Paul Mattick
La hez de la humanidad

Índice

[Lumpenproletariado y organizaciones obreras]

El concepto de lumpenproletariado no es de ninguna forma un concepto claramente delimitado. Los grupos comunistas a la izquierda del movimiento obrero oficial parlamentario y sindicalista le han dado tal amplitud al concepto que éste se ha convertido prácticamente en un insulto para calificar a todos los elementos que en virtud de su situación de clase deberían naturalmente incluirse en el proletariado, pero que realizan algún tipo de servicio para la clase dominante. En esta concepción, el elemento lumpen no está integrado tanto por "la hez de la humanidad" como por "la flor y nata", es decir, por la burocracia del movimiento obrero. En esta extensión del concepto se refleja el odio dirigido contra los vendidos y conscientemente queda fuera de consideración el que la traición es más el producto de todo el desarrollo histórico que del interés propio personal de los líderes corruptos.

Pero según la idea más extendida en el movimiento obrero, el término lumpenproletariado incluye los muchos elementos básicos de la sociedad actual que son arrojados a la lucha directamente en oposición a los trabajadores; por ejemplo guardias y vigilantes, provocadores, soplones, esquiroles, etc. Sin embargo, para el movimiento obrero reformista que lucha por alcanzar el poder en la sociedad actual estos elementos pierden su carácter de lumpenproletariado tan pronto como la burocracia reformista consigue una participación en el gobierno. Los guardias se convierten entonces en "compañeros de uniforme"; los agentes de la policía secreta, en dignos ciudadanos que protegen al país de la amenazante anarquía; y los esquiroles, en "trabajadores técnicos de emergencia". Un cambio de gobierno es suficiente para borrar de estos elementos el estigma de lumpen.

Los matones y represores de la sociedad existente o de cualquier otra sociedad de clases antagónicas no pueden ser incluidos propiamente en el concepto de lumpenproletariado, ya que resultan completamente necesarios en la práctica social. Esto no es aplicable a los esquiroles, pero incluso a estos habría que excluirlos del lumpen ya que, como decía Jack London, "con raras excepciones, todo el mundo es un esquirol". De hecho, al esquirol solo se le puede reprochar desde el punto de vista de un orden social que aún no existe. De momento actúa en completo acuerdo con la práctica social, que a pesar de haber convertido la producción en un proceso intensamente social, no permite otra regla de conducta que la búsqueda del interés privado. El esquirol todavía no ha comprendido ni experimentado suficientemente en la práctica que son precisamente sus necesidades individuales las que habrían de moverle a la acción colectiva. Todavía no está suficientemente desilusionado por la improductividad de los esfuerzos destinados a hacerse un lugar partiendo de los fundamentos de la presente sociedad. Espera asegurarse prebendas a partir de su mejor adaptación a la práctica social y solamente a partir de la inutilidad de sus esfuerzos podrá convencerse de que en realidad permanece al margen de tal sociedad, por mucho que se esfuerce en hacerle justicia. Por más que los trabajadores se vean forzados a luchar contra los esquiroles, estos no pueden ser considerados lumpenproletariado.

Como las relaciones de producción capitalistas sirven para hacer avanzar el desarrollo general humano durante un cierto periodo histórico, estos "elementos básicos de la sociedad" pertenecientes a la clase obrera deben ser considerados elementos productivos, aún a pesar de su parasitismo y su hostilidad a los trabajadores. Si la capacidad productiva de la sociedad se multiplica a ritmo vertiginoso por las relaciones de mercado y competencia, los medios para salvaguardar y promover esas relaciones deben entenderse como instrumentos productivos. Y sólo puede oponerse propiamente a esos medios quien se opone a la sociedad misma. La función de ambos grupos del proletariado, el directamente productivo y el indirectamente productivo, que garantiza la seguridad de la sociedad, difieren en la forma pero en principio, sirven a los mismos propósitos. El derrocamiento de la sociedad existente mostraría de una vez que el concepto de lumpenproletariado es aplicable solamente a los marginados de la sociedad que son aceptados por la nueva sociedad como sucesores de la vieja: los vagos y los delincuentes que aún siendo un producto de la actual sociedad que constantemente los niega y los usa, han de ser también combatidos en la nueva sociedad. Estos elementos no son otros que los habitualmente considerados como "hez de la humanidad": vagabundos, "camellos", prostitutas, chulos, delatores, ladrones, estafadores, etc.

Siguiente >>


Círculo Internacional de Comunistas Antibolcheviques

[email protected]

Hosted by www.Geocities.ws

1