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Los 146,5 kilómetros de la decimocuarta etapa que separaban Santander de los lagos de Covadonga fueron todo un lujo deportivo. Primero porque se rodó muy fuerte, al final se logró una media de 40,296 km/h, gracias a la fuga inicial y luego por la esperada lucha entre los tres grandes ciclistas españoles que se juegan la Vuelta.
Un abrasador sol y una sofocante brisa del Sur quemaban los rostros de los ciclistas y sobre todo a algunos, a lo que no dejó respirar con normalidad. Ello no impidió que desde la salida hubiera ataques constantes que prosperaron a los 36 kilómetros con la escapada compuesta por los extranjeros Kessler, Vinokourov, Finco Guidi, Sganbelluri, Baldato, Brochard, Botero, Cárdenas, Bramati, Lanfranchi, Hervé, Zintchenko, Hugo Peña y Pugacci, junto a los españoles Rafa Díaz (Once) y Germán Nieto (Relax-Fuenlabrada).
La mayoría era consciente de que los grandes de la general de la Vuelta se iban a vigilar hasta el puerto de los Lagos y entre todos colaboraron en los relevos para tomar gran ventaja.
A la entrada de Asturias por Bustio ya tenían 4 minutos sobre un pelotón del que tiraba el Festina del líder Casero. La ventaja la mantuvieron por Llanes y Posada para descender a 3 minutos en el alto de la Robellada, donde fue primero Rafa Díaz. La fuga llegó así al pie del santuario de Covadonga y en esos 12 kilómetros de ascensión de los Lagos rápidamente tomó la iniciativa Zintchenko (La Pecol) para irse en solitario. El ruso hizo una exhibición de fuerza y capacidad de sufrimiento ante los aplausos de millares de aficionados de todos los rincones de España que se dieron cita en la montaña asturiana portando banderas de sus regiones y pancartas de ánimo. Zintchenko vio cómo los grandes de la Vuelta le iban limando poco a poco la diferencia, pero el ruso llegó triunfador a la meta de Buferrera con una autoridad impresionante. Fue el suyo un recital que mereció tales honores luego en el podio.
La otra batalla por ganar la Vuelta se inició en los últimos 15 kilómetros porque Kelme impuso un fuerte ritmo antes de iniciarse el puerto, con Cabello y Vidal, y ya en la subida con toda su batería de escaladores. Fueron las arrancadas de Escartín y Óscar Sevilla las que hicieron más daño bajo tan duras pendientes y un sofocante calor. Se rompió todo el pelotón en numerosos grupos y los cuatro asturianos no pudieron estar ya con los primeros. Sevilla tiró de Heras, al que sólo pudieron seguir inicialmente Laiseka, Sastre y el sorprendente y sensacional Santos González. Mientras, el líder, Ángel Casero, acompañado por Igor Galdeano y Alberto López de Munain, prefería subir a su ritmo antes que ahogarse y sucumbir totalmente. En las duras rampas de la Huesera, del 15 por ciento, Sevilla aún realizaba los últimos esfuerzos para Heras y éste le tomaba el relevo en la subida del 17 por ciento para luego irse en solitario hacia adelante.
Casero subía entonces muy agarrotado y pasó de tener un retraso de 42 segundos a ceder 1.10, que le ponía a sólo 5 segundos de perder ya el liderato. Igor Galdeano tenía muchos problemas para seguir al maillot oro, pero demostró una fenomenal capacidad de sufrimiento. Desde el coche de su director, Javier Mínguez, recibía ánimos y también palabras de calma. Seguro que Miguel Indurain, que también iba en ese vehículo, daba consejos de cómo superar la montaña maldita que tanto se le atragantó al pentacampeón del Tour de Francia. Heras llegó a tomarle 1.20 a Casero, pero debió tener algún problema de flato porque echó por momentos manos a la cadera cuando tiraba de él su otro gran compañero, el colombiano Cárdenas, que se había retrasado a esperarle en la fuga.
Ya a 3 kilómetros de la meta, Heras se fue hacia adelante solo y alcanzó a otro fugado, Pugaci, que incluso le dio algunos relevos y hasta le superó en la meta de los Lagos. El salmantino volaba porque ya era líder virtual al aventar en 1.30 a Casero. Pero el último repechón hacia la meta de Buferrera le tenía ya mermado y eso le permitió entrar sólo con 1.15 sobre el líder de la Vuelta, que llegó junto Rumsas, Galdeano y un recuperado Tonkov.
Al empatar a tiempos en la general, Heras se vio beneficiado por las 330 milésimas de las contrarrelojes y finalmente le permitieron enfundarse el maillot de líder. Claro que antes una confusión de los jueces de llegada obligaba a que Casero siguiera subiendo al podio como si estuviera al frente de la clasificación. Rubiera entró a 3.38, en un mal día que supo capear, mientras que los otros asturianos Coque Uría, Marcelino García y Ricardo Valdés entraron entre los 60 mejores.
La Clasificación de la etapa quedó:
1º ZINTCHENKO, Andrei RUS LAP 3:38:08
2º PUGACI, Igor MDA SAE a 57
3º HERAS, Roberto ESP KEL a 1:00
4º CARDENAS, Rafael COL KEL a 1:26
5º SASTRE, Carlos ESP ONC a 1:35
6º HERVE, Pascal FRA PLT a 1:37
7º LANFRANCHI, Paolo ITA MAP a 1:58
8º SEVILLA, Oscar ESP KEL a 1:58
9º GONZALEZ, Santos ESP ONC a 2:00
10º LAISEKA, Roberto ESP EUS a 2:02
 Los Kelme tiran del pelotón Sevilla Marca un ritmo duro al grupo Heras pasa al ataque Casero encabeza la persecución a Heras Cardenas espera a Heras Zintchenko es empujado por un aficionado Casero en dificultades Heras deja a Cardenas Zintchenko en la meta |
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