Helmut Wagner
Tesis sobre el bolchevismo
Índice
II. LAS PRECONDICIONES DE LA REVOLUCIÓN RUSA.
- La sociedad rusa estaba decisivamente condicionada por su posición
entre Europa y Asia. Mientras que la más progresiva fuerza
económica y la más fuerte posición internacional
de Europa occidental habían destruido en Rusia, antes del fin
de la Edad Media, los primeros comienzos de un desarrollo comercial
capitalista, la superioridad política del despotismo oriental
había creado los cimientos del aparato estatal absolutista
del Imperio ruso. Rusia ocupaba así no sólo geográfica,
sino también económica y políticamente, una posición
intermedia entre los dos continentes, combinando sus diferentes sistemas
sociales y políticos a su propia manera peculiar.
- Esta posición internacionalmente ambigua de Rusia ha influido,
decisivamente, no sólo en su remoto pasado, sino también
en los problemas de su revolución durante las primeras dos
décadas del siglo XX. El sistema capitalista creó, en
la era de la ascensión imperialista, dos centros, recíprocamente
opuestos pero íntimamente entrelazados: en el área fuertemente
industrializada de Europa occidental y Norteamérica, el centro
capitalista altamente desarrollado del avance imperialista activo;
en las regiones agrícolas del Asia oriental, el centro colonial
del pasivo pillaje imperialista. La amenaza de clase al sistema imperialista
surge, de este modo, de ambos estos centros: la revolución
proletaria internacional encuentra su pivote en los países
capitalistas de Europa y América, la revolución agraria
nacional en los países campesinos de Asia oriental. En Rusia,
que estaba en el punto de división entre las esferas de influencia
de los dos centros imperialistas, las dos tendencias revolucionarias
se mezclaron.
- La economía rusa era una combinación de la producción
agraria anticuada, característica de Asia, y de la economía
industrial moderna, característica de Europa. La servidumbre
en diversas formas sobrevivía, en la práctica, para
una enorme mayoría de los campesinos rusos. Los pequeños
principios de la agricultura capitalista fueron así impedidos
en su desarrollo. Causaron meramente la quiebra de la aldea rusa,
su empobrecimiento indescriptible, dejando mientras al campesino encadenado
a una tierra que ya no podía alimentarlo. La agricultura rusa,
abarcando cuatro quintos de la población rusa y más
de la mitad de la producción total, era hasta 1917 una economía
feudal salpicada de elementos capitalistas. La industria rusa había
sido implantada en el país por el régimen zarista, que
quería ser independiente de los países extranjeros,
especialmente en la producción de suministros militares. Dado
que, sin embargo, Rusia carecía de la base de un sistema bien
desarrollado de oficios manuales y de los rudimentos para la construcción
de una clase de «trabajadores libres», este capitalismo
de Estado, aunque nacido como producción en masa, no creó
una clase obrera asalariada. Era un sistema de servidumbre capitalista,
y conservó fuertes rastros de esta peculiaridad hasta 1917,
en rasgos tales como el modo de pago del salario, el alojamiento de
los trabajadores, la legislación social, etc.. Los obreros
rusos estaban, por consiguiente, no sólo técnicamente
atrasados, sino que también eran en gran medida iletrados y
estaban, en una parte amplia, directa o indirectamente ligados a la
aldea. En muchos ramos de la industria la fuerza de trabajo estaba
formada principalmente por obreros campesinos temporeros, que no tenían
ninguna conexión permanente con la ciudad.
La industria rusa era, hasta 1917, un sistema de producción
capitalista intercalado con elementos feudales. La agricultura feudal
y la industria capitalista estaban, de este modo, mutuamente interpenetradas
en sus elementos básicos, y se habían combinado en un
sistema que no podía ni ser gobernado por los principios de
economía feudales, ni proporcionar los cimientos para un desarrollo
orgánico de sus elementos capitalistas.
- La tarea económica de la Revolución rusa era, en primer
lugar, echar a un lado el disimulado feudalismo agrario y su explotación
continuada de los campesinos como siervos, junto con la industrialización
del campo, colocándolo en el plano de la moderna producción
de mercancías; en segundo lugar, hacer posible la creación
irrestricta de una clase de verdaderos «trabajadores libres»,
liberando el desarrollo industrial de todas sus trabas feudales. Esencialmente,
las tareas de la revolución burguesa.
- Fue sobre este fundamento que emergió el Estado del absolutismo
zarista. La existencia de este Estado dependía de un equilibrio
entre las dos clases poseedoras, ninguna de las cuales era capaz de
dominar sobre la otra. Si el capitalismo suministraba la columna vertebral
de ese Estado, su sostén político lo proporcionaba la
nobleza feudal. La "Constitución", el "derecho
al voto" y el sistema de "autogobierno" no podían
ocultar la impotencia política de todas las clases en el Estado
zarista que, bajo las condiciones del atraso económico del
país, habían producido un método de gobierno
que era una mezcla de absolutismo europeo y despotismo oriental.
- Políticamente, las tareas que confrontaba la Revolución
rusa eran: la destrucción del absolutismo, la abolición
de la nobleza feudal como primer estado y la creación de una
constitución política y un aparato administrativo que
asegurasen, políticamente, el cumplimiento de la tarea económica
de la Revolución. Las tareas políticas de la Revolución
rusa estaban, por consiguiente, completamente de acuerdo con sus presupuestos
económicos, las tareas de la revolución burguesa.
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