Ciencia Ficción Perú

 

Editorial

Las universidades (e instituciones de educación dizque superior) peruanas

Mediocridad comprobada




Hace ya como dos años, publicamos un Editorial con el siguiente título: Las universidades peruanas, las instituciones más inútiles que existen.

Si bien el tema no parece pertenecer al campo de la ciencia-ficción, si tiene que ver con algo que los aficionados al género conocemos bien: la extrapolación, esto es, la proyección al futuro de las tendencias presentes, el famoso “si esto sigue así…” que ha dado origen a las historias más típicas de la ciencia-ficción: las que especulan cómo será el FUTURO.

Dada la ubicación espacio-temporal del escritor de turno, los futuros imaginados no tenían por que parecerse unos a otros. Julio Verne, testigo de la revolución industrial, prevé un futuro más o menos optimista, donde el hombre conquista el universo, los mares y los aires gracias a la tecnología. H. G. Wells, unos años más adelante, prevé situaciones menos optimistas, como la amenaza de una invasión extraterrestre (La guerra de los mundos) o la manipulación genética (La isla del doctor Moureau).

Bien, extrapolando la calidad de universitarios que tenemos en el Perú actualmente, sumado al hecho, verificable por cualquiera, de que tenemos aproximadamente el doble de estudiantes universitarios que Francia, ¿qué futuro nos espera? Sea cual sea, es difícil proyectarlo con optimismo.

En estos días de abril de 2004, los concesionarios del transporte público de la capital están cuestionando la vigencia del medio pasaje para estudiantes universitarios y de educación superior. ?Qué es esto del medio pasaje? Nuestras sabias leyes establecen que los estudiantes universitarios tienen un pasaje preferencial, equivalente a la mitad del pasaje normal. Si el pasaje normal está a 1 sol, el pasaje universitario deberá costar 0.50 céntimos. Esto, con la idea de apoyar a la juventud estudiosa (una muletilla estúpida que he escuchado por años), que carece de ingresos propios.

Bueno, pero entonces ¿por qué no abaratar los demás servicios a los que acceden los estudiantes universitarios, como son cigarrillos, cerveza, chat, pornografía y prostitución? ¿Alguien ha visto alguna vez a un universitario presentar el carnet que lo acredita como tal (siempre y cuando no sea falso, claro) para pedir que le cobren la mitad del precio de un libro en alguna librería? ¿Alguien ha visto a algún estudiante universitario en alguna librería últimamente? Si lo que se desea realmente es apoyarlos, en última instancia TODO producto o servicio debería ser más barato para los estudiantes de educación superior.

Honestamente, creo que el objetivo de la ley que otorga el medio pasaje universitario es bueno. Pero, también honestamente, ¿acaso no existe un exceso de universitarios y estudiantes de institutos de educación superior? ¿Alguien duda de que dichos institutos e universidades son fábricas de títulos en lugar de casas del saber? Una parte del negociado es para los promotores de universidades e institutos de dudosa calidad educativa, quienes se llenan los bolsillos con el dinero de las pensiones. En contraprestación, el “estudiante” recibe el beneficio de a) Poca o nula exigencia intelectual, b) Un título seguro a mediano plazo y c) Medio pasaje por cinco años o más.

Díganme si en el Perú no es negocio ser promotor de una universidad o instituto, o ser estudiante universitario. El problema del futuro próximo (¡muy próximo!) es: ¿qué va a hacer la sociedad con tantos “profesionales”? Los optimistas creyentes en el “mercado” dicen: para eso está la competencia, los mejores siempre obtendrán puestos de trabajo. ¿Y el resto? ¿Habrá que inventar semanas laborables de tres días, o meses quincenales, para que dos profesionales puedan ocupar el mismo puesto de trabajo?

El primer problema, el exceso de futuros profesionales, se suma al hecho de que muchos de ellos serán una tira de mediocres, con títulos de mentira bajo el brazo que no servirán para nada. Para nadie es un secreto que nuestra sociedad, sobre todo la limeña, tiene ya una clasificación de las universidades, desde las que considera buenas o “de prestigio” hasta las malas o “arcas de Noé”, y actúa en consecuencia. Verifiquen con qué universidades tienen convenios las grandes empresas, los bancos, las petroleras, las pesqueras… y verán que muchos puestos ya están “pedidos”. Es como si dijéramos: ¿si no estudias en la universidad tal, para qué estudias?

Por cierto, esta actitud preferencial para con los egresados de ciertas casas académicas parece un acto de marginación hacia los egresados de otros sitios. Pero, es justificable esta actitud?. En todo caso, juzgue el lector si el "estudiante de educación superior" que fue capaz de perpetrar la siguiente carta, puede considerarse un profesional competitivo:
 


"Señores de XXXX

 (por razones periodísticas, se omite el nombre del destinatario)
 
Tengo el honor de dirijirme a Uds. y al mismo tiempo resiban el saludo de la Asociacion de Estudiantes de Educacion Superior.La razon esta es para pedirle informacion referente a la Ley de medio pasaje universitario.ya que la crisis economica que atravezamos es tan dificil y no sotros como estudiantes somos los mas afectados ,le agradesco de antemano su contestacion y nos remitan la ley  .
    
atentamente
   
ASEESUM. presidente

 (por piedad, se omite el nombre del remitente)"



Y encima exigen medio pasaje. A este señor deberíamos “exijirle” una compensación por permitirle considerarse un “estudiante de educación superior”.

Exceso de profesionales que además son mediocres. ¿Se puede cambiar esta situación? Claro, pero ningún político querrá adoptar medidas que, definitivamente, serían impopulares, como son el cierre de universidades o institutos que carezcan de la calidad mínima, el cierre de facultades con exceso de profesionales, la elevación de niveles de exigencia académica (ahí los que se quejarían primero serían muchos estudiantes, seguro). Todo el mundo se llena la boca con la palabra educación, pero no se ven acciones concretas.

Por ejemplo, hace poco el Ministro de Justicia y la SUNARP "premiaron" a varios egresados de la carrera de derecho. Pero el Colegio de Abogados de Lima hace ya tiempo emitió un comunicado en el que daba cuenta del exceso de abogados que existían en el país, exhortado a las autoridades pertinentes hacer algo al respecto. Pero si un Ministro y una institución pública otorgan premios a los estudiantes de derecho (?y  por qué no hay premio para estudiantes de física, química, biología, antropología, historia, numismática y cosmetología?), obviamente el resto de la población (escolar, sobre todo) se verá inducida a creer que la abogacía es una carrera rentable.

Si esto sigue así…


Daniel Salvo © mayo de 2004




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