BÚSQUEDA DE VISIÓN
CEREMONIA

“Es importante que en algún momento de la vida uno implore por una visión. Que se vaya a la cúspide del Universo, ahí donde uno pueda respirar y sentir la presencia misma del Gran Espíritu, a una montaña donde encuentre el espíritu del cóndor y del águila. A una montaña donde uno encuentre la presencia de nuestros antepasados en el encuentro consigo mismo.

Nosotros tratamos de hacer este espacio para llevar a nuestra gente para que conozca, para que se encuentre a sí misma ante la Naturaleza, ante la presencia de lo sagrado, que pueda abrir los ojos tempranito en la mañana, cuando el Sol está saliendo y que pueda vivir el momento de la iluminación en la Tierra por la naturaleza misma de la creación, El Sol. Y de alguna manera también el atardecer, el Misterio que existe, estar a la intemperie, donde se encuentran las estrellas toda la noche y que uno pueda darse cuenta que su presencia es tan clara, tan directa.

Nosotros creemos que el Gran Espíritu está en todas partes, en todos los lugares; pero nuestra preferencia, nuestro gusto propio es encontrarlo en la Montaña, en la Naturaleza. Les llevamos allá para que puedan abrir los ojos, para que puedan verse a sí mismos allá, en el Universo, para que puedan darse cuenta que están frente al Creador mismo, que están de alguna forma identificándose ahí con el Gran Espíritu, y así se encuentren y se den cuenta de quienes son y de donde vienen, Ahí en la Montaña, ayunando, rezando, guardando silencio, que la primera enseñanza de espiritualidad de nuestra gente es saber escuchar, y así puedan tener la revelación de que hacer con sus vidas. Cuando están allí viven un encuentro sagrado, un momento real y verdadero.


La Búsqueda de visión es adentrarse en el misterio y permitir que el misterio se adentre en uno, es el desenredar la propia vida, darle una perspectiva una alineación, y ponerla frente a uno. Esto esta representado por los atados de tabaco que rodean al buscador cuando esta plantado en la montaña.

Aurelio Díaz – Tekpankalli.
El ser que va a la Búsqueda de Visión es un ser que ama, y que está ahí para acrecentar sus maneras de amar, y poder transmitir el cariño, el amor que le han entregado el Padre Sol y la Madre, Tierra, el Aire y el Agua. En el día y en la noche está en total alerta, tratando de ampliar su percepción y de recibir la instrucción tan conscientemente como pueda. Un buscador de visión es aquel que abre un espacio dentro de sí mismo, dejando ir aquellas cosas que ya conoce bien y que no valen la pena, y poniendo cosas mejores que sí valen la pena. La Búsqueda de Visión es adentrarse en el misterio y permitir que el misterio se adentre en uno.

Este es el propósito con el que nosotros hemos decidido entregar la custodia de un instrumento sagrado, La Pipa Sagrada, a quienes se comprometen con la Tradición, pues sabemos que son personas que han probado y se han probado a sí mismas su verdadera intención.

Encontramos, de esta manera, un árbol en la montaña. El será uno de los primeros maestros del buscador de visión, le dará sombra, le dará ánimo. Tiene, también, otros espíritus viviendo sobre sus ramas. El conocimiento de nuestros antepasados dice que quien conoce el espíritu del árbol, conoce en verdad el Espíritu de la Vida.

Estamos invocando al Misterio, a las fuerzas del Gran Espíritu para que nos guíen en la continuidad de la vida y tener un buen tiempo aquí en la Tierra. Una familia espera con el Fuego encendido, con una Pipa Sagrada para recordar, compartir y celebrar con todos los Hijos de la Tierra.”

El diseño de Búsqueda de Visión del Fuego Sagrado de Itzachilatlan es un diseño ascendente de cuatro años y en forma de compromiso: el primer año vamos a rezar cuatro días y encaramos la puerta del este, del color rojo, que es por donde llega el sol, por donde nos llega la luz del nuevo día, en este año vamos a rezar por la humildad, el segundo año vamos a rezar siete días y encaramos la puerta del sur, del color amarillo, donde esta el poder de la vida, de la naturaleza, de las medicinas, en este año rezamos por la voluntad, el tercer año vamos a rezar nueve días y encaramos la puerta del oeste, del color negro, del misterio, donde esta lo que aun no podemos ver o comprender, en este año rezamos por la sinceridad, el cuarto año vamos a rezar trece días y encaramos la puerta del norte, del color blanco, de la claridad, en este año rezamos por la integridad, por poder integrar todas las enseñanzas a nuestra vida.

Este diseño posibilita al Ser ver como se cierra un círculo, encontrar respuesta a sus preguntas, entregarse en la montaña, acostar su vida, ponerla para que la enseñanza descienda sobre él y el espíritu de la montaña penetre en su interior para que algún día pueda salir de él hacia la gente. El Compromiso es, simplemente, para probar la sinceridad y la seriedad, y cuan verdadero es el deseo del individuo de comprometerse con las enseñanzas del espíritu. Es un diseño para sacudir y lograr que solo se acerquen las personas dispuestas, verdaderamente, a ser lo mejor, y evitar que lo hagan quienes solo quieren curiosear. Aurelio Díaz Tekpankalli.

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INFORMACIÓN WEB - Iván Márquez Vergel - [email protected]


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