Al principio del aire
página literaria
TALLER DE CARTAGO
arenas movedizas
PECADO CAPITAL
Santiago Cuenca Poblet
Ninguna sonrisa puede quedar impune para siempre.
Tarde o temprano,
sobreviene el silencio circular de los colores
y las puntas clandestinas de mis dedos
comienzan a soñarte.
La sangre de pronto recuerda
que debe volver a respirar en mis venas
y el viejo mármol de mis huesos se despereza y aventura
cuatro o cinco pasos entumidos.
Vendrá luego el delito de tus labios
suspirando vida en mis labios,
vendrán mis manos a despojarte de tu coraza de escarcha,
a vestirte de invisible, a vestirte de su danza.
A cada paso, un nuevo crimen contra las soledades.
A cada paso, otra futura sentencia,
otro sutil cilicio.
Al cabo, vendrán el anhelo y la espuma
el dolor que sólo se calma con tu aliento,
los susurros sagrados y la luz herida
de un otoño nocturno.
Ya nos llegará el castigo:
Dios no sabe perdonar la dicha.
No, ninguna sonrisa quedará impune.
Pero mientras tanto,
sigamos huyendo.
® Santiago Cuenca Poblet
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