El apóstol Pablo
argumenta que era otra cosa totalmente diferente, comprar y comer carne
sacrificada a los ídolos después de que había sido llevada a la plaza de
mercado. Para los maduros en la fe, aquella carne no tenía significado
espiritual. Solamente cuando estaba presente alguien cuya conciencia era
violada debido a que él no podía comer tal carne con fe, ese legítimo
problema que había allí exigía una decisión. En este punto, es cuestión de
acomodarnos a la persona, y no de levantarnos para juzgarla.
De
este modo, según la parte del argumento de Pablo en 1ra de Corintios 10, su interés es que no violemos la
conciencia de un hermano o hermana más débil, y por lo tanto hagamos que
ellos pequen en su propia mente: Todo me es lícito, pero no todo
conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica. Ninguno busque su
propio bien, sino el del otro. De todo lo que se vende en la carnicería,
comed, sin preguntar nada por motivos de conciencia; porque del Señor es
la tierra y su plenitud. Si algún incrédulo os invita, y queréis ir de
todo lo que se os ponga delante comed, sin preguntar nada por motivos de
conciencia. Mas si alguien os dijere: Esto fue sacrificado a los ídolos
(paganismo); no lo comáis, por causa de aquel que lo declaró, y por
motivos de conciencia; porque del Señor es la tierra y su plenitud la
conciencia, digo, no la tuya, sino la del otro. Pues ¿por qué se ha de
juzgar mi libertad por la conciencia de otro? (1ra de
Corintios 10:23-29).
En los tiempos del Nuevo Testamento,
hubo otros temas en los cuales los cristianos tuvieron diferentes
opiniones, además de la carne sacrificada a los ídolos. Por ejemplo, los
judíos cristianos podían no estar dispuestos a renunciar a ciertos
requerimientos de la ley tales como las prohibiciones dietéticas, el
sábado, u otros días especiales. El apóstol Pablo responde como
sigue: Recibid al débil en la fe, pero no para contender sobre
opiniones. Porque uno cree que se ha de comer de todo; otro, que es débil,
come legumbres... Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales
todos los días. Cada uno esté plenamente convencido en su propia mente...
Así que, ya no nos juzguemos más los unos a los otros, sino más bien
decidid no poner tropiezo u ocasión decaer al hermano (Romanos 14:1-2,5,13).
¿Cómo se relaciona
esto con el Halloween?
De la misma manera. Cuando una persona
cree que su conciencia será violada por participar de alguna forma en la
actividad del Halloween, y cuando no lo puede hacer así por fe, entonces,
nadie debería despreciarlo o ser su juez.
Permítanos parafrasear y aplicar Romanos
14:3: "La persona que participa en el Halloween no debe
despreciar a quien no lo hace, y la persona que no participa en el
Halloween no debe condenar al que participa, porque Dios le ha
recibido". En Romanos 14: 1, Pablo
dice que estamos hablando de "contención sobre opiniones", asuntos
de fe y de percepción individual, no de temas esenciales de doctrina
o moralidad. Por consiguiente, el que participa o el que no
participa en el Halloween, no deberían juzgarse el uno al otro. El
apóstol Pablo escribió: Por tanto, nadie os juzgue en comida o en
bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna escribió: Pero el que duda sobre lo que come, es condenado,
porque no lo hace con fe; y todo lo que nueva o días de reposo...
(Colosenses 2:16). Y también no proviene
de fe, es pecado (Romanos 14:23). Además:
Yo sé, y confío en el Señor Jesús, que nada es inmundo en sí mismo;
más para el que piensa que algo es inmundo, para él lo es. Pero si
por causa de la comida tu hermano es contristado, ya no andas
conforme al amor no hagas que por la comida tuya se pierda aquel por
quien Cristo murió. No sea, pues, vituperado vuestro bien... (Romanos 14:14-16).
En otras palabras, si
vive en una cultura en que tradicionalmente se celebra el Halloween y
usted va a participar, ejercite el discernimiento con sus amigos
cristianos. No invite a una familia que sería ofendida en su casa ni anime
a sus hijos a ir al "tricky, tricky" con los suyos.
Además del
punto de discusión con quienes no desean hacer nada respecto al Halloween
por sus ocultas historias y vinculación contemporánea con el ocultismo,
existe el problema con quienes se han convertido dejando lo oculto, o
pudieran haber participado en actividades malignas durante el Halloween.
Verdaderamente, debemos respetar los deseos de tales personas y ser
cuidadosos de no recordarles lo que pudo ser un doloroso pasado.
La
Escritura dice que el hombre espiritual juzga todas las cosas, y que en el
futuro, juzgaremos a los ángeles. Significa que también somos competentes
para juzgar los asuntos triviales de hoy (1ra de
Corintios 2:15; 6:3). Si probamos todas las cosas, nos aferramos al
bien y evitamos toda clase de mal, cumpliremos nuestras obligaciones
(1ra de Tesalonicenses 5:21, 22). Al examinar
cuidadosamente este problema respetando las convicciones de otros,
llegaremos a una posición bíblica con relación al Halloween. No
obstante, cuando las actividades del Halloween realmente envuelven
verdaderas prácticas ocultistas, la Biblia es clara diciendo que debemos
guardarnos de todo aquello. Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento
tienen muchas referencias que condenan la práctica de la brujería, la
hechicería, el espiritismo, el contacto con los muertos, la adivinación,
etc. y todas estas cosas están potencialmente asociadas con el
Halloween.
No os volváis a los encantadores ni a los adivinos; no
los consultéis, contaminándoos con ellos. Yo Jehová vuestro Dios (Levítico 19:31). No sea hallado en ti que haga
pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación,
ni agorero, ni sortilegio, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni
mago, ni quien consulte a los muertos... Porque estas naciones que vas a
heredar, a agoreros y a adivinos oyen; mas a ti no te ha permitido esto
Jehová tu Dios (Deuteronomio 18:10-11, 14).
(Manases, rey de Judá) ...era dado a adivinaciones, y consultaba a
adivinos y encantadores; se excedió en hacer lo malo ante los ojos de
Jehová, hasta encender su ira (2do libro de Crónicas
33:6).
De ninguna forma estamos diciendo que estas
actividades son aceptables delante de Dios. A la luz de los textos
anteriores es lógico que ninguno puede argumentar que la Biblia acepta
tales prácticas.
¿Qué
alternativas hay con relación al Halloween?
Al
final de este recorrido por los intrincados caminos del Halloween es
claro concluir que el cristiano debe contar con un conocimiento
acabo sobre esta práctica, tanto para no ser permeable a sus
influencias, como para iluminar el entendimiento de quienes, en
ignorancia, se sienten atraídos hacia este contexto
ocultista.
En esta perspectiva,
vivir los días previos y el 31 de octubre por la noche ajeno y aislado del
mundo, es un extremo impropio de un cristiano. Como hijos de Dios, en esta
nueva vida en Cristo tenemos la revelación necesaria para discernir
espiritualmente y aprovechar cada instancia en cumplir la gran comisión
que el Señor nos ha mandado: Predicar el Evangelio de salvación a toda
criatura. Sin embargo, no se trata aquí de fabricar un "Halloween
cristiano" para contener esta práctica. Tal estrategia de lograr versiones
contestarias ha sido del todo infructuosa y hasta contraproducente (basta
mencionar el intento de "cristianizar" el 25 de diciembre). La Palabra del
Señor nos enseña que estamos en el mundo pero no somos de este mundo, por
lo cual, si nos sometemos a la dirección del Espíritu Santo, podremos
planificar actividades con originalidad y creatividad apuntando a
evangelizar volcando cada circunstancia en un buen motivo para presentar
el plan de salvación.
De este modo, sin necesidad de disfraces, sin
caramelos, podemos organizar entrega de tratados, jornadas de oración,
entre otras acciones puntuales, para cumplir como Iglesia la tarea de
levantar la luz sobre las tinieblas. Debe quedar en claro que hoy también
faltan alternativas Cristianas entretenidas para compartir con jóvenes y
niños la bendición que significa conocer la luz de Jesucristo. La iglesia
debe trabajar en ello , para que no le roben un espacio que esta cediendo
con mucha peligrosidad.
Ahora debemos con sabiduría todo llevarlo
en buen término en orden y paz, con gracia y amor sin entrar a condenar a
quienes participan de Halloween, si no más bien a mirarles con la
misericordia que hemos recibido, presentándoles al Único y Todopoderoso
Señor Jesucristo, es Él que puede llenar ese vacío, que vanamente se trata
de suplir aceptando la sutil oferta del ocultismo.
Debemos agradecer la
gran colaboración prestada en este articulo al Hno. Luis Agoni en su
investigación de esta "supuesta fiesta sana".
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