AL SOPLO DEL VIENTO

folletín electrónico de poesía

 

Año I, No. 3, Junio 2000

Publicación mensual
Editor: César Guerrero

Registro en trámite


Índice:

Joán Mardel:

Me tienes en tus manos
¿Quién dice que se olvida?

Cecilia Rejón:

Amanece (dos)

María Ella Gómez Rivero:

Paralelos

María Eugenia Rodríguez Gaitán:

A pesar de todo

Naty:

Esa frase nunca dicha

Cristián:

La sombra es más que un hábito tenaz

Santiago Cuenca Poblet:

Karadzic

César Guerrero:

Un miliciano


ME TIENES EN TUS MANOS

Por Joán Mardel

Me tienes en tus manos, como muerto,
como hoja que no se alza con el viento,
como un oculto, ruin presentimiento,
flotando a la deriva en mar abierto.

Me tienes, y no sé qué tanto es cierto
que piense estar pensando lo que siento
y veo que me veo en ti tan lento
que, preso en tu sabor, me veo tuerto.

Me tienes en tus labios que los míos
aferran, como símbolos vacíos
de un beso que mi inerte aliento exhibe.

Y yo, que tanto ignoro de la vida,
me arrojo como estúpido suicida
al beso que, muriendo, me revive.


¿QUIÉN DICE QUE SE OLVIDA?

Por Joán Mardel

¿Quién dice que se olvida? ¿Quién se atreve
a no buscar la lágrima perdida?
La misma cicatriz es una herida
que sólo con saber la piel conmueve.

Efímera la pena, sombra breve,
destina a la ceguera de por vida
y, muda, la memoria no es vencida
ni a gritos de un silencio que se eleve.

¿Quién dice que se olvida? ¿Qué confiere
amnesias del pasado cuando muere,
si no hay entre la fe y el tiempo acuerdo?

Los años y el dolor son la materia
que van enriqueciendo con miseria.
¿Quién dice que se olvida? -No me acuerdo-.

 


AMANECE (dos)

Por Cecilia Rejón

Siento al mirarte estremecer, cuadrarte en nubes de colores que van del violeta a mi corazón. Vives en un segundo del día, por cada bola de algodón y en el azul de tu eternidad, saturas la mañana. Puedo elevar mis oraciones hacia el rojo anaranjado que existe a través del cielo sombrío. Sabes acariciar mis pupilas, desde lo alto arrullar temores con aspavientos de ternura escondidos. Es entonces cuando a cuadros estremeces el alma y, bajando la voz te pido: ¡Sálvame!, como sea... sálvame.

 


PARALELOS

Por María Ella Gómez Rivero

La deseante nube embarazada
moja tus ojos y tu boca,
conoce la sed inmensa que te invade
y sabe además que eres un piscis.

El desierto marcó tu nacimiento,
las dunas te arrullaron en la arena,
sirvió el silencio para darte fuerza
y se encargó la luna de señalar tu frente.

Llevas así dos conjuros en tu vida:
Una ansiedad de vagabundo te gobierna
y la luz lunar te desconcierta siempre.

Vives esperando las olas y la espuma.
Miras el cielo y esperas...

Te habitan dos mundos paralelos.

Pero al final de tu camino serás
agua y arenas sin desperdicio alguno

como seremos todos.


A PESAR DE TODO

Por María Eugenia Rodríguez Gaitán

Señor de los desacatos
y de furiosas tormentas
(íntimos desafíos)
para ti,
siempre bienvenido el eterno caos
que con telón de acero
mimetiza su esencia.
Conjurador de las noches,
de ensoñaciones plenas,
errante de arenas movedizas
que desdeña tierra firme
y convierte en compañeros perpetuos
los felinos ojos destellantes.
Los flagelados fantasmas de tu vida paralela,
transitan sobre lunas de neón
ansían econtrarte
en la chispa de algún instante.
Desdeñador de la belleza
que se adhiere a tu creación hasta asfixiarla.
Eterno insatisfecho,
nocturno buscador de seres apagados,
que con sonrisa idiota emergen de las ruinas
del cemento o de la yerba.
Cronista de las horas del hambre,
espíritu ciego de lo cotidiano,
buscador ansioso de lo efímero,
que sin embargo mancillas a tu pluma,
hasta que llora tinta,
con aquello, lo que tanto desdeñas.


ESA FRASE NUNCA DICHA

Por Naty

La gris sopresa que penetró la rosada inocencia de la calma
convlsionando el entorno de la parentela
flageló las venas de la impotencia, del dolo
y sólo dejó libre el corazón de la esperanza.

Las diez de la mañana nunca fueron más obscuras,
amenazantes destellos de luna
prolongados en las montañas de los días
provocaron oraciones a redentores desconocidos
que parecía, no escuchaban nada.

La sangre derramada
por aquella impotencia herida y enojada
era bebida en sorbos que en la garganta
se atoraban y dolían.

Y estaba ahí, con toda mi insignificancia,
con los dientes apretados
dejando que salieran por mis ojos tres gotas lacerantes
y en un grito desgarrado, silencioso y sin palabras
dijeran esa frase que dejé apagada en el pasado,
que dejé... y tú dejaste, fuera el premio su silencio
de la guerra de poderes encontrados.

No hay peor labor que la eterna espera
desgastante de sentidos
ansiosos por hacerlo todo
e impedidos mueren y se pierden en la nada.

La espera, enloquecedora tartamuda
de la esperanza mensajera
que alivia y mutila
anunciando lentamente
"Todo va a estar bien".

La eternidad termina
cuando acaba la espera anunciada.

Y estaba ahí como siempre estuve
con mi insignificancia y mis palabras...

Y estabas ahí, como siempre estabas,
con tu arrogancia y tus palabras...

Nuevamente el silencio ganó la batalla
y tres palabras se quedaron
agonizantes en la garganta
y expiró al salir por mis ojos
con sabor salado,
esa frase nunca dicha:

Hermano... Te amo.


LA SOMBRA ES MÁS QUE UN HÁBITO TENAZ:

Por Cristián

Como un apéndice con algo de felino,
el esplendor obscuro y sigiloso de la sombra
se hace corto, se alarga,
se entiende con el mundo sobre una eterna orilla.

Quizá es mejor no conocer qué hay más allá
de la inquietud de su frontera. La sabemos
una calca monstruosa; adivinamos
el detalle invisible que oculta su silueta,
nos intriga su estática cambiante.

Contra el roce sutil con que la luz
dibuja nuestra historia de detalles,
cualquier sitio se vuelve
un espejo de nuestra parte obscura,
de la fatal anunciación
que deriva incesante de nosotros...
de esa continuación de nuestras soledades
que no logramos comprender
a pesar de vivirla a cada paso.

A veces intentamos dar formas a la sombra,
inventarle un fraseo sordomudo,
y nos gusta creer que tiene corazón, que tiene vida,
que refeja una cosa diferente,
que podemos desprenderla
de la obviedad de nuestros movimientos,
pero la ilusión cesa
tarde o temprano y siempre
acabámos resignándonos, vencidos,
a la sumisa etereidad de su contraste.

La sombra gusta en ocasiones fundirse a las tinieblas,
aún parte silenciosa de nosotros,
suele volverse nada entre las otras sombras...
Quizá para eso nos fue dada:
para guiarnos paulatinamente
hacia el único destino seguro de los hombres.

® Cristián


KARADZIC

Por Santiago Cuenca Poblet

No conozco la poesía de Karadzic.
Pero imagino que evoca crepúsculos tranquilos,
y hombres caminando,
hombres que olfatean satisfechos
la pulpa humana que usaron
para empedrar los senderos de Bosnia.

Seguro habla del placer de contemplar un árbol
cargado del fruto sucio de los ahorcados
o de bayonetas que dulcemente hurgan
el sexo de las mujeres
o del sereno trino de las metralletas
derribando vidas
en el claro de un bosque.

Doscientos mil poemas,
uno tras otro,
mil bocas que ardían cuerpo adentro
mil manos crispadas sobre un juego de canicas
mil cántaros de leche derramada
y mil y mil y mil y mil y miles más.

Sin duda Karadzic moja su pluma en un tintero rojo
y eructa satisfecho un Sauternes;
mientras sus sicarios escriben sus poemas
él fuma en silencio.

Déjame decirlo de nuevo:
Te debemos doscientas mil almas, poeta:
una ciudad entera de fantasmas.

 


UN MILICIANO

Por César Guerrero

Homenaje a Robert Capa.
Fotógrafo de guerra,
España, IIa República.

La vida,
la vida es un cuerpo,
un cuerpo que cae
de espaldas
aunque mirando de frente.

La justicia
es un andar decidido
que tropieza
mas no cae de bruces:
avanza siempre.

La esperanza,
la esperanza es un miliciano
la esperanza es un miliciano que muere
la esperanza es un miliciano que vive
la esperanza es su imagen enhiesta
que miramos de frente.

Sí, todos morimos.
Pero vale la pena
hacerlo de frente:

Ayer él moría
y tú ibas muriendo con él.
Luego tú,
por obra de una bala también

con la bala en el pecho
y la esperanza en los ojos;

con una daga en la espalda
y la honestidad en la frente

con el testimonio de una lente
inerte entre nosotros.


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