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La primera historia navideña de ciencia ficción que recuerdo haber leído es del maestro Isaac Asimov. Se trataba de "Navidad en Ganimedes", que muestra al Buen Doctor en una faceta mas bien humorística. Como hace notar el relato, en condiciones distintas, la celebración navideña puede devenir en un evento disparatado.
No siempre es así en la ciencia ficción. Ray Bradbury tiene un melancólico cuento ambientado en Marte, en el que un sacerdote tiene la ilusión de ver a Cristo alguna vez en su vida, y lo logra... pero no se trata de Cristo, sino de un marciano que reacciona telepáticamente a sus deseos. El marciano es liberado con la condición de volver cada Navidad y presentarse así, recubierto de la carne fantasmal de Cristo.
Los extraterrestres del Pueblo creado por Zenna Henderson, en cambio, no tienen problemas en adoptar la religión cristiana, aceptando y celebrando un advenimiento y una encarnación divina en un ser que, para ellos, sería completamente alienígena.
Ya lejos del campo de la ciencia ficción, y adentrándonos en el pensamiento de Theilard de Chardin, utilizado por Dan Simmons en la saga de "Endymion", se aceptaría la encarnación de Dios en Jesús como la ÚNICA encarnación de este tipo, en un acto que bastaría para redimir a todo el universo, es decir, a todas la criaturas inteligentes. Algo así se plantea en "Eifelheim" de Michael Flynn, novela en la que unos extrarrestres forzados a quedarse en la Europa medieval, acaban por convertirse al cristianismo.
La religión vista por la ciencia ficción puede generar estupendas ficciones altamente especulativas, aún aquellas que el lector podría considerar como "ciencia ficción piadosa". Me vienen a la memoria cuentos de Anthony Boucher (El diablo estaba enfermo, En busca de San Aquino) o la novela "Cántico a San Leibowitz" de Walter M. Miller. En estos ejemplos, la religión cristiana cumple un rol positivo, acorde con las ideologías religiosas de los autores. Como para contarlas junto a un árbol de navidad o junto a un pesebre (claro, si tienen tiempo).
Por supuesto, hay aproximaciones más irreverentes a la divinidad, como "Remolcando a Jehová" de James Morrow (Dios muere y la gente no sabe qué hacer con su cadáver) o esa deliciosa fantasía de Anatole France, "La rebelión de los ángeles", con una corte de santos y ángeles que más parecen una tira de pícaros y oportunistas, donde Dios vive fastidiado debido a que la gente admira más a su Hijo que a El...
Como sea, para todo el mundo: FELIZ NAVIDAD Y PROSPERO AÑO NUEVO.
Daniel Salvo
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