Paul Mattick
Espontaneidad y organización

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[ 5. El reformismo y las condiciones para el socialismo ]

El internacionalismo proletario estaba basado en una aceptación del ficticio principio burgués del "libre comercio". Concebía el desarrollo internacional como una mera extensión cuantitativa del familiar desarrollo nacional. Así como la empresa capitalista atravesaba los límites nacionales, así el movimiento obrero adquirió una base internacional sin cambiar su forma o sus actividades. El único cambio cualitativo que podía esperarse, siguiendo a los cambios cuantitativos, era la revolución proletaria, y esto debido a la idea de la polarización de la sociedad, que quiere decir que un número siempre menor de dominadores se enfrentan a una masa siempre creciente de dominados. Lógicamente, este proceso podría conducir, o bien a una absurdidez, o bien a la expropiación social de los expropiadores individuales.

Si se consideraba que la lucha sobre el precio de la fuerza de trabajo resultaría en el crecimiento firme de la conciencia de clase proletaria, y en la creación de una base objetiva para el socialismo, el conjunto del proceso de concentración capitalista también era bienvenido, como un paso necesario del desarrollo en dirección a la nueva sociedad. Se sostenía que las empresas a gran escala, la cartelización, la trustificación, el control financiero, las interferencias estatales, el nacionalismo y aun el imperialismo, eran los postes indicadores de la "maduración" de la sociedad capitalista hacia la revolución social. Aún cuando esto animaba a los reformistas a ver, el control del gobierno conquistado legalmente, como un requisito suficiente para el cambio social, también hizo posible para los revolucionarios esperar que, incluso bajo condiciones menos "maduras", el socialismo podría ser instituido a través de la toma de los poderes gubernamentales. Las disputas entre los socialistas y los bolcheviques eran sobre problemas tácticos, y no afectaban a su acuerdo básico en que la "última fase" del capitalismo podría transformarse en socialismo mediante acciones gubernamentales. Si los socialistas parecían esperar que el "progreso" siguiese su curso y les entregase el gobierno, los bolcheviques estaban empeñados en realizar el progreso, y realizarlo más rápido.

La derrota rusa en la I Guerra Mundial, y la necesidad ampliamente apoyada de "modernizar" Rusia para asegurar su independencia nacional, llevaron al derrumbamiento del zarismo y a una revolución que llevó al poder a los "elementos progresivos". Pronto, el ala más agresiva del movimiento socialista concentró el poder en sus propias manos. Para acelerar el proceso de socialización, los bolcheviques obligaron a la población a actuar en acuerdo estricto con su programa político. Desde su punto de vista, no importaba si sus decisiones eran todavía de un carácter capitalista, mientras tanto estuviesen alineados con el desarrollo capitalista general hacia el capitalismo de Estado, y mientras tanto incrementasen la producción y mantuviesen el gobierno bolchevique -que era visto como una garantía de que, al final, a pesar de todas las incoherencias, compromisos y concesiones a los principios y poderes capitalistas, un estado de socialismo podría ser decretado desde arriba-. La cuestión era mantener revolucionario al gobierno, esto es, en manos bolcheviques, y preservar su carácter revolucionario a través del adoctrinamiento rígido de sus miembros en una ideología básicamente inmutable. Fomentando un fanatismo capaz de oponerse a todas las desviaciones, los bolcheviques intentaron que la máquina organizativa se mantuviese más poderosa que todos sus enemigos. La dictadura gubernamental, apoyada por un partido dirigido dictatorialmente y por un sistema jerárquico de privilegios, se consideró como el primer paso, ineludible, en la realización del socialismo.

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Círculo Internacional de Comunistas Antibolcheviques

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