Al principio del aire
página literaria
TALLER DE CARTAGO
naufragios y exorcismos
TESTIGO
Avoar - El - Monal
Del reflejo a los ojos y del reo al suspiro
en la atención continua del amante
bajo convulsa carne desdeñada,
tensión en el centro
del deseo de la sangre coagulada,
mi herida viva, mía,
mi coraza de barro
ídolo cimentado en dudas
silueta de mis pasos que me llevan
me pierden y me obligan
del color a la pupila y a la celda
Vestidura rasgada y manos
denso grito de esquirla asimilada
dolor hincado, rojo, luz que hierve,
púa desde lejana sombra huida
dureza de muros ausentes
lápidas y epitafios
para la sonrisa y el rictus
de la vida y la muerte.
Cristales trascromados
que no reflejan eco ni calidez ni aroma
del pueril clamor.
Se esconde en sueños una sombra blanca
de aires contenidos en temblor;
huecos incomprensibles
para la oferta generosa
de alas, nubes
y firmamentos
aéreos heraldos del final.
¡ Oh, ciudad de mí mismo!
calles engañosas junto a tímidas aceras
caminarán conmigo bajo los pies
a un valle de cautelas.
Detrás de la espalda,
- apariencia -
boca con mueca
y a veces sonrisa.
Soy el primer mártir de mis roturas.
Huelo el aliento, los humores,
el azufre de las malas intenciones,
la frialdad de mi nervio en agresión
y el color de la piel cobarde
tan mustia y tan mía.
Soy el último acusador de mi ego.
Sufro el sufrimiento
el infierno de las vísceras
y lo amargo
y lo ácido de mis caprichos.
Soy el actor secundario de mí mismo.
Umbral de latidos y estupor
por huesos se eleva,
risco de los temores
que el vendaval desquicia.
Soy polvo bípedo al garete…
partícula que partícula busca
de amor…
para la fosa.
® Avoar - El - Monal
Principal / Cuento / Ensayo / Biblioteca
Taller de Cartago / La Pluma del Ganso
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