occidental (desde la boca del Zarumilla hasta la cumbre de los Andes en el nudo de Sabanillas) estaba demarcada definitivamente, habi�ndose establecido incluso cu�les eran las �reas problemas por resolver en tanto el trabajo de demarcaci�n avanzaba en otros sectores. En el �rea oriental el trabajo progres� mucho m�s lento por la naturaleza del terreno y el poco conocimiento previo.

Pronto result� evidente que varios de los problemas planteados durante el proceso de demarcaci�n no podr�an ser resueltos por la Comisi�n Mixta, debiendo apelarse a los mediadores para su soluci�n. Actuando de conformidad con los dem�s gobiernos garantes, Brasil tom� el liderazgo en la mediaci�n y envi� en julio de 1943 al capit�n Braz Dias de Aguiar a examinar las �reas problem�ticas. Era �ste uno de los m�s calificados expertos en fronteras de aquel vasto pa�s. Desde 1929 hab�a ejercido la Presidencia de la Comisi�n Demarcadora Brasile�a de la Frontera Norte, demarc�ndose bajo su responsabilidad las fronteras del Brasil con la Guyana Holandesa, Guyana Brit�nica y Venezuela.

Despu�s de una serie de circunstancias que permitieron al capit�n Braz Dias de Aguiar ampliar sus poderes para decidir sobre los puntos en disputa present� su informe final el 14 de julio de 1945. Sus decisiones cubr�an todos los puntos de diferencia tanto en el sector occidental como en el oriental.

Las decisiones de Dias de Aguiar

De acuerdo a McBride, "Las decisiones del Capit�n Dias de Aguiar, tal como estuvieron incluidas en la f�rmula aceptada por los dos pa�ses en 1944 y con los cambios introducidos en su informe final -m�s completo- del 14 de julio de 1945, cubr�an todos los puntos de diferencia que se hab�an presentado tanto en el sector occidental como en el oriental de la frontera. Dias de Aguiar hab�a recorrido la mayor parte de la zona lim�trofe en sus varias visitas a la frontera, habiendo volcado su riqu�sima experiencia en la soluci�n de todos los problemas lim�trofes de Brasil al arreglo de los desacuerdos en estas �reas problem�ticas. Su mayor prop�sito, lo se�alaba, era llevar a cabo la intenci�n de aquellos que hab�an dise�ado los t�rminos del Protocolo. Al mismo tiempo, �l reconoc�a que ese documento era un arreglo redactado muy apresuradamente bajo la presi�n de las circunstancias en la Conferencia de R�o de Janeiro, y que, adem�s, estaba basado en un conocimiento imperfecto de la regi�n a trav�s de la cual se hab�an proyectado los l�mites. Por tanto, busc� decidir por una l�nea que no s�lo cumpliera los prop�sitos del Protocolo, sino que tambi�n sirviera como un l�mite satisfactorio permanente, lo m�s libre posible de defectos que pudieran originar futuras controversias. Las decisiones que tom� fueron acertadas y, con pocas excepciones, aprobadas en su totalidad por las dos partes interesadas.

El primer problema sobre el cual el capit�n Dias de Aguiar emiti� una decisi�n fue con relaci�n al curso que los l�mites deber�an seguir tierra adentro a partir de la Boca de Capones. El decidi� que deber�a seguir el thalweg del Estero Grande (o Canal de Capones) dej�ndole las islas de Correa y Matapalo al Per� y Callejones, Tambeque y Pollos a Ecuador." ()

Dias de Aguiar y la Cordillera del C�ndor

"En el extremo meridional de la Cordillera del C�ndor, la Comisi�n Mixta hab�a podido ponerse de acuerdo con respecto al curso que el l�mite deber�a seguir, tan lejos como latitud 4o29'20"S y longitud 78o38'2"0. En el extremo norte de la Cordillera hab�a sido imposible llegar a un acuerdo. En vista de que los t�rminos del Protocolo eran imposibles de aplicar en el terreno, como ha sido observado, dado que la principal divisoria de aguas Zamora-Santiago no llega hasta el Yaupi, el capit�n Dias de Aguiar, buscando establecer el l�mite de acuerdo con la intenci�n obvia de los que dise�aron el Protocolo, decidi� que la l�nea deber�a seguir hacia el norte la divisoria principal de aguas a lo largo de la Cordillera del C�ndor hasta el punto donde una cadena de colinas se desprende del cuerpo principal de la cordillera en direcci�n noreste hacia el Yaupi, estribaci�n que deber�a continuar hasta la confluencia del Santiago-Yaupi. En el caso de que no llegara, incuestionablemente, a esta confluencia, el l�mite deber�a seguir una l�nea recta a partir del fin de la cadena hasta el Yaupi.

Esta parec�a ser la �nica soluci�n l�gica del asunto y fue aceptada por ambas partes. Esta decisi�n dej� a Ecuador los lavaderos de oro a lo largo de la mayor parte del r�o Santiago aguas arriba del Yaupi, incluyendo ciertas concesiones que hab�a hecho este pa�s a algunos norteamericanos para explotar estas arenas. La divisoria de aguas en la Cordillera del C�ndor ha sido demarcada desde el extremo sur hasta un punto ubicado en latitud 4o7'16,9"S y longitud 78o34'17,8"O. Se colocaron hitos en algunos otros puntos, pero el tendido de toda la l�nea no se ha completado aqu� (mayo de 1949).

Cuando se emprendi� la demarcaci�n detallada a partir del Yaupi hacia un punto indiscutido (latitud 3o5'22,5"S y longitud 77o56'35"O) cerca a donde concluye la cadena de colinas antes mencionada, nuevamente la Comisi�n Mixta no pudo ponerse de acuerdo totalmente. El Per� alegaba que la cadena continuaba del punto arriba se�alado, en una l�nea curva de bajas colinas que flanqueaban estrechamente el curso del Santiago inmediatamente sobre la confluencia Santiago-Yaupi. Ecuador sosten�a que la cadena terminaba en el punto mencionado, y que, por tanto, los l�mites deber�an seguir una l�nea directa desde all� hasta el Yaupi. El problema era si la l�nea de bajas colinas a lo largo del Santiago era, en efecto, una continuaci�n de la divisoria de aguas especificada por Dias de Aguiar, o si �sta constitu�a una cordillera separada, desconectada, independiente. Hasta el momento en que se ha escrito el presente documento (mayo de 1949), este punto peque�o, pero de cierta importancia, no ha sido decidido. Puede involcurar algunos lavaderos de oro y, posiblemente, una parte de las concesiones que Ecuador otorg� a intereses mineros norteamericanos.

Otra controversia incluida entre aquellas que Dias de Aguiar deb�a decidir, se centraba en la confluencia del Yaupi con el Santiago. A fin de trazar los l�mites a lo largo de la l�nea geod�sica indicada por el Protocolo desde la confluencia Yaupi-Santiago hasta la del Pastaza-Bobonaza, era necesario decidir la ubicaci�n exacta de la primera confluencia. Esto era importante porque la l�nea deb�a correr tan cerca a dos de los puestos avanzados del Per� -los denominados Cahuide sobre el Santiago y Vargas Guerra sobre el Morona-, que una diferencia de pocos metros en el extremo pivotal de esa l�nea podr�a decidir si estos puestos permanecer�an en territorio peruano o caer�an en el lado ecuatoriano de la nueva frontera. El punto tuvo que ser remitido a los mediadores. Dias de Aguiar, despu�s de estudiar cuidadosamente el asunto, encontr� que la exacta confluencia del

Santiago-Yaupi estaba ligeramente m�s hacia el sur-este (s�lo a 72 metros) de donde se le hab�a localizado en los reconocimientos iniciales, sin embargo, esta peque�a diferencia era suficiente para dejar ambos puestos en el lado ecuatoriano de la frontera, y el Per� estuvo obligado, aunque renuente, a abandonar los lugares y desplazar sus guarniciones a nuevos sitios m�s abajo en ambos r�os."

La mayor parte de los fallos favorecieron a Ecuador

De los quince problemas sometidos a los mediadores diez fueron favorables al Ecuador y s�lo cinco al Per�. A continuaci�n se enumeran todos poniendo en cursivas los que a juicio de McBride son los m�s importantes:

A) En la parte alta de la Quebrada La Laja

B) En la parte alta del r�o Puyango (con el puente Puyango)

c) En la Quebrada Trepazola

D) En el Cazaderos alto

E) En el Nudo de Sabanillas

F) En el r�o Blanco

G) En la parte norte de la Cordillera del C�ndor

H) En la confluencia Yaupi-Santiago

I) En la l�nea geod�sica Yaupi-Pastaza

J) En la selecci�n de la Quebrada Norte como la que corresponde al Zancudo Lagartococha (219-cap.7)

 

Las siguientes fueron las decisiones contrarias a las demandas ecuatorianas:

A) En el bajo Zarumilla, incluyendo las islas de Correa y Matapalo y en el delta del Zarumilla

B) En la parte baja de la Las Lajas seleccionada en lugar de la Quebrada Seca (o Faical) que Ecuador reclamaba.

C) En la parte baja de la Quebrada de Cazaderos

D) En Bellavista

E) (Posiblemente) en la cabecera del Lagartococha (no decidido todav�a) (219-cap.7)

Para mediados de 1949 McBride considera que pr�cticamente su tarea ya est� cumplida. La mayor parte de los 1500 km. de la nueva frontera hab�a sido reconocida, fijada de forma definitiva y completamente demarcada. Restaban peque�as excepciones en la cabecera del Lagartococha y a lo largo del G�epp� y aproximadamente 130 km a lo largo de la divisoria de aguas de la Cordillera del C�ndor. Para �l la ratificaci�n "final del sector oriental de la frontera deber�a ser una mera formalidad como lo hab�a sido la del sector occidental aunque, presumiblemente, uno u otro de los gobiernos podr�a plantear algunas objeciones incluso en esa tard�a fecha (143-cap.5)

De esos 1500 km 631 correspond�an al sector occidental que incluia 400 s�lo del tramo andino. Este sector occidental estaba casi completamente se�alado por caracter�sticas naturales: canales interislas, ca�ones, cimas de monta�as. De otro lado, el sector oriental sigue una divisoria de aguas (la Cordillera del C�ndor) por cerca de 250 km y cursos de r�os por cerca de 100. El resto, 469 km consiste en l�neas geod�sicas. Estas l�neas establecen sus l�mites determinados por factores naturales, que en su mayor parte son confluencias de r�os que se�alan cabeceras de navegaci�n.

Otro punto que preocupaba a McBride era la capacidad de esta nueva l�nea fronteriza de pervivir en el tiempo, de cumplir con las exigencias de una l�nea internacional. Considerada como tal la nueva l�nea tiene dos componentes por examinar, los principales y los secundarios. Los primeros son los esenciales, "son los que definen la l�nea en ambos sectores y dan su car�cter general a la frontera. Los secundarios, que en conjunto constituyen s�lo una peque�a porci�n de la frontera, no pueden alterar el car�cter general de la l�nea pero s� indicar posibles debilidades que pueden continuar creando dificultades, tal como ocurre en la mayor parte de los l�mites internacionales (159-cap.5)."

McBride examina entonces los que denomina segmentos principales para concluir categ�rico que "combinando estas secciones principales de la l�nea del Protocolo, tanto en el Este como en el Oeste los que en conjunto hacen alrededor de tres cuartos de la nueva frontera es evidente que la mayor parte de la l�nea trazada se sostiene en s�lidos fundamentos hist�ricos y geogr�ficos. Vista en perspectiva de tiempo y espacio, en sus aspectos geogr�ficos e hist�ricos, la frontera parece representar (con algunas excepciones menores) la divisoria natural entre los dos pueblos (164-cap.5)."

Sigue a continuaci�n un examen de los segmentos menores que, si bien son capaces de causar problemas en el futuro son sin embargo, susceptibles de negociaci�n entre las dos partes. Uno de los probables problemas que aborda es el de la necesidad de extender la frontera hacia el mar, m�s all� de la l�nea costera, en la Boca de Capones.


 

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