¡¡¡Halloween!!!

Principios Bíblicos ante Halloween

 

En el capítulo anterior de esta serie revisamos los antecedentes históricos de Halloween. Ahora nos corresponde examinar una propuesta de conducta frente a esta actividad en donde se plantean los principios bíblicos que el cristiano puede aplicar al discernir este tema.

 

Halloween la fiesta de los niños
Hemos mostrado algunas de las razones del por qué existe una controversia sobre el tema del Halloween. Si hubiéramos vivido de 1940 a 1950, cuando el mundo del ocultismo estaba limitado a ciertos círculos y el Halloween era una actividad mucho más inocente, habría poco debate sobre la participación. La preocupación que tienen algunos cristianos a la luz del cambio de nuestra cultura hacia lo oculto, es si es aceptable participar en una actividad que tiene mayor o menor grado de asociación con lo oculto. En seguida, ofrecemos algunas pautas escriturales.

 

Debemos reconocer que las actividades ocultistas y los fenómenos que hemos discutido hasta ahora, no son practicados por la mayoría de quienes, en ignorancia, participan del Halloween. Cualquier actividad ocultista real, que dentro de la comunidad pueda estar Ouija asociada con el Halloween, fácilmente puede ser evitada. Si un profesor en la escuela tiene a los alumnos estudiando ocultismo para comprender el fundamento histórico del Halloween, y ha invitado conferencistas que son ocultistas, o de alguna forma interesa o anima a los muchachos hacia lo oculto, los padres tienen el derecho y el deber de retirar a sus hijos de tales actividades y consecuencias potenciales, expresando su preocupación a los maestros.

 

Debemos evaluar cuidadosamente las circunstancias involucradas, respetando también las diferencias de opinión sobre el tema. La discusión del apóstol Pablo sobre la prohibición circunstancial, conciencia individual y convicciones personales según 1ra de Corintios 10: 18-29, Romanos 14:1-13 y demás pasajes relacionados es aplicable.

En su propio tiempo, el apóstol Pablo sabía que ingerir comida, aun previamente sacrificada a los ídolos, en sí misma no tenía significado espiritual. No obstante, también allí hubo momentos cuando aquella comida tenía que ser evitada. Debido a que algunos cristianos realmente ingerían comida en templos paganos, comida que había sido ofrecida en adoración a los dioses paganos, dioses que realmente eran demonios, el apóstol lo prohibió por la inevitable y directa asociación, e implicación. El consumir tales comidas implicaba estar involucrado en la adoración de los dioses paganos y, en consecuencia, la idolatría, lo cual es una violación del primero y segundo mandamientos.
También, lo prohibió para evitar que los cristianos hicieran estas cosas en presencia de creyentes más débiles haciéndolos tropezar. Permítasenos examinar su enseñanza en detalle.

El apóstol Pablo sabía que un ídolo no era nada, y que en estos casos no había un dios asociado con el ídolo. Él sabía que los demonios, no dioses, eran los objetos invisibles que estaban detrás de la adoración al ídolo. Es por ello, que en su primer argumento en 1ra de Corintios 10, advierte al pueblo de Dios que si ellos comían carne sacrificada a los ídolos, no la comían con los paganos en sus templos, sino que más bien, se hacían "participes con los demonios".
Mirad a Israel según la carne; los que comen de los sacrificios, ¿no son partícipes del altar? ¿Qué digo, pues? ¿Que el ídolo es al o, o que sea algo lo que se sacrifica a los ídolos? Antes digo que lo que los gentiles sacrifican, a los demonios lo sacrifican, y no a Dios; y no quiero que vosotros os hagáis partícipes con los demonios. No podéis beber la copa del Señor, y la copa de los demonios; no podéis participar de la mesa del Señor y de la mesa de los demonios (1ra de Corintios 10:18-21).

 

Lo que es sacrificado está inevitablemente relacionado con, aquello a quien fue sacrificado. "Cuando el pueblo de Israel comió parte del sacrificio efectuado en el altar (Levítico 7:15; 8:31; Deuteronomio 12:17-18), ellos participaron en la adoración a Dios, quien estableció los sacrificios y de quien era el altar". Por lo tanto, el apóstol entendió que participar en las observancias rituales asociadas con fiestas, era participar en la adoración a la verdadera realidad espiritual detrás del altar. En el caso de Israel, aquello involucraba al único y verdadero Dios; en el caso de los paganos, a los demonios. Por consiguiente, era imposible participar activamente en las fiestas paganas, en sus templos, sin participar con los demonios. Puesto que todos los dioses del mundo gentil eran realmente demonios, la esencia de la idolatría fue vista como estar adorando al demonio y, para el apóstol Pablo, esto ciertamente es algo que debe ser evitado.La Escritura es clara al decir que solamente hay un Dios verdadero (vea Isaías 44:6, 8; 46:9). De esta manera, es lógico concluir que sólo hay una verdadera religión. Por consiguiente, la Escritura está en lo correcto cuando declara que, todos los dioses de los pueblos son ídolos (Salmos 96:5). Además, si la Escritura enseña que el poder espiritual y la realidad que está detrás de los ídolos vincula a los demonios (1ra Corintios 10:20; Salmo 106:37), entonces toda idolatría y toda falsa religión por definición, están envueltas en la adoración demoniaca; sea que los participantes se den cuenta de ello o no (Hechos 26:18). De ahí la preocupación de Pablo.

 

El apóstol Pablo argumenta que era otra cosa totalmente diferente, comprar y comer carne sacrificada a los ídolos después de que había sido llevada a la plaza de mercado. Para los maduros en la fe, aquella carne no tenía significado espiritual. Solamente cuando estaba presente alguien cuya conciencia era violada debido a que él no podía comer tal carne con fe, ese legítimo problema que había allí exigía una decisión. En este punto, es cuestión de acomodarnos a la persona, y no de levantarnos para juzgarla.

De este modo, según la parte del argumento de Pablo en 1ra de Corintios 10, su interés es que no violemos la conciencia de un hermano o hermana más débil, y por lo tanto hagamos que ellos pequen en su propia mente:
Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica. Ninguno busque su propio bien, sino el del otro. De todo lo que se vende en la carnicería, comed, sin preguntar nada por motivos de conciencia; porque del Señor es la tierra y su plenitud. Si algún incrédulo os invita, y queréis ir de todo lo que se os ponga delante comed, sin preguntar nada por motivos de conciencia. Mas si alguien os dijere: Esto fue sacrificado a los ídolos (paganismo); no lo comáis, por causa de aquel que lo declaró, y por motivos de conciencia; porque del Señor es la tierra y su plenitud la conciencia, digo, no la tuya, sino la del otro. Pues ¿por qué se ha de juzgar mi libertad por la conciencia de otro? (1ra de Corintios 10:23-29).

En los tiempos del Nuevo Testamento, hubo otros temas en los cuales los cristianos tuvieron diferentes opiniones, además de la carne sacrificada a los ídolos. Por ejemplo, los judíos cristianos podían no estar dispuestos a renunciar a ciertos requerimientos de la ley tales como las prohibiciones dietéticas, el sábado, u otros días especiales. El apóstol Pablo responde como sigue:
Recibid al débil en la fe, pero no para contender sobre opiniones. Porque uno cree que se ha de comer de todo; otro, que es débil, come legumbres... Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté plenamente convencido en su propia mente... Así que, ya no nos juzguemos más los unos a los otros, sino más bien decidid no poner tropiezo u ocasión decaer al hermano (Romanos 14:1-2,5,13).

 

¿Cómo se relaciona esto con el Halloween?

De la misma manera. Cuando una persona cree que su conciencia será violada por participar de alguna forma en la actividad del Halloween, y cuando no lo puede hacer así por fe, entonces, nadie debería despreciarlo o ser su juez.

Permítanos parafrasear y aplicar Romanos 14:3: "La persona que participa en el Halloween no debe despreciar a quien no lo hace, y la persona que no participa en el Halloween no debe condenar al que participa, porque Dios le ha recibido".
En Romanos 14: 1, Pablo dice que estamos hablando de "contención sobre opiniones", asuntos de fe y de percepción individual, no de temas esenciales de doctrina o moralidad. Por consiguiente, el que participa o el que no participa en el Halloween, no deberían juzgarse el uno al otro. El apóstol Pablo escribió: Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna escribió: Pero el que duda sobre lo que come, es condenado, porque no lo hace con fe; y todo lo que nueva o días de reposo... (Colosenses 2:16). Y también no proviene de fe, es pecado (Romanos 14:23). Además: Yo sé, y confío en el Señor Jesús, que nada es inmundo en sí mismo; más para el que piensa que algo es inmundo, para él lo es. Pero si por causa de la comida tu hermano es contristado, ya no andas conforme al amor no hagas que por la comida tuya se pierda aquel por quien Cristo murió. No sea, pues, vituperado vuestro bien... (Romanos 14:14-16).

 

En otras palabras, si vive en una cultura en que tradicionalmente se celebra el Halloween y usted va a participar, ejercite el discernimiento con sus amigos cristianos. No invite a una familia que sería ofendida en su casa ni anime a sus hijos a ir al "tricky, tricky" con los suyos.

Además del punto de discusión con quienes no desean hacer nada respecto al Halloween por sus ocultas historias y vinculación contemporánea con el ocultismo, existe el problema con quienes se han convertido dejando lo oculto, o pudieran haber participado en actividades malignas durante el Halloween. Verdaderamente, debemos respetar los deseos de tales personas y ser cuidadosos de no recordarles lo que pudo ser un doloroso pasado.

La Escritura dice que el hombre espiritual juzga todas las cosas, y que en el futuro, juzgaremos a los ángeles. Significa que también somos competentes para juzgar los asuntos triviales de hoy (1ra de Corintios 2:15; 6:3). Si probamos todas las cosas, nos aferramos al bien y evitamos toda clase de mal, cumpliremos nuestras obligaciones (1ra de Tesalonicenses 5:21, 22). Al examinar cuidadosamente este problema respetando las convicciones de otros, llegaremos a una posición bíblica con relación al Halloween.
No obstante, cuando las actividades del Halloween realmente envuelven verdaderas prácticas ocultistas, la Biblia es clara diciendo que debemos guardarnos de todo aquello. Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento tienen muchas referencias que condenan la práctica de la brujería, la hechicería, el espiritismo, el contacto con los muertos, la adivinación, etc. y todas estas cosas están potencialmente asociadas con el Halloween.

No os volváis a los encantadores ni a los adivinos; no los consultéis, contaminándoos con ellos. Yo Jehová vuestro Dios (Levítico 19:31).
No sea hallado en ti que haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortilegio, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos... Porque estas naciones que vas a heredar, a agoreros y a adivinos oyen; mas a ti no te ha permitido esto Jehová tu Dios (Deuteronomio 18:10-11, 14). (Manases, rey de Judá) ...era dado a adivinaciones, y consultaba a adivinos y encantadores; se excedió en hacer lo malo ante los ojos de Jehová, hasta encender su ira (2do libro de Crónicas 33:6).

De ninguna forma estamos diciendo que estas actividades son aceptables delante de Dios. A la luz de los textos anteriores es lógico que ninguno puede argumentar que la Biblia acepta tales prácticas.


¿Qué alternativas hay con relación al Halloween?

Al final de este recorrido por los intrincados caminos del Halloween es claro concluir que el cristiano debe contar con un conocimiento acabo sobre esta práctica, tanto para no ser permeable a sus influencias, como para iluminar el entendimiento de quienes, en ignorancia, se sienten atraídos hacia este contexto ocultista.

En esta perspectiva, vivir los días previos y el 31 de octubre por la noche ajeno y aislado del mundo, es un extremo impropio de un cristiano. Como hijos de Dios, en esta nueva vida en Cristo tenemos la revelación necesaria para discernir espiritualmente y aprovechar cada instancia en cumplir la gran comisión que el Señor nos ha mandado: Predicar el Evangelio de salvación a toda criatura.
Sin embargo, no se trata aquí de fabricar un "Halloween cristiano" para contener esta práctica. Tal estrategia de lograr versiones contestarias ha sido del todo infructuosa y hasta contraproducente (basta mencionar el intento de "cristianizar" el 25 de diciembre). La Palabra del Señor nos enseña que estamos en el mundo pero no somos de este mundo, por lo cual, si nos sometemos a la dirección del Espíritu Santo, podremos planificar actividades con originalidad y creatividad apuntando a evangelizar volcando cada circunstancia en un buen motivo para presentar el plan de salvación.

De este modo, sin necesidad de disfraces, sin caramelos, podemos organizar entrega de tratados, jornadas de oración, entre otras acciones puntuales, para cumplir como Iglesia la tarea de levantar la luz sobre las tinieblas. Debe quedar en claro que hoy también faltan alternativas Cristianas entretenidas para compartir con jóvenes y niños la bendición que significa conocer la luz de Jesucristo. La iglesia debe trabajar en ello , para que no le roben un espacio que esta cediendo con mucha peligrosidad.

Ahora debemos con sabiduría todo llevarlo en buen término en orden y paz, con gracia y amor sin entrar a condenar a quienes participan de Halloween, si no más bien a mirarles con la misericordia que hemos recibido, presentándoles al Único y Todopoderoso Señor Jesucristo, es Él que puede llenar ese vacío, que vanamente se trata de suplir aceptando la sutil oferta del ocultismo.

Debemos agradecer la gran colaboración prestada en este articulo al Hno. Luis Agoni en su investigación de esta "supuesta fiesta sana".

 

 

Articulo Realizado Por:
Luis Verdejo / Luis Agoni
[email protected]
Redacción Armonía Internet
Octubre 2001

 

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