Un resumen de las distintas formas de culpabilidad
                   (Extracto del libro "La Ley y el Delito")

                                                               Luis Jim�nez de As�a

Quisi�ramos ahora ofrecer un ejemplo para la mejor comprensi�n de todos estos grado de culpabilidad. Podemos utilizar el caso m�s caracter�stico de un automovilista. Aun cuando es muy raro, hace bastante tiempo que ha aparecido en La Scuola Positiva el caso concreto de dolo directo por atropello. Es la primera hip�tesis que vamos a formular. En ella, el sujeto, en vez de utilizar el rev�lver o el cuchillo para herir o matar a otro, le aplasta con su autom�vil: pone su coche en marcha, maneja el volante en forma adecuada y arremete contra la v�ctima, atropell�ndola. Este es un homicidio por dolo directo.
Segunda hip�tesis: El corredor que apost� por su propia victoria encuentra en su camino unas gentes instigadas por el otro concursante que llenan la carretera. El conductor las atropella sin desear su muerte; pero el resultado es consecuencia necesaria de su acci�n al pasar.
Tercera hip�tesis: Al corredor que, para adelantar a sus concursantes, lleva su coche a gran velocidad, se le representa el peligro de que un transe�nte se cruce en la carretera y ratifica el evento luctuoso para no perder su marcha vertiginosa que le har� due�o del premio. Este es el dolo eventual si el atropello se produce.
Cuarta hip�tesis: Imaginemos el mismo caso anterior, pero el sujeto, cuando se le representa el resultado, espera de su pericia no producir ning�n accidente; si el atropello se produce es un caso de culpa �con previsi�n�, o mejor, culpa consciente a la que tambi�n se llama con representaci�n.
Quinta hip�tesis: Pi�nsese, en cambio, que no ha previsto el resultado y que no se lo ha presentado a pesar de que deb�a represent�rselo porque iba a pasar en ese instante por un lugar concurrido. Es el s�lito caso de culpa.
Sexta hip�tesis: Por �ltimo, supongamos un chofer que marcha con moderad�sima velocidad y atropella a un ni�o que sale corriendo inesperadamente de la acera y se cruza en la calzada. El hecho no pudo ser previsto por el conductor. Es un caso fortuito en que la culpabilidad se excluye.
Incluso, sin abandonar el ejemplo, podr�amos configurar en �l un homicidio preterintencional, y de �ste modo se formular�a una s�ptima y realmente �ltima hip�tesis: un chofer, deseoso de vengarse de su enemigo, le embiste a poca velocidad con su autom�vil, sin tener m�s intenci�n que la de golpearle con una aleta del coche. Prev�, sin duda, que la v�ctima pueda sufrir da�o m�s grave que el golpe que decide propinarle. En efecto; el infeliz adversario del chofer cae desmayado por la contusi�n sufrida y se golpea contra el parachoques delantero de la m�quina, fractur�ndose la base del cr�neo.

                                                                Luis Jim�nez de As�a
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