Jorge "El Capi" Rodríguez, un empresario altamente entusiasta con gran ambición y los medios necesarios para concretar sus proyectos decide hacerse de una franquicia de futbol y lanzarse a la aventura de la primera división rodeandose de un grupo de "asesores" de cuestionable reputación. Sin embargo tanto la novatez y falta de tacto mostrada por la directiva colibrí a lo largo del torneo resultaron realmente proverbiales. Imaginar que la rama de la 1a división recibiría con los brazos abiertos a un nuevo grupo que no se alineaba con los intereses creados al seno de la misma era tanto como creer en el cuento de la inmaculada concepción o que los niños vienen de París. Si a eso le sumamos las tronantes declaraciones de Jorge Rodríguez en contra de la FMF, en contra de los árbitros, en contra de la prensa, bueno... ¿qué es lo que la directiva esperaba obtener?.

Peregrinar por los pasillos del balompié mexicano pidiendo posada en la primera división y cuando finalmente les abrieron las puertas lo primero que se les ocurrió hacer fue patear el pesebre. ¿qué clase de dirigencia es esa? Y es que en el futbol, en la política, y en cualquier otra actividad se puede ser ventajoso, hipócrita, pero nunca llegar a ser tan... bueno, digamos "ingenuo" para no saber el terreno que se pisa ni medir verdaderas fuerzas propias y ajenas.