Geografía política de los Chimalapas


Los Chimalapas es una región ecológica y social enclavada en el corazón del istmo de Tehuantepec, dividida para su administración en dos municipios, Santa María y San Miguel, que han mantenido una alianza histórica en la lucha agraria por el reconocimiento y respeto del territorio común, de extensión cercana a las 600 mil hectáreas.

En este apartado se presentan los conflictos socioambientales más relevantes por su gravedad en los últimos años. Para facilitar su ubicación, se agrupan en cuatro índices que corresponden a los cuatro puntos cardinales respecto al territorio de los Chimalapas.


Mapas
Región Mixe¾ Zoque¾ Popoluca

Zonas de conflicto en los Chimalapas

Corredor industrial transístmico

Corredor Biológico Mesoamericano
 
 


Al norte colinda con el estado de Veracruz, formando parte del corredor biológico que comunica las selvas del Uxpanapa con los Chimalapas y la actual reserva de El Ocote, en Chiapas. El conflicto en esta región tiene su origen en la colonización del Uxpanapa por parte de la Comisión del Papaloapan, que desde 1971 reubicó a campesinos mazatecos y chinantecos desplazados por la construcción de la Presa Miguel Alemán en su territorio original, en la región mazateca baja, cerca de Tuxtepec. Algunos de estos poblados se ubicaron erróneamente en territorio de Santa María Chimalapa, en la frontera con Veracruz, causando conflicto de límites, como el caso del Poblado 14.

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Al sur los Chimalapas colinda con diversos municipios de Oaxaca y casi con la carretera panamericana. Con Zanatepec también hay un conflicto agrario muy antiguo, aunque el proceso actual entre el ejido zanatepecano El Jícaro y la comunidad de los chimalapas, Sol y Luna, es relativamente reciente, teniendo sus orígenes en el descubrimiento de una piedra arqueológica en las lagunas de Sol y Luna, misma que fue extraída por los zanatepecanos, estando actualmente en un museo de la casa de cultura de dicho municipio.

Este conflicto se ha agravado desde 1996, cuando el entonces presidente de San Miguel Chimalapa, Mauro Reyes, con aval de la Procuraduría Agraria, modificó el plano del municipio, vendiendo un predio a propietarios del Jícaro. Lo lento e inútil del proceso de reconciliación agraria ha llevado a los campesinos chimas a reubicarse en la zona de conflicto en meses pasados, para evitar que los ganaderos avancen desmontando la zona.

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Al este o poniente, los Chimalapas colindan casi con la carretera transístmica. En esta región hay un conflicto muy grave con la colonia ganadera Cuauhtémoc.

De hecho originalmente los predios de la Colonia Cuauhtémoc pertenecían a las 900 mil hectáreas de los Chimalapas, según los títulos virreinales ratificados por el México independiente. Durante el porfiriato empezaron los primeros proyectos que pretendían abrir el istmo a la comunicación interoceánica, por lo que muchas tierras de la región fueron deslindadas.

Empresas cafetaleras se instalaron en la actual colonia Cuauhtémoc, explotando ilegalmente y a muy bajo costo las tierras y la gente de los Chimalapas, y provocando un conflicto agrario entre las fincas y los chimas.

En 1967 el entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz, protagonizaba un espectacular reparto agrario que en realidad provocó grandes conflictos. En marzo emitió dos resoluciones que dividían la comunidad original de Santa María en dos municipios, quitándoles además el territorio de la Colonia Cuauhtémoc, por lo que los chimas vieron reducido su territorio a 594 000 hectáreas, perdiendo más de 300 mil.

A pesar de que ya se han deslindado físicamente las resoluciones presidenciales de Santa María y San Miguel Chimalapas, y se cuenta con el plano definitivo, los terratenientes de los municipios vecinos de Oaxaca, Veracruz y -principalmente- Chiapas no reconocen el territorio zoque y practican la tala clandestina en la zona de conflicto, lo que motiva la movilización constante de los comuneros chimas.

Los propietarios de la Col. Cuauhtémoc, sin embargo, cuentan con un plano en el que contradicen la resolución de Santa María apropiándose de parte del municipio chima, aun con un plan que tampoco es oficial.

En 1998 talamontes de la colonia estaban en la zona de conflicto. Fueron apresados por comuneros de Santa María y encerrados en la cárcel municipal por delitos ambientales de tala clandestina y daños a propiedad ajena, exigiendo a cambio una multa y abrir las negociaciones por la solución del conflicto agrario.

La respuesta del gobierno de Oaxaca, en esa entonces a cargo de Diódoro Carrasco, fue mandar un operativo de 400 policías del estado, judiciales y militares a Santa María, en el que se detuvo algunos comuneros acusándoles de secuestro. Finalmente se canjearon presos y nunca se reanudaron las negociaciones.

Apenas hace unos dos meses la asamblea comunitaria de Santa María decidió marcar los límites con la Colonia Cuauhtémoc con una brecha. En Julio de 2001 los propietarios de la colonia ganadera, con apoyo de la policía del estado, detuvieron a unos veinte comuneros por el trazo de la brecha y los trasladaron a la cárcel de la región, en Matías Romero.

La comunidad de Santa María se reunió de emergencia y, encolerizados y decididos, unos 800 comuneros, incluyendo jóvenes, mujeres y niños, fueron a Matías Romero, bloquearon la carretera transístmica, rompieron la reja de la cárcel y permitieron la liberación de los presos chimas y alguno que otro que aprovechando se escapó.

De regreso a la comunidad, detuvieron a seis propietarios de la Colonia Cuauhtémoc y los trasladaron a la cárcel municipal de Santa María. Hasta ahora, la crisis entre estos dos pueblos no ve una tregua ni se han acercado autoridades agrarias o del gobierno del estado, pues se encuentran en "periodo vacacional de verano".

Hasta que se bloquearon tres puntos carreteros, paralizando parcialmente el istmo de Tehuantepec en los caminos rumbo a Coatzacoalcos, La Ventosa y a Tuxtla Gutiérrez por más de 48 horas, lo que perjudicó a cientos de automovilistas, autobuses y trailers. Sólo con esta medida de presión se planteó que el gobierno buscaría el diálogo, sin embargo, la coordinadora presidencial de asuntos indígenas, Xóchitl Gálvez, no se ha presentado en la zona, por lo que los comuneros de Santa María rechazan iniciar el diálogo fuera del istmo.

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Además del conflicto con la colonia Cuauhtémoc, en la zona oriente limítrofe con Chiapas se desarrollan los conflictos más graves con ejidos chiapanecos ubicados en territorio oaxaqueño de los chimalapas y con propietarios de predios irregulares en la zona de límites.

En el municipio de Santa María los conflictos más graves han sido con la Colonia Ganadera San Isidro La Gringa, ubicada 150 kilómetros adentro de bienes comunales, separada de la comunidad San Francisco La Paz tan sólo por un río, por lo que los conflictos han sido constantes.

En 1989 un destacamento de la policía del estado de Chiapas incursionó en La Paz ocasionando represión y muerte. Por esos tiempos hubo otro enfrentamiento también entre policías de Chiapas con comuneros de Benito Juárez y San Antonio, en San Miguel Chimalapas, sin que lograran comunicarse hasta 1995 que se realizó un foro ecológico comunitario en Benito Juárez. En este enfrentamiento desigual, las mujeres protagonizaron un gran papel.

En 1994, temiendo la expansión del levantamiento campesino de los zapatistas en Chiapas, el gobierno del estado promovió la devolución a Santa María del predio La Gringa, por lo que se desconoció la resolución presidencial que permitía su existencia, indemnizando económicamente a los ganaderos.

En las negociaciones de La Gringa participó el actual gobernador de Chiapas Pablo Salazar

Los comuneros de San Francisco La Paz pusieron en marcha el primer proyecto piloto para una reserva ecológica campesina (REC) en el predio San Isidro La Gringa, con apoyo técnico y asesoría de la organización civil Maderas del Pueblo del Sureste AC (MPS), aunque el saldo fue de división entre la comunidad y la ONG por falsas expectativas y desinformación alrededor del proceso de REC.

Sin embargo, entre los acuerdos de asamblea comunitaria en Santa María está el impulsar la continuación del proyecto y constituir la REC como modelo de desarrollo alternativo en el municipio, previa resolución de los conflictos agrarios. Este acuerdo pese a que se rechaza la participación de ONG’s como MPS en lo que se considera "asuntos internos" como lo es la resolución de los conflictos agrarios y la planificación del desarrollo comunitario. Es interesante mencionar que la tenencia de la tierra está regida por un formato llamado estatuto comunal.

Los propietarios de La Gringa, por su parte, interpusieron un amparo ante tribunales agrarios contra el decreto de devolución de tierras de 1995, mismo que les fue girado nuevamente en su contra. Se escuchan rumores de que se continúan con las invasiones, pero hasta ahora no se han confirmado.

Además de La Gringa, en la zona limítrofe de Santa María con Chiapas hay varios ejidos irregulares, que cuentan con el apoyo y reconocimiento de Chiapas. Algunos de estos ejidos aceptaron formar parte de los bienes comunales de Santa María, pero la mayoría siguen reconociendo a Chiapas.

En la zona centro de San Miguel Chimalapas se asentaron zoques provenientes de Santa María durante la década de 1930 aproximadamente.

Una ola de violencia derivada por la introducción del narcotráfico en la zona a fines de la década de 1960 expulsó a varias familias que abandonaron las comunidades de San Miguel y se asentaron en la zona oriente del municipio, en los límites con Chiapas.

En 1971 los campesinos zoques chimas llegaron al ejido Gustavo Díaz Ordaz, con resolución presidencial expedida en 1965, es decir antes de la propia resolución de San Miguel, exigiendo reconocieran que estaban en terrenos de Oaxaca y no de Chiapas.

La mayor parte de los poblados de la zona oriente de los Chimalapas se habían asentado en esa región atraídos por la compañía maderera Sánchez Monroy, con sede en Chiapas y con 25 aserraderos en terrenos de los Chimalapas, Oaxaca.

Gustavo Díaz Ordaz era un ejido muy importante en la estrategia de tala clandestina de la Cía. Sánchez Monroy, pues era uno de los centros poblacionales más grandes y con mejor coordinación para los intereses de la empresa. La tala inmoderada es más notoria en la región de San Miguel, siendo la tala más grave el de la identidad personal

Trece familias asentadas en el ejido, algunos de ellos de Michoacán, Guerrero y otras partes de Oaxaca, pero también zoques chimalapas, aceptaron la propuesta de los comuneros chimas y abandonaron el ejido, causando un rompimiento con los ejidatarios.

Para fundar los nuevos poblados, el primero reconocido como parte de San Miguel. Los campesinos sin tierra tomaron el aserradero conocido como El Trébol.

Los zoques chimalapas secundaron esta acción y tomaron los 25 aserraderos y la matriz de la compañía maderera en alianza con obreros talamontes en huelga por mejoras laborales y por el derecho a cultivar la tierra.

Finalmente, tras varios años la compañía maderera fue expulsada de la zona, pero el conflicto de límites entre Oaxaca y Chiapas siguió sin resolverse pues algunos propietarios que desde entonces han obtenido tierras en la zona de conflicto aun las conservan y trabajan.

Desde entonces los campesinos del Trébol iniciaron trámites para su reconocimiento como congregación, tomando el nombre de Benito Juárez para reivindicar con mayor fuerza que están en Oaxaca. Respecto a las comunidades de la zona de conflicto con Chiapas, los municipios de Cintalapa y Rizo de Oro

Pero también continuaron con la lógica de recuperación de tierras y colonización de las zonas con poca presencia de zoques.

Los campesinos de Benito Juárez desalojaron a la familia Gil, propietarios de varios ranchos en lo que actualmente son los terrenos de la comunidad San Antonio Encinal, también conocida como El Salto por el nombre antiguo. Algunas familias del Trébol se reubicaron en El Salto para poblarlo, manteniendo una alianza con Benito Juárez.

Esta alianza se ha demostrado en las siguientes acciones directas contra los propietarios invasores, los ejidatarios de Gustavo Díaz Ordaz y Rodulfo Figueroa y los talamontes que clandestinamente se meten por Chiapas.

Durante el enfrentamiento con policías de Chiapas en el año nuevo de 1989¾ 1990, la alianza entre estas dos comunidades y la gravedad del conflicto agrario con el ejido Díaz Ordaz se puso en evidencia.

Para esa entonces un retén policíaco estaba instalado en el ejido Díaz Ordaz con el objetivo de "evitar enfrentamientos". En realidad se dedicaba a hostigar a los chimalapas, sobre todo los que se dirigían al Trébol, pues El obispado de Tehuantepec había obsequiado unas despensas alimenticias a las comunidades chimalapas, por lo que un grupo de jóvenes habían ido a Zanatepec a recoger el obsequio. Sin embargo, fueron interceptados en Díaz Ordaz, y arbitrariamente consignados como detenidos a la cárcel de Cintalapa, Chiapas.

Los comuneros de San Antonio y Benito Juárez, molestos por las injusticias cometidas por los policías y por la injustificada detención, fueron ante el retén a manifestarse. Pero la protesta en realidad era rebeldía: un grupo de mujeres del Trébol invitaron al comandante a dialogar y lo desarmaron, exigiéndole la libertad inmediata de los jóvenes detenidos.

Cuando salió desarmado el comandante, había perdido el control de sí mismo y la autoridad, ante los policías que se desmoralizaban frente a un mitin de campesinos furiosos. Los policías amenazaban a los campesinos y algunos de ellos dispararon, resultando muertos tres policías, un comunero, otros tantos heridos y el comandante detenido y trasladado a Zanatepec para su posterior entrega al municipio.

A los dos días un operativo de 40 jeeps de la policía del estado de Chiapas llegó en busca de los comuneros de Benito Juárez. Los de San Antonio abandonaron la comunidad y se fueron a dormir por dos meses al Jícaro, los hombres del Trébol se habían ido a posición de montaña, escondidos y prevenidos y las mujeres se quedaron en la comunidad, viendo cómo los policías entraban a las casas destruyendo todo. Afortunadamente no hubo más enfrentamientos ni capturaron a nadie.

Días después llegó la policía de Oaxaca, por lo que estuvo a punto de haber un enfrentamiento entre las policías de ambos estados, que finalmente no se libró. Los jóvenes detenidos fueron liberados y a los pocos meses el retén fue retirado "para evitar posibles enfrentamientos".

Desde entonces la reconciliación agraria con el ejido Díaz Ordaz no ha sido posible, pues quedan recuerdos del enfrentamiento, presentes cada vez que la policía o el ejército hace recorridos por la zona. Alguna vez una comisión negociadora se visitó la asamblea ejidal proponiendo la resolución definitiva si aceptaban que estaban en parte de San Miguel, pero los comuneros descubrieron que bajo las bancas había escondidas armas y el clima era de pura desconfianza.

El gobierno chiapaneco presionó a los ejidos de toda la zona oriente de los Chimalapas para que no aceptaran la reconciliación y desconocieran los acuerdos, a los que muchos ejidos aceptaron.

En las negociaciones del 2 de agosto de 1999 entre SEMARNAT, SRAnota 2 y los gobiernos de los estados de Oaxaca y Chiapas, previa intermediación de la Secretaría de Gobernación (SEGOB) y con notable ausencia de los comuneros chimalapas, se explica que el problema agrario es el centro de los conflictos sociales en la zona, lo que ha derivado en deterioro ecológico y un problema de límites estatales que en realidad no debe afectar la conciliación agraria ni la paz social.

Los comuneros también definen que el centro del conflicto social son los problemas agrarios, de donde se desprende una serie de problemas políticos y la marginación socioeconómica, así como el desacuerdo con la política ambientalista y el decreto de reserva de la biósfera.

El propio delegado de gobierno para los Chimalapas, Carlos Gómez, ha reconocido que la reconciliación agraria se ha detenido por la poca cooperación y falta de voluntad de los gobiernos chiapanecos, pues no le han dado continuidad a las negociacionesnota4, aunque también el gobierno de Oaxaca ha mostrado negligencia, lentitud y demagogia, lo que desespera a los comuneros que optan por la acción directa deteniendo talamontes y ganaderos que explotan clandestina e ilegalmente en los predios en disputa.

Los comuneros de la zona oriente han defendido el territorio de San Miguel de otros propietarios, incluso apagando incendios forestales provocados por terratenientes, como el de abril de 1995, cuando se descubrió que el incendio había iniciado en el Rancho Quemado, propiedad de Walter Del Pino, a quien se juzgó en asamblea comunitaria en Benito Juárez con la participación de San Antonio, acordando una multa de 20 vacas y comprometiéndolo a desalojar los chimalapas haciéndolo reconocer que se encontraba en terrenos comunales y había cometido un delito ambiental que seguramente le hubiera salido más caro si se le hubiera remitido a las autoridades federalesnota5.

Las 20 vacas con las que se multó a Del Pino pasaron a ser parte del patrimonio colectivo de los comuneros del Trébol y El Salto. Las acciones directas contra invasores han significado la aplicación de la justicia agraria por los mismos comuneros, con el desacuerdo de las autoridades federales por no tomarles en cuenta.

Sin embargo, cuando se les ha tomado en cuenta han procedido a la devolución de camionetas de los talamontes decomisadas y liberación de los propietarios detenidos por los chimas sin resolver ni multarles, procediendo con engaños a los chimas. De esta manera es que la autonomía de los chimalapas se evidencia en la aplicación de justicia de los problemas agrarios, el decomiso de maquinaria de talamontes y la resolución de campesino a campesino, sin participación de autoridades federales por sus incumplimientos.

Otro ganadero detenido y entregado a las autoridades municipales en 1987 fue nada más y nada menos que Enrique Castellanos, hermano del entonces gobernador de Chiapas, el gral. Absalón Castellanos Domínguez. Durante el periodo de este gobernador se incrementó la represión en todo Chiapas y hasta los Chimalapas llegó el terrorismo de estado en los casos ya mencionados de violencia policiaca San Francisco La Paz y San Antonio-Benito Juárez.

Enrique Castellanos era propietario de la finca cafetalera Casablanca, ubicada en terrenos de Santa María, por lo que un día los comuneros de ambos municipios se unieron, detuvieron al hermano del general y lo enviaron a la cárcel municipal por invasión de propiedad ajena y explotación de tierras.

Los gobernadores de los dos estados, Chiapas y Oaxaca, Absalón y Heladio Ramírez, acudieron personalmente a rescatar a Enrique Castellanos, prometiendo la pronta solución del conflicto de límites. Al ver que no se cumplieron las promesas y la represión por parte de Chiapas aumentaba, "sólo quedaron puras cicatrices", a decir de un comunero del Trébol.

La finca Casablanca fue ocupada después por los campesinos chimas para coordinar la toma de decisiones de la zona oriente en los dos municipios, en un concejo general de representantes (CGR) que después sería desorganizado por las propias comunidades que se negaron a que la dirección quedara en manos del gobierno, que logró colarse en las asambleas proponiendo estructura organizativa y plan de acción en torno al conflicto de límites, el objetivo principal.

Los comuneros plantearon que el CGR debería ser una organización que fomentara la autonomía de las comunidades de la zona oriente de San Miguel y Santa María con el objetivo de resolver los problemas agrarios, pero por la intromisión del gobierno los comuneros de Benito Juárez se retiraron de la asamblea en Matías Romero, seguidos de los representantes de San Antonio, lo que desencadenó la salida de las demás comunidades, quedándose solo los delegados del gobierno que pretendían quedar al frente, pero logrando su objetivo de fragmentar la organización campesina, que se disolvió sin que a la fecha se halla presentado otra coyuntura de unidad de todas las comunidades de la zona oriente.

Notas

Cada comunero y comunera cuenta la historia que le tocó vivir, entre recuerdos del susto, orgullo por la capacidad que tuvieron para enfrentar a la policía y risa por anécdotas curiosas, como la de un campesino que no tuvo tiempo de huir cuando llegó la policía y se escondió en la copa de un árbol, sin ser descubierto, o el caso de una mujer que dejaba escapar pedos cuando la policía estaba cerca, por la revolución estomacal que había en su interior producto del susto, y como todas las mujeres se refugiaron en la iglesia católica (incluyendo a las protestantes), el ambiente compartido era un tanto oloroso.

2Secretaría de la Reforma Agraria, hoy SAGARPA, Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación.

3 V. La Jornada, El Universal y La Crónica del 3 de agosto de 1999. O directamente el documento en la página de internet: http://www.sra.gob.mx/not29008.htm

4Asamblea de comuneros con el delegado de gobierno, el ejército federal y la policía federal preventiva, enero de 2001

5 Acta de acuerdo de asamblea conjunta Benito Juárez y San Antonio, 8 de abril de 1995.
 
 

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Última actualización: agosto del 2001
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