Mario Vargas Llosa en la tumba de Paul Gaugin. Islas Marquenas. Fotografia de Morgana Vargas Llosa del libro Las fotos del paraiso.
El paraiso en la otra esquina, de Mario Vargas Llosa. Alfaguara.
�El para�so en la otra esquina�

Por: Freda Mosquera.

(Articulo publicado en el periodico El Colombiano, Florida, USA)   

      �El para�so en la otra esquina�, la mas reciente novela de Mario Vargas Llosa, es una de esas raras joyas literarias.  En ella, Vargas Llosa narra la vida de dos so�adores ut�picos que buscaron la libertad absoluta: Flora Trist�n, en la justicia social; y su nieto Paul Gaugin en el placer est�tico, el goce absoluto, el arte y la belleza como bien universal. Dos universos unidos por un hilo de sangre, ambos personajes absolutamente rebeldes, Flora Trist�n, pionera del feminismo socialista, Paul Gaugin, uno de los grandes maestros de la pintura universal, fundador del sintetismo.
     Precedida por los socialistas ut�picos Fourier, Saint Simon y Owen, cuyas ideas florecieron en la Francia de comienzos del Siglo XIX, surge la figura de Flora Trist�n.     Trist�n discrepa con algunas de sus ideas y postulados, pero coincide con ellos en la b�squeda de una sociedad igualitaria, en donde hombres y mujeres tengan derecho al trabajo, a la instrucci�n y al pan cotidiano y gratuito.
     Liberada de un marido abusador, perseguida y en medio de penurias econ�micas, revoluciona el mundo de las ideas socialistas y publica varios libros controversiales: �Peregrinaciones de una paria�, �Paseos por Londres� y �La uni�n obrera�. Pero la labor de Flora Trist�n no se limita a escribir, sino que inicia una especie de cruzada de redenci�n de la mujer y el proletariado, a trav�s de una gira de a�o y medio por Francia, que es relatada en la novela de Vargas Llosa y que sirve de estrategia literaria, para que el personaje, que se acerca a una muerte temprana, a los 41 a�os de edad, recorra imaginariamente su vida, desde su infancia, su viaje al Per�, a la Arequipa de lujos y miseria, al Londres, sede del capitalismo industrial y a la Francia, de los talabarteros, obreros, artesanos, campesinos, talladores, curtidores. Pero la Flora Trist�n de Vargas Llosa, �Florita� como el la llama, a lo largo de esa conversaci�n sostenida por el narrador con su personaje, en una segunda persona, a veces mordaz, siente repugnancia por el sexo, es irritable, esposa pr�fuga y madre negligente y vive con el metal fri� de la bala que le disparara el marido, y que no pudieron extraerle, junto al coraz�n.
     Aline Gaugin, la hija de Flora Trist�n y madre de Paul Gaugin, es el lazo que une a estos dos genios de las ideas pol�ticas y del arte. La muchacha que pas� la infancia en orfanatos, y fue secuestrada varias veces por su padre, le leg� a Gaugin un amor por las culturas primitivas y lo llev� al Per�, donde transcurrieron los primeros siete a�os de la vida del pintor. �Pese a mis ojos azules y a mi apellido franc�s, soy un Inca, Se�or, mi marca es mi nariz�, dice Gaugin.  Vargas Llosa nos devela el infierno del Gaugin que un d�a se pregunt� �donde quedaba el para�so? En busca de ese para�so, �de un mundo puro y primitivo en cuya tierra de cielos sin inviernos, el arte no fuera un negocio m�s de los mercaderes de arte, sino un quehacer vital�l�, Paul Gaugin rompe con el establecimiento art�stico en Paris y parte en busca del para�so a las islas de la Polinesia francesa. Se instala en Tahit�, junto a los maor�es.  La necesidad de ser aceptado por ellos, lo lleva hasta las Islas Marquesas, las mas remotas en el Pacifico, en busca de una cultura no contaminada por la civilizaci�n europea y en donde fallece, victima de �la enfermedad impronunciable� en 1903. En estos parajes que Vargas Llosa recorri� para escribir su novela �El para�so en la otra esquina� y cuya traves�a fue recogida en el libro �Fotograf�as del para�so� de Morgana Vargas Llosa, Paul Gaugin, pint� los cuadros que hoy en d�a siguen ilumin�ndonos con su belleza, su misterio, sus colores vivos, la placidez del rostro de los ind�genas. Vargas Llosa nos lleva hasta esa esquina, ese para�so donde los tres sexos conviven en absoluta libertad sexual: los hombres, las mujeres, y los �taata vahine�, los �mahu�. El Gaugin de Vargas Llosa sucumbe fascinado ante la ambig�edad de este tercer sexo: el hombre-mujer y lo materializa en sus pinturas como un homenaje a lo extinto.  Tal vez sea esta parte de la narraci�n, la m�s gratificante: cuando a trav�s de la palabra de Vargas Llosa, que oficia de vidente, de visionario, de hechicero, los lectores asistimos al instante de la creaci�n de obras maestras como �Manao tupapau� conocida como �El esp�ritu de la muerte mirando� o ��De donde venimos, quienes somos, a donde vamos?�.

El C�rculo de Lectura en Espa�ol de la librer�a Barnes & Noble de Plantation seleccion� �El para�so en la otra esquina� del novelista peruano Mario Vargas Llosa para lectura y discusi�n en su reuni�n del mes de Julio del 2003. 

Las reuniones se realizan el segundo jueves de cada mes en la sede de la librer�a ubicada en el 591 South University Drive de la ciudad de Plantation.

�Circulo de Lectura en Espa�ol:
cinco a�os compartiendo el placer de la lectura�.
��De donde venimos, quienes somos, a donde vamos?� pintura de Paul Gaugin.
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