Mecanismos Sensoriales Del Complejo Dentino Pulpar
La dentina y la pulpa subyacente constituyen una unidad estructural que
denominamos el complejo dentina pulpares, altamente sensible y en donde ambos
tejidos funcionan estrechamente ligados, tanto en estado de salud, como en
estado patológico.
Luego de penetrar la pulpa, los nervios pulpares se ramifican y forman el plexo
subodontoblástico, que da origen a las fibras que pueden pasar a la capa
odontoblástica o incluso a los túbulos dentinarios. Todavía se desconoce si
todos los estímulos aplicados al esmalte o a la dentina pueden activar en forma
directa las fibras nerviosas pulpares o si interviene algún proceso intermedio.
Actualmente son tres las principales teorías sobre cómo sucede el mecanismo de
excitación.
Teoría de la Inervación Dentinaria
La dentina estaría inervada y las terminaciones nerviosas penetrarían a los
canalículos dentinarios hasta alcanzar el límite amelodentinario, que es la
región de mayor sensibilidad dolorosa. Sin embargo, tanto a la resolución del
microscopio óptico como del microscopio electrónico se sabe que las fibras
nerviosas que provienen de la pulpa dentaria pasan entre los odontoblastos
llegando solamente hasta la predentina y un pequeño número de ellas, 40%
aproximadamente penetran en los túbulos hasta las capas más internas de la
dentina.
Quienes apoyan esta teoría afirman que debido a problemas asociados con]a
fijación del diente, aún no es posible demostrar el trayecto completo de las
fibras nerviosas por todo el espesor de b dentina.
Teoría Odontoblástica
Los odontoblastos y sus prolongaciones como mecanismo receptor intradentario. El
odontoblasto con su proceso odontoblástico, que se extiende a lo largo de la
dentina, tendría una función sensorial especial, pues actuaría como una célula
receptor captando y transmitiendo los estímulos aplicados él la dentina, hasta
las fibras nerviosas subdentinarias e intrapulpares.
Teoría Hidrodinámica de Branstom y Astrom
Los estímulos, incluyendo ráfagas de aire frío y azúcares hipertónicos (dulces),
pueden provocar movimiento del líquido en el túbulo dentinario. Tal
desplazamiento estimula las fibras, nerviosas nociceptivas localizadas en el
tejido pulpar de lo túbulos afectados, lo que provocaría el dolor.
Los receptores del dolor estarían ubicados en la pulpa y no en la dentina y los
estímulos que evocan un dolor dentinario excitarían a estos como resultado del
desplazamiento de los contenidos de los túbulos o canalículos dentinarios.
Los investigadores evocaron dolor dentinario en cavidades talladas en dentina
por medio de estímulos de corriente de aire (aplicada durante dos minutos) o con
un papel filtro seco absorbente (durante un minuto). La estimulación dolorosa
con el papel filtro seco no se debí1 simplemente al toque mecánico sobre la
cavidad, ya que no ocurría si previamente se humedecía el papel, Luego de
obturar las cavidades, se analizaron histológicamente estas piezas dentarias,
observándose gran desorganización de la Capa odontoblástica acompañada incluso
por lisis de estas células. No obstante, las piezas dentarias con tales
alteraciones no presentaban insensibilidad dentinaria manifiesta la estimulación
con una sonda o con un papel filtro seco. Por tanto, conc1uyeron que los
odontoblastos tendrían poco o nada que ver con la transmisión dolorosa a través
de la dentina.
A pesar que las pruebas experimentales actuales, favorecen al mecanismo
hidrodinámico, se requiere aún una mayor cantidad de evidencias que corroboren
esta teoría, para lograr una explicación satisfactoria acerca del mecanismo
fisiológico de la nocicepción dentinaria.