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Todos contra Harry Potter




Todos contra Harry Potter


Una de las noticias más destacadas por los medios de comunicación ha sido la publicación del quinto volumen de la saga de Harry Potter, "Harry Potter y la Orden del Fénix". Sin temor a equivocarnos, consideramos que ha sido uno de los acontecimientos literarios del año.

De hecho, Harry Potter es un fenómeno editorial y cinematográfico. Y como todo fenómeno, empieza a generar reacciones a su alrededor. Si bien la mayoría de estas reacciones son de euforia y expectativa ante lo que J.K. Rowling pueda escribir, se pueden sentir algunas voces contrarias al niño mago.

Desde el Mundo Literario (así, con mayúsculas), tenemos las reacciones de escritores consagrados como José Saramago, premio Nobel de literatura del año 2001, y Harold Bloom, autor de importantes libros sobre literatura como "El canon occidental" y "Cómo leer y por qué". Ambos escritores han manifestado una actitud crítica ante el fenómeno Harry Potter.

Saramago emitió una serie de declaraciones basadas más en prejuicios que en una lectura desapasionada y crítica de los libros de J.K. Rowling. En una entrevista publicada en el Diario "Folha de Sao Paulo" de España (y luego reproducida en otros medios del ámbito hispanoamericano), Saramago llegó al extremo de considerar que Harry Potter era similar al "Señor de los Anillos". La ignorancia es atrevida, y parece que incluso puede ostentarla un premio Nobel, puesto que Saramago reconoce no haber leído ningun libro de Harry Potter.

"Según el escritor portugués, tanto los libros sobre el héroe adolescente que se enfrenta a magos y dragones como la obra de Tolkien, publicada en los años cincuenta, tienen una "especie de falso medievalismo, con castillos misteriosos y brujas". Saramago expresó que el éxito de ese tipo de literatura se debe a "una necesidad" de relacionarse con lo sobrenatural, algo que, añadió, también se nota en la multiplicación de sectas religiosas." (El Mundo, 7 de Diciembre de 2000)

Es curioso, además de absurdo, que un escritor reste méritos a un libro y a sus lectores por la "necesidad" que el libro satisface y que los lectores, según Saramago, poseen. Así, yo podría decir que los libros de Saramago son malos por que nadie lo conocía antes de ser premiado con el Nóbel, y que son leídos por que satisfacen la necesidad de ser considerados dentro del grupo de lectores "culturosos" que sólo leen a escritores premiados. O que satisfacen la necesidad de leer a autores portugueses. Todo lector tiene una necesidad, y todo libro satisface (sobre todo si es bueno) esa necesidad. Ningún lector se siente motivado por libros "neutros".

Quizá el escritor lusitano (portugués, pues) haya manifestado con estas afirmaciones su temor a la banalización de la literatura, lo cual estaría bien si no fuera por que no tiene como fundamentar este temor. Creo que uno solo puede opinar sobre aquello que conoce, y José Saramago no conoce a Harry Potter. Y, estoy seguro, tampoco conoce a J.R.R. Tolkien. Ahora bien, nada de esto quita que pueda tener razón en sus apreciaciones, pero esto sería como acertar de chiripa.


Harold Bloom, en cambio, por lo menos opina con conocimiento de causa. En un artículo publicado en el suplemento cultural "Identidades" del Diario Oficial El Peruano, leemos:

"Acerca de la exitosa serie de novelas de la inglesa J. K. Rowling, que ha vendido 35 millones de ejemplares,[Harold Bloom] opina: "Me leí Harry Potter y la piedra filosofal (Harry Potter and the Sorcerer's Stone, 1997). ¡Qué mal escrito está! Está lleno de frases tópicas y de repeticiones. Francamente, me decepcionó mucho. Si los de Harry Potter son ahora los libros más populares en todo el mundo, tenemos un problema terrible". (Suplemento "Identidades" del Diario Oficial El Peruano, 3 de febrero de 2003).

No contento con estas afirmaciones, y cual quijote de la literatura "culta", ha publicado una recopilación de cuentos y relatos con el pretencioso nombre de "Relatos y poemas para niños extremadamente inteligentes de todas las edades" (Editorial Anagrama, 2003). El libro, que parece interesente, ofrece el grave inconveniente de tener un precio bastante elevado (en nuestro medio, 120 soles). Para niños extremadamente ricos.

Las afirmaciones de Bloom son tremendistas y pretenciosamente exquisitas. Es lo que Umberto Eco llamaría un "apocalíptico", una de esas personas que anuncian a cada momento la muerte de la cultura y cosas por el estilo. Da la impresión que el reputado crítico, con quien comparto más de un criterio (para que vean en que niveles me muevo, soy pata de Harold), vive en un mundo de lectores amenazados por la subliteratura. Esa afirmación final, "tenemos un terrible problema", contradice totalmente la realidad: al menos en el Perú, con uno de los índices más bajos de lectoría que se haya visto nunca, ¿puede considerarse un problema que la gente, en especial los niños, se lean volúmenes extensos de aventuras fantásticas? ¿Ahora resulta que es malo leer? ¿Por fin, en qué quedamos? Harold Bloom puede opinar lo que quiera, como crítico literario que es, acerca de Harry Potter y de cualquier libro, y es posible que los libros de J.K.Rowling nunca formen parte de ningún canon académico; pero considerar su lectura como "un problema terrible" ya cae en el exceso y en el ridículo, al punto que ha llegado a publicar una recopilación de relatos "cultos" para niños. ¿Es realmente tan ingenuo como para creer que los niños van a deshacerse de sus libros de Harry Potter para comprar su recopilación? Harold Bloom opina también que Gabriel García Márquez "es un escritor de fórmulas, que repite siempre la misma receta " y cuya lectura le cansa. ¿Deberemos también dejar de leer a García Márquez por que Harold Bloom lo tiene en poca estima?

La moraleja es la siguiente: hay que tomar en serio a los críticos, pero no tan en serio.

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El otro grupo de enemigos del pequeño mago es más numeroso y, lamentablemente, más peligroso: son los fundamentalistas religiosos que nunca faltan. Esos que ven al demonio en todo lugar y manifestación de la existencia humana, desde el sexo hasta los cuentos para niños. Harry Potter ha sido "prohibido" en lugares tan alejados entre sí como Alemania , Rusia, Panamá, Ecuador, Australia  y EE.UU. Católicos y protestantes se suman a la "cruzada" anti-Harry Potter.

- En el pueblo alemán de Rietheim, "el consejo de la comunidad evangélica decidió por mayoría que las aventuras de Harry Potter son perjudiciales para los más pequeños, ya que pueden conducirles a creer en la magia y los espíritus". (publicado en la Sección Cultura de YupiMSN).

- En Alamo Gordo, Nuevo México, el pastor Jack Brock llamó "fogata sagrada" a la quema de novelas y otros artículos concernientes "a la brujería, al mal y las cosas del diablo". Los feligreses "cantaron y aplaudieron mientras centenares de libros de Harry Potter fueron quemados bajo el presunto estigma de que convocan al mal y promueven el interés de los niños por la brujería". (Raúl Caballero, editor del periódico "La Estrella", Texas, EEUU 4/1/2002).

Más ejemplos de estas actitudes intolerante y anacrónicas se pueden encontrar en  "Herencia Cristiana" (http://www.herenciacristiana.com/policia.html), página web cuyo contenido es en general muy crítico para con el cristianismo en todas sus variables. Sin embargo, recoge también la noticia de que el Vaticano ha opinado que las novelas de Harry Potter "defienden los valores morales cristianos" (!), no ofreciendo su lectura peligro alguno para los católicos. No solo eso: en una página web "cristiana", encontré uno de los más desapasionados análisis del personaje Harry Potter , su influencia en los niños y el concepto de "magia" que se maneja en las novelas de J.K. Rowling. Por supuesto, el autor de la nota (de filiación católica, al parecer) no deja de tener algunas dudas respecto a la "corrección" de Harry Potter (advierte cierta influencia del "NeW Age"), pero no cae en el extremo de condenar los libros y las películas de nuestro brujito a la hoguera o al Index.

 A quienes les interese el artículo, titulado "Encantados por Harry Potter", pueden leerlo en la siguiente dirección: http://www.multimedios.org/docs/d001084. Así que ya
lo saben: Monseñor Cipriani no va a llamar a los libros de Harry Potter "esa cojudez".


Daniel Salvo (c) julio de 2003


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